Separación de poderes

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El Tribunal Constitucional de Malaui anula las elecciones de 2019.


El Tribunal Constitucional de Malaui no para de dar disgustos al presidente del país, Peter Mutharika. Una semana después de suspender las elecciones presidenciales de mayo, el órgano de justicia rechazó la apelación con la que Mutharika y la Comisión Electoral de Malaui intentaban paralizar la decisión y evitar su consecuencia: la convocatoria de nuevas elecciones en menos de cinco meses. «La democracia es cara. Los derechos de los ciudadanos son primordiales. Este tribunal no cederá en la búsqueda de elecciones constitucionales por motivos de precio», dijo el juez Dingiswayo Madise, contestando a la Comisión cuando criticaba el elevado gasto que supondría una nueva cita electoral.

El veredicto, unánime, explicaba las «extendidas, sistemáticas y graves irregularidades» que deslegitimaban unas elecciones en las que Peter Mutharika había ganado por un estrecho margen. El Tribunal Constitucional daba así la razón a los dos demandantes: Lazarus Chakwera, del Partido del Congreso de Malaui (que perdió por 159.000 votos según los resultados publicados tras los comicios aludidos), y Saulos Chilima, del Movimiento Unido de Transformación (tercero en discordia). A nivel interno, la decisión del Constitucional tensiona un país que ya sufrió graves disturbios tras las elecciones. El día de la promulgación del veredicto, muchos de los comercios en Lilongüe permanecieron cerrados por temor a que se produjeran enfrentamientos violentos tras el fallo, y los helicópteros sobrevolaron la capital. Por otra parte, a ojos externos, la decisión ejemplifica el funcionamiento de la separación de poderes de una manera no tan obvia en países del entorno (y también lejanos). Las elecciones de mayo, que fueron a una sola vuelta, habían sido calificadas por los observadores de la UE como «inclusivas y transparentes», lo que no convenció a los demandantes Chakwera y Chilima, que se abrazaron en la sala del tribunal cuando el Constitucional les dio finalmente la razón.

La jefa de la Comisión Electoral, Jane ­Ansah, admitió el uso de líquido corrector (típex) en las actas del recuento electoral, aunque negó que ese hecho probara que las correcciones se hubieran producido para manipular las elecciones. Miles de manifestantes bloquearon la sede de la Comisión exigiendo la renuncia de Ansah.

El organismo electoral y Mutharika esperan ahora que el Tribunal Supremo tenga un criterio distinto al del Constitucional y no sea necesario repetir las elecciones. La propia Jane Ansah dijo que solo dimitiría si el Supremo confirmaba la sentencia.

Pese a la anulación, Mutharika seguirá de momento en el poder. El fallo restituye la situación previa a las elecciones –en los casos de presidencia y vicepresidencia– en la que Mutharika ya ocupaba el cargo, mientras que, Chilima tendrá que volver como interino a una vicepresidencia que mantuvo desde 2014 hasta el año pasado.

[En las imagen superior, un miembro de la Comisión Electoral en los comicios de mayo. No sospechaba aún los quebraderos de cabeza que darán las elecciones a la institución que representa. Fotografía: Patrick Meinhardt / Getty]

Este artículo se publicó en el número de marzo de la revista MUNDO NEGRO.

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