IRREVERSIBLES. Rita Bosaho: “El mundo no es de las ideologías ni del color de la piel”

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Rita Bosaho (1965) llevaba más de 20 años trabajando como auxiliar de enfermería en el Hospital de Alicante cuando el deterioro de la sanidad pública, los casos de corrupción y el impulso de los movimientos de protesta la llevaron al Parlamento. De paso, se ha convertido en la primera diputada negra en España.

 

 

 

 

Por Javier Sánchez Salcedo

 

 

¿Qué te ha traído hasta el Congreso de los Diputados?

Nací en Guinea Ecuatorial y me vine muy joven a España. Llevo más de 30 años viviendo aquí, donde me he criado y me he educado. Entre los momentos clave que me han traído a la política destaco las protestas en la calle en una situación de crisis de valores, social, económica y política que teníamos y seguimos teniendo. Fue un momento en el que las personas nos empezábamos a interesar por lo que ocurría a nivel institucional, porque nuestra vida se estaba deteriorando. Políticamente estoy marcada por la situación de mi país de origen, donde no hay democracia. Entiendo bien la diferencia que hay entre un lugar donde no se respetan los derechos humanos y otro donde sí se respetan, y hay un interés social por ampliar la base de los derechos a todas las personas.

 

Mientras trabajabas en sanidad, estudiaste historia.

Sí, me interesan los fenómenos sociales vinculados directamente con nuestra historia. Y me temo que la antropología, la historia o la filosofía, estas ciencias que existen puramente para ayudar a crear conocimiento y a pensar, se están devaluando debido a las reformas en la educación.

 

Rita Bosaho en el Congreso de los Diputados el día de la entrevista / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

Rita Bosaho en el Congreso de los Diputados el día de la entrevista / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

¿Y qué te hizo dar el salto definitivo y entrar en un partido político, en Podemos concretamente?

No fue una cosa  premeditada y estudiada. Fueron los acontecimientos. Participé en el movimiento 15M y en manifestaciones en la calle. Conocer a un partido que estaba surgiendo, donde las personas que participábamos de las movilizaciones podíamos presentar propuestas, donde se empoderaba a la ciudadanía. Eso fue lo que me atrajo. Fue una oportunidad interesante de acercarme a la política, algo que hasta ahora no había encontrado.

 

¿Qué crees que puedes aportar tú?

Primero, una visión de la diversidad que no se ha expresado en otros momentos a nivel institucional. Aquí hay minorías étnicas que estamos aportando desde hace mucho tiempo con nuestros impuestos para que se genere un nivel mayor de bienestar social. Que estemos en el Parlamento, en las instituciones o en empresas es simplemente un reflejo de lo que está pasando socialmente. En mi día a día, con mi trabajo puedo aportar una visión abierta de las instituciones a la calle.

 

¿Es posible seguir cerca de la gente cuando se trabaja como diputada?

Claro que sí, es posible. Es la única forma. Es necesario que estemos interrelacionados la sociedad civil, los movimientos organizados y las instituciones. Si no, no vamos a saber qué es lo que está ocurriendo.

 

Has sido la primera persona negra en el Congreso de los Diputados. ¿Cómo lo valoras?

Intento normalizarlo. Entiendo perfectamente que ha sido algo nuevo y que ha causado un impacto. Lo veo como algo positivo y espero que no sea la última. He llegado aquí porque me acerqué a Podemos y en los procesos de primarias internas salí elegida. Creo que la sociedad está mucho más preparada para este tipo de acontecimientos que las propias instituciones. Ya era hora. En este sentido las instituciones deberían espabilarse para que estas cosas no ocurran tan lentamente. Para que las minorías étnicas tengan visibilidad hay que hacer unas políticas de igualdad, estar a la altura de las circunstancias sobre lo que se demanda a nivel social y no dar la espalda ni a la historia ni a la sociedad.

 

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Rita Bosaho en el Congreso de los Diputados el día de la entrevista / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

¿Crees que hay más racismo del que se percibe?

El racismo es como otra serie de cosas, como el machismo: requiere de educación en valores. Nuestra cultura está basada en un sistema de patriarcado y creo que la forma de educarnos es la culpable muchas veces de que no tengamos conductas mucho más abiertas a la sociedad, mucho más empáticas, de reconocimiento del otro, de ponerse en el lugar del otro. A partir de ahí podríamos empezar a desgranar. Hay conductas que directamente podría vincular al hecho racista o a la xenofobia. La cuestión es que nos vayamos haciendo a la idea de que el mundo es de las personas, no es ni de las ideologías ni del color de la piel. Pero existen conductas de rechazo en la sociedad, en todos los tiempos, en África, en Europa y en todos los sitios.

 

¿Has sufrido experiencias racistas?

El lenguaje no verbal es importante. He recibido alguna vez una mirada o expresiones que no eran las adecuadas. Hay conductas racistas en la sociedad, xenófobas y machistas. Yo las pondría en el mismo parámetro. Es importante trabajar para que la empatía sea algo valorado en grado sumo.

 

¿Qué opinas del racismo institucional? Me refiero a las identificaciones por raza o a los Centros de Internamiento para Extranjeros.

El tema de los CIE es una vergüenza en un país que protege los derechos humanos, según recoge su Constitución. Es complicadísimo entrar para ver cómo están conviviendo las personas que están allí. Si no tenemos nada que esconder, ¿por qué es tan complicado? Mientras, las personas que están en estos espacios están denunciando malos tratos. Esto hay que tomárselo en serio. No puede ser que en pleno siglo XXI en España tengamos espacios que son cárceles para personas por el hecho de haber salido de sus países para intentar tener una vida mejor. Eso no debe permitirse.

 

¿Cuál es la clave de la integración?

El conocimiento y la interacción son claves importantes. ¿Cómo es posible que estén integrados en la economía los aportes de personas de otras nacionalidades y a la vez cueste tanto una integración real de las personas?. Si no nos ponemos a la altura de las circunstancias la situación nos superará. No podemos legislar dando la espalda a las personas, hay que tenerlas en cuenta para que en el futuro no haya problemas de convivencia.

 

Para acabar, ¿por qué no se habla en las escuelas del vínculo histórico que tienen España y Guinea Ecuatorial?

El tema de la memoria histórica aquí cuesta mucho. España tuvo con Guinea Ecuatorial un vínculo histórico, social y económico. La lengua oficial en Guinea Ecuatorial es el castellano. No estaría mal reconocerlo.  A mí me gustaría, y no solamente por Guinea, también está el Sáhara. Esa mirada del norte hacia el sur y del sur hacia el norte no la podemos cambiar por arte de magia. Guinea debería existir en la historia de España, como España en la de Guinea. A nivel de intereses económicos sí existe una relación con el petróleo de Guinea, aunque quizá no lo sepa todo el mundo. Pero además del petróleo, también existe su historia y su gente.

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