Vuelve Rajoelina

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Madagascar cierra un proceso electoral plagado de expresidentes con el triunfo de quien llegó tras un golpe

 

La primera vez que Andry Rajoelina alcanzó la presidencia de Madagascar llegaba desde la alcaldía de la capital, Antananarivo, aupado por una revuelta popular rematada con un golpe de Estado contra Marc Ravalomanana. Era 2009 y se iniciaba una crisis política de la que el país aún no se ha recuperado. Casi una década después, Rajoelina vuelve a imponerse al mismo rival en la segunda vuelta de unas elecciones relativamente ajustadas (56 % de los votos frente al 44 %). Tanto, que el Tribunal Constitucional se ha tenido que pronunciar sobre más de 300 apelaciones por supuesto fraude, 214 de las cuales fueron elevadas por el partido de Ravalomanana.

Que «la hora de cambiar la historia» ha llegado, como dijo el nuevo presidente tras el fallo que refrendó los resultados y con las pertinentes felicitaciones de Ravalomanana en el bolsillo, es un hecho. Lo que habrá que ver es si de verdad hay un cambio en un país con una situación económica cercana al desastre: la agricultura, que emplea a la mayoría de la población, atraviesa un mal momento; la industria se ve perjudicada por los problemas de suministro energético; la educación cosecha datos preocupantes; la moneda local está bajo mínimos, y la población ha perdido poder adquisitivo, etc. Una de las principales rotativas del país, el Tribune, advierte desde sus páginas que los malgaches no soportarían un encarecimiento del transporte público, sobre lo que pende una razonable amenaza si sube el precio del petróleo.

Rajoelina ha basado su discurso en la promesa de combatir la corrupción y mejorar las infraestructuras. A su favor tiene que durante su mandato previo, Madagascar había sido suspendida por la Unión Africana y sufría el bloqueo de fondos internacionales como castigo a la manera en que había obtenido el poder; mientras que, ahora, las nuevas elecciones le otorgan legitimidad y reconocimiento internacional.

Una de las mayores preocupaciones que pueden surgir en relación con el mandato de Rajoelina es medioambiental. La primera vez, al poco de convertirse en presidente, autorizó con un decreto la tala de maderas preciosas. La presión internacional le obligó a restablecer la prohibición, pero según algunas organizaciones no se esforzó demasiado en que se cumpliera. Durante su mandato, que siendo teóricamente provisional se alargó más de la cuenta, la exportación ilícita de palisandro y otras maderas preciosas se disparó. Según WWF, desde 2010 más de un millón de troncos de este árbol han salido ilegalmente de Madagascar.

La transferencia de poder por parte del expresidente interino, Rivo Rakotovao, se ha producido con cierta discreción. Con algo más de bullicio se celebró el traspaso simbólico en el estadio de Mahamasima, tal como establece la Constitución.

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