‘Vulnerables vulnerabilizados’. El SJM presenta su informe anual sobre la situación en los CIE

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Por Javier Sánchez Salcedo

 

Más de 40 voluntarios del Servicio Jesuita a Migrantes en España (SJM-E), una red promovida por la Compañía de Jesús para la defensa de los derechos de las personas migrantes y su pleno acceso a la ciudadanía, visitaron durante el año 2015 a 503 personas recluidas en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid, Barcelona y Valencia. Los testimonios recogidos, junto con cifras facilitadas por el Ministerio del Interior, quedan plasmados en el nuevo Informe CIE 2015, que en esta edición coloca en primera fila la situación de las personas internadas más vulnerables: enfermos, menores de edad, solicitantes de asilo, víctimas de trata o personas a las que nadie visita.

 

Gran parte de las personas que fueron detenidas, trasladadas y encerradas en estos centros durante el pasado año ya se encontraban anteriormente en una situación de vulnerabilidad debido a su edad, sexo, estado de salud o las secuelas de un tránsito migratorio duro y habitualmente traumático. Su paso por el proceso de expulsión, donde se incluye el ingreso en los CIE, unas instituciones opacas donde no se sabe bien lo que ocurre, se traduce en sufrimiento. Vulnerables vulnerabilizados ha sido el título elegido para el documento, una llamada de atención a la ciudadanía sobre esta realidad.

En las más de 1.500 visitas realizadas, los voluntarios del SJM se encontraron con 19 personas que padecían lesiones o enfermedades físicas, con 17 que mostraban evidentes signos de padecer una enfermedad mental, nueve personas que denunciaron agresiones físicas por parte de la policía y otras cinco que dijeron haber sido agredidas por otros internos. Uno de cada tres visitados no tenía a nadie que fuera a verle. Además se contabilizaron siete menores de edad y 82 solicitantes de asilo. Más del 16% de los visitados mostraban dificultades para expresarse en lengua española y su derecho a un intérprete no estaba garantizado.

Presentación del informe CIE 2015

Santiago Yerga, Miguel González y José Javier Ordoñez durante la presentación del Informe CIE 2015: Vulnerables, vulnerabilizados. / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

Ayudar a estas personas privadas de libertad y llevar a cabo acciones de incidencia pública son las principales líneas de actuación del SJM-E. Desde hace seis años elabora este extenso informe que muestra datos e historias concretas de las personas internadas,  con la finalidad de sacar a la luz una realidad ocultada por parte de la administración y desconocida para la mayoría de la población española.

 

Una medida extrema e ineficaz

Entre las cifras que ofrece el informe llama la atención que de las 6.930 personas que fueron internadas en los diferentes CIE durante el pasado año (en su mayoría africanos) solo el 41,42% fueron finalmente expulsadas del territorio español. «Los internamientos que se producen de forma innecesaria por imposibilidad de ejecutar la expulsión vulneran flagrantemente el derecho a la libertad, y fueran a las personas migrantes a soportar un internamiento que no debieran», explica el documento. La media de estancia en los centros es de 25 días, aunque un alto porcentaje de las personas visitadas estuvieron internadas más de 40 días.

Cada internado tiene su historia y el documento recoge una decena de ellas, como la de Catherine. Tiene 20 años. Huyó de su país después de que le fuera practicada la mutilación genital. Huyo porque temía por su vida. Entró en España en una pequeña embarcación y acabó recluida en un CIE. Pidió protección internacional y fue liberada después de 21 días dentro del centro. O como la de Hassan, con una pareja y un hijo españoles. Paseaba con su familia cuando le pidieron la documentación y le internaron. Finalmente fue liberado, después de pasar una temporada de sufrimiento privado de libertad.

La mayoría de las personas que recibieron las visitas del equipo de voluntarios del SJM-E tenían un arraigo de más de cuatro años viviendo en España. Durante la presentación del documento se proyectó un vídeo en el que un joven de 23 años describía su estancia en el CIE: “Se sufre demasiada presión. No puedes dormir. Siempre pensando, pensando, pensando”.

“Por la gravedad que supone la privación de libertad en los CIE, por el abuso que se hace de esta medida y por las condiciones de vida en estos centros, es necesario afrontar su cierre y desaparición”, expresaba Miguel González, coordinador del SJM-E, durante la presentación del informe. Hasta que esto no suceda, la petición es reducir los internamientos, humanizar las condiciones de vida y explorar alternativas a la expulsión. El SJM-E asegura que las hay. “El internamiento no puede ser la medida por defecto”, remarcaba González.

Con su nuevo informe, el SJM denuncia un año más la falta de transparencia por parte de la administración sobre lo que está ocurriendo dentro de los centros. Esta opacidad, advierte, pone en riesgo la garantía de los derechos humanos de las personas que sufren el internamiento.

 

El informe completo puede leerse aquí.

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