Sani Ladan recomienda «Crítica de la razón negra», de Achille Mbembe

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Es educador social y estudia Relaciones Internacionales. Se centra en los estudios africanos y, por su experiencia personal y su formación académica, en los procesos migratorios. Nació en Camerún y lleva en España una década.

Libro recomendado.

Cuando se le propuso recomendar un libro, no tuvo ninguna duda, porque Crítica de la razón negra, «marcó un antes y un después en mi formación como persona, como negro y como africano», dice. Los temas de los que habla no estaban en la mente del niño y el adolescente que dejó Camerún: «Por entonces, el racismo era cuando en los partidos de fútbol que veíamos en la tele había un acto racista y se paraba un partido. Era algo muy lejano. Fue al llegar a España cuando lo descubrí». Achille Mbembe, un destacado autor en estudios poscoloniales, es también camerunés y, sin embargo, Sani Ladan no lo conoció allí: «Ahora está cambiando una barbaridad y hay gran cantidad de jóvenes africanos más conscientes, pero es muy común que no conozcamos a nuestros autores. Los libros vienen editados de Francia y tenemos una visión afrancesada». Ladan sí había leído un libro sobre la guerra que llevó Charles de Gaulle contra Camerún, «una guerra callada, con más de 120.000 muertos», y quedó fascinado con el prefacio, escrito por Mbembe. Pero no fue hasta que una amiga colombiana le recomendó a «un paisano» suyo, cuando lo relacionó.

«Lo que hace Mbembe en Crítica de la razón negra es una invitación a reformular la idea de raza. Hace una descripción genealógica del capitalismo y de cómo, a través de este, se han teorizado las ideas de negro, de raza y de esclavo. Aquí negro ni siquiera se traduciría como black en inglés o noir en francés, sino como nigger, más despectivo», explica sobre el libro cuyo título ya menciona la palabra negro, dando la vuelta al famoso texto de Kant. «Menciona mucho a los filósofos occidentales. Se habla de Heidegger, de Montesquieu o de Victor Hugo, que decía que Dios había ofrecido África a los europeos. Mbembe pone luz a lo racistas que eran estos autores de la Ilustración que se nos presentan como grandes intelectuales y que, sin duda, lo son en algunos aspectos, pero también fueron quienes teorizaron el racismo. Europa actualizó la idea de negro y de esclavo para legitimar su dominación sobre grandes regiones del mundo. Un detalle que me gusta mucho del libro es que habla de Europa como una provincia más del mundo, cuando estamos acostumbrados a que se mencione como su centro», cuenta el entrevistado. «Es un espejo. El autor nos dice: “Tenéis que mirar, para saber lo que hay, y pensar cómo tenemos que encarrilar este tren en el que nos encontramos todos”. Ahora tenemos que caminar juntos. Ese es el objetivo», añade.

Un tren, por cierto, que discurre ahora por las curvas de la pandemia. ¿Tiene algo que decir al respecto Mbembe? Para Sani Ladan, está claro. «Cuando empezó la crisis estaba en Estrasburgo haciendo unas prácticas en el consulado de España y el Parlamento Europeo; pero también estaba en contacto con algunos chicos que estaban en Lepe recogiendo frutas y legumbres. Ellos no podían confinarse. Y Achille Mbembe habla de los excedentes de la sociedad, que son esas personas a las que nadie quiere mirar. Para mí era difícil no hacer un paralelismo. Los españoles se confinan para protegerse de la enfermedad, mientras los que trabajan en el campo para proveerles de comida no tienen cobijo. Confinarse era un lujo. Y el libro habla de la mano de obra barata que eran los esclavos. Estaban desprotegidos. A los más débiles se los tiraba al océano. La explotación se mantiene en Bangladesh y en los campos españoles, con gente que no tiene contratos y nadie quiere verlos. Es duro». Hace falta mirar al espejo.

Imagen de Sani Ladan: archivo personal del entrevistado

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