Turbulencias en República Democrática de Congo

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Por Jean Claude Kobo, misionero comboniano en Kinshasa

Las manifestaciones de la oposición previstas para ayer (por antes de ayer), 19 de septiembre 2016, para dar un “preaviso sobre el fin del segundo mandato presidencial” han tenido lugar. En efecto, era el 19 de septiembre la fecha en la que la Comisión Electoral Nacional Independiente debería, según la constitución (a los 90 días del fin del mandato del presidente actual), convocar al electorado para las elecciones presidenciales. La marcha partió de la plaza Echangeur para terminar delante el Estadio de los Mártires. Desde allí, según el acuerdo de los organizadores con el alcaldía de Kinshasa, una delegación debería ir a dejar un «preaviso por escrito», que contenía la petición a la comisión electoral de convocar las elecciones sin tergiversaciones. La marcha paralizó las actividades en la ciudad de Kinshasa; hacía falta todo un día de paros. Después de mucha confusión sobre su autorización, su itinerario y la hora del comienzo de las manifestaciones, el alcalde de Kinshasa anunció que la marcha estaba autorizada en la ciudad. En las provincias, las manifestaciones habían sido prohibidas en grandes ciudades como Lubumbashi, Kananga, Goma….

En Kinshasa, la marcha fue reprimida por un gran dispositivo policial y militar. Hubo muchas refriegas. En los distritos de Masina, Limete, Ngaba, y otros, el servicio de seguridad disparó balas reales. El balance, aunque provisorio, es duro. El Ministro del Interior, Evariste Boshab, habló de 17 muertos, entre los cuales habría tres policías y 14 “saqueadores” (en sus propias palabras). “Es falso”, respondió la oposición representada por el Coordinador de la marcha, Bruno Tshibala. El número de muertos es más alto. Son 50 las víctimas de la barbarie de las fuerzas de seguridad”, añadió. Hubo también muchos daños materiales: propiedades privadas y públicas han sido destruidas por los manifestantes, según el ministro de los medios oficiales. Pero algunos testigos afirmaron que los servicios de seguridad, en vez de supervisar a los manifestantes, “parecía que habían sido mandados a reprimir y parar la marcha, que, sin embargo, estaba autorizada, al menos en la capital.” Esa supervisión se convirtió en una serie de provocaciones y enfrentamientos cuando las fuerzas de seguridad empezaron a utilizar la fuerza y a disparar sobre la población civil. Entre los manifestantes se habrían, además, infiltrado algunos delincuentes que han aprovechado la ocasión para crear el caos. Desde hace poco, se hablaba de las bandas de Kuluna (niños de la calle) reclutados por el poder de turno en Ngaba, Mombele, Masina… para que se infiltraran entre los manifestantes y crearan el desorden, que se pondría en la cuenta de la oposición. No es sorprendente que las autoridades no duden en hablar de “insurrección contra las instituciones de la República”. Esta versión tendrá consecuencias en cuanto a la posibilidad de organizar otras manifestaciones en el futuro. Sin embargo, es la única forma que tienen los ciudadanos para manifestar su descontento contra el poder, que viola intencionadamente la constitución, al no organizar las elecciones en el plazo previsto. De esta manera, el poder priva al pueblo, soberano primario, de uno de sus derechos fundamentales: “el voto de un nuevo presidente que deberá conducir el país” al final del mandato del actual. Con estas manifestaciones, que empezaron en enero 2015 y cuya intensidad crece a la víspera del fin del mandato del Presidente Kabila, la República Democrática de Congo entra en un periodo de turbulencias. El riesgo es alto si el diálogo en curso, que para muchos se asemeja a un monólogo, no encuentra formas de organizar las elecciones lo más pronto posible sin que el presidente saliente y su mayoría se conceda por la fuerza un tercer mandato, prohibido por la constitución. Cabe mencionar que, a causa de estas manifestaciones, la plenaria del diálogo que estaba prevista para este mismo lunes ha sido pospuesta para el martes. Se supone que se hablará del calendario de las elecciones y de la fecha de la transferencia del poder, temas que dividen la oposición y a la Mayoría Presidencial. Esta mañana, la vida parece volver a su ritmo normal* aunque bajo tensiones. Todavía se entienden disparos y ecos contra la población civil.

(Traducción: Lwanga Kakule)

Imagen de European Parliament

* – Posteriormente al envío de esta carta las manifestaciones y los enfrentamientos han continuado y se habla, a estas horas, de 75 muertes.

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