Africanas | Yvonne Mburu

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Científica e innovadora





Yvonne Mburu trabajaba en 2012 en el parisiense Instituto Marie Curie de investigación y tratamiento del cáncer cuando le comunicaron que una tía suya en Kenia padecía cáncer de pulmón y que había decidido curarse en el extranjero. Al recordar este hecho, la oncóloga e inmunóloga keniana señaló en una entrevista en Radio France International (RFI) que «si la solución es dejar nuestro país para buscar tratamiento en otro lugar, ¡nada cambiará jamás!».

La inquietud que parasitaba esa reflexión fraguó y, cinco años más tarde, se convirtió en Nexakili, una red que pone en contacto a médicos y científicos africanos. Mburu ha reconocido que «cuando busco personas con las que colaborar en una investigación, es muy fácil hacerlo con estadounidenses, chinos o australianos, pero no lo es con africanos, porque no los conoces». En opinión de la keniana, «hay muchos expertos africanos en todo el mundo, la cuestión es que estos expertos no están en África. De hecho, yo soy una de ellos». Con esta red, además de promover los vínculos entre la comunidad científica africana dentro y fuera del continente, Mburu pretende incrementar la investigación impulsada por africanos, que apenas supone un 2 % del total mundial.

Nexakili es, probablemente, el trabajo que mayor visibilidad ha dado a esta mujer, nacida en la capital keniana en 1982, y que se ha formado en Canadá –donde se especializó en Biología y Química en Toronto, con una beca de la Universidad de York–; Estados Unidos –allí se doctoró en Inmunología por la Universidad de Pittsburgh, trabajo con el que obtuvo el Premio Lloyd J. Old -Memorial y una beca del Cancer Research Institute, de Nueva York–; y Francia, país en el que completó sus estudios en el Marie Curie. En Francia también es miembro del Consejo Presidencial para África, creado por Emmanuel Macron en 2017, cargo que aceptó con la condición de mantener su independencia y con el objetivo de «asegurarme de que Macron sepa lo que quieren los africanos».

El año pasado viajó a Nairobi para participar en la última edición del Next Einstein Forum, donde se entrega un premio que reconoce el trabajo de los mejores científicos africanos, y que ella recibió en 2018. Sin embargo, debido a la expansión de la COVID-19, el acto se tuvo que suspender. En su país, y con el coronavirus recorriendo todo el planeta, tomó otra decisión que volvió a mezclar a la familia con sus inquietudes como investigadora. Decidió quedarse en la capital keniana para cuidar de sus padres, a la vez que para crear un grupo de trabajo que establezca un patrón de comportamiento del virus en el continente, tarea en la que está comprometida en la actualidad. «Me llevó tiempo encontrar a los mejores matemáticos, científicos o epidemiólogos africanos interesados en el contexto africano. Al principio lo único que veíamos sobre África era algo así como: “Ahí lo tienes, hasta ahora ha habido 15.000 muertos en Italia, así que si hacemos una proyección, habrá 200.000 muertos en África”. Pero bueno, ¡eso no tiene nada que ver!», decía a RFI.

Afroptimista –le gusta afirmar que uno de sus objetivos es trabajar en la construcción de un continente que se parezca a su gente, que promueva sus valores, su cultura y sus esperanzas–, ha terminado hace poco la lectura de una biografía de Phil Knight, fundador de Nike –«una biblia para los emprendedores», ha dicho de este trabajo–, y ha retomado el aprendizaje del japonés y el español.   


Ilustración: Tina Ramos Ekongo


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