El altavoz de un país

en |



La Red África-Europa Fe y Justicia denuncia realidades como el acaparamiento de tierras y anima proyectos a favor de la paz y el desarrollo en Camerún.


La antena camerunesa de la organización internacional Red África-Europa Fe y Justicia (AEFJN, por sus siglas en inglés) fue fundada en 2010 por varias congregaciones misioneras con el objetivo de promover la justicia y defender la dignidad humana a la luz de la Palabra de Dios. Apostando por el trabajo en red y la colaboración estrecha entre religiosos y laicos, la antena genera vida y da esperanza a miles de personas.



Los institutos católicos de vida consagrada de Camerún están unidos en la Conferencia Nacional de Superiores y Superioras Mayores. En la sede central de esta institución, situada en el barrio de Mvolyé, en Yaundé, me encuentro con la Hna. Geny Maria da Silva, misionera comboniana brasileña que trabaja en la antena camerunesa de la Red África-Europa Fe y Justicia (AEFJN) desde que llegó al país en 2019.

El equipo de coordinación de AEFJN-Camerún, conocida localmente como Asociación Fe y Justicia, está integrado por cinco personas, dos religiosos y tres laicos. Además de la brasileña, la única no camerunesa del equipo, el otro religioso es el P. Simon Valdez Ngah, perteneciente a la congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones y coordinador nacional de la antena. De entre los laicos conozco a Joël Nomi, un jurista que desde pequeño se sintió identificado con la beatitud de los sedientos de justicia y quiso estudiar leyes para seguir esta llamada vocacional.

AEFJN-Camerún centra su trabajo en cinco ejes fundamentales que el P. Valdez enumera de forma sintética: prevención de la circulación y el consumo de drogas en la escuela, acompañamiento a comunidades afectadas por el acaparamiento de tierras, programas de cohesión social con personas desplazadas internas –en especial las afectadas por el conflicto de la Ambazonia–, proyectos de inserción social de jóvenes con minusvalías y refuerzo de capacidades psicosociales entre religiosos y religiosas.

A pesar de que la mies es mucha para tan pocos obreros, el P. Valdez matiza que «no estamos solos. Somos religiosos y en cada provincia eclesiástica contamos con grupos de religiosos y religiosas, pero también de laicos, muy comprometidos con la búsqueda de la justicia social. Con ellos, que nos ayudan a recoger informaciones sobre el terreno, organizamos nuestras actividades».

Además, el coordinador nacional destaca la buena colaboración que mantienen con los obispos diocesanos y con las comisiones diocesanas de Justicia y Paz allí donde existen. AEFJN-Camerún también forma parte de plataformas de la sociedad civil como la Alianza de Soberanía Alimentaria o la Plataforma de Lucha Contra la Droga, con las que colabora de forma asidua. Detrás de esta diversificada red de relaciones y sinergias se esconde el secreto de «los pequeños resultados que experimentamos y que nos dan mucha alegría y ánimo para no detenernos en nuestro trabajo», asegura satisfecho el P. Valdez.

Varias mujeres y niños desplazados a causa del conflicto de la Ambazonia. Fotografía: Giles Clarke / Getty



Acaparamiento de tierras

En Camerún, como en otros países africanos, están aumentando las poblaciones víctimas de la expropiación de sus tierras. Joël Nomi conoce muy bien este fenómeno y señala dos tipos de acumulación fraudulenta. Por un lado, está el de las multinacionales extranjeras que solicitan terrenos al Estado a cambio de importantes sumas de dinero. En este caso, el ­Gobierno se hace con ellos saltándose los procedimientos legales, sin indemnizaciones y violando el espacio vital de la población. Otro género de explotación que se está extendiendo lo protagonizan ediles locales con cierto poder económico e influencia que consiguen documentos de propiedad y despojan a las poblaciones de sus tierras.

Antes situaciones de este tipo, «nuestra primera acción es acompañar a las poblaciones para que tomen conciencia de que tienen derecho a reclamar y de que, además, solo ellos tienen la capacidad de hacerlo, porque nadie puede sustituirlos. Les informamos sobre las leyes de la tierra en vigor y les orientamos a apoyarse en los jefes tradicionales y el derecho consuetudinario. La mayor parte de la gente no tiene títulos de propiedad y las tierras pasan de una generación a la siguiente, pero esta continuidad en el uso de las tierras es fuente de derecho en Camerún», señala Nomi. Las poblaciones se enfrentan a adversarios muy poderosos, de ahí la importancia de organizarse porque «reclamar de forma dispersa no funciona», asegura convencido el jurista.

Nomi recuerda el caso de Ambam, un departamento del valle de Ntem, donde en 2021 un grupo local pilotado por una empresa camerunesa con sede en Yaundé consiguió expropiar de forma fraudulenta más de 31 000 hectáreas que afectaban a 21 aldeas para desarrollar el proyecto Plants et Aquaculture du Cameroun (PAC). AEFJN-Camerún invitó a la población a denunciar esta conculcación, alertó a la prensa y organizó talleres informativos. Gracias a la movilización, el primer ministro camerunés, Joseph Dion Ngute, anuló el PAC y las tierra volvieron a las poblaciones. «Fue un trabajo que exigió mucho tiempo y numerosos viajes sobre el terreno, pero al final te queda la alegría de haber contribuido a parar esa injusticia», señala con satisfacción el abogado.

Un grupo de alumnos durante una formación contra el consumo de drogas organizada por AEFJN-Camerún. Fotografía: AEFJN-Camerún




Drogas

El aumento del consumo de drogas entre los jóvenes es otro de los retos de AEFJN-Camerún, que tratan de afrontar desde la Plataforma de Lucha Contra la Droga. «Centramos nuestro trabajo de sensibilización sobre todo en establecimientos escolares y parroquias, tratando de inculcar buenos hábitos entre los jóvenes», señala el P. Valdez.

En estas sesiones –y en charlas donde se advierte a los chicos sobre los peligros del consumo de sustancias ilícitas– dan mucha importancia a los encuentros con profesores, animadores juveniles y padres, en los que abordan cuestiones como la necesidad de proteger a los jóvenes, la detección de los signos que alertan de que un joven está consumiendo drogas o los pasos que hay que dar para acompañar a alguien que quiere dejar de hacerlo.

En los centros educativos, además de la prevención, la antena camerunesa ­organiza sesiones sobre cuestiones ambientales y ecológicas, recuerda la Hna. Da Silva, para quien «el grito de la tierra y de los pobres es un constante desafío que nos exige potenciar la ecología integral» propuesta por el papa Francisco en la encíclica Laudato si’. El P. Valdez añade que desde la antena están empujando «para que se introduzcan materias de formación medioambiental en el currículum escolar y también en la pastoral».



Cohesión social

Otro de los ejes de actuación de EAFJN-Camerún está relacionado con el conflicto armado que desde 2017 enfrenta al Gobierno camerunés con diversos grupos separatistas de las dos regiones anglófonas del ­oeste del país. Como consecuencia de esta crisis, más de un millón de personas de la Ambazonia han buscado refugio en otras zonas del país. En algunos lugares, la presencia de los desplazados internos está produciendo graves problemas de convivencia.

El programa de cohesión social con los desplazados internos de AEFJN-Camerún tiene como primer punto de actuación la organización de sesiones formativas con los religiosos y religiosas presentes en la zona para que sean los primeros en «informar y sensibilizar a la gente y faciliten la acogida de los desplazados», señala el P. Simon Valdez. También se proponen medidas concretas para que «los desplazados en zonas rurales accedan a un terreno para cultivar la tierra sin tener que pagar alquiler y luego, a finales de año, según la producción que consigan, entreguen una parte al dueño de la tierra».

Otro aspecto importante de estos programas es interpelar a las autoridades locales sobre su obligación de asegurar la acogida de los desplazados, de manera que pongan a su disposición todos los recursos de la zona, como los centros de salud o los puntos de agua. Según el jurista de la antena, «las poblaciones locales también sufren falta de recursos y no se puede hacer recaer sobre ellas toda la acogida, por eso es importante la implicación de las autoridades como reguladores de la convivencia».

De izquierda a Derecha, P. Simon Valdez, Hna. Geny Maria da Silva y Joël Nomi durante el encuentro con MN. Fotografía: Enrique Bayo



Capacitación psicosocial

Entre diciembre de 2024 y principios de 2025, AEFJN-Camerún organizó sesiones formativas en las cinco provincias eclesiásticas del país sobre el refuerzo de capacidades psicosociales para religiosos y religiosas, aunque también participaron algunos sacerdotes diocesanos y catequistas. El objetivo de estos encuentros ha sido ofrecer herramientas útiles para afrontar la gestión de los traumas y del pasado doloroso no solo de los desplazados internos, sino de todo tipo de personas afectadas por estos problemas a los que hace frente la antena.

El coordinador de AEFJN-Camerún reconoce que en el país «es difícil encontrar servicios especializados en psicología y muchas personas vienen a la Iglesia para ser escuchadas, compartir sus experiencias y pedir consejo para liberarse de sus traumas. El problema es que los religiosos no siempre estamos bien formados para este tipo de acompañamientos y podemos incluso crear más heridas que soluciones. La vía más corriente es espiritualizarlo todo, decir “vamos a orar” y quedarnos ahí, sin sospechar que la persona necesita además una ayuda especializada».

En total han sido unas 180 las personas que han recibido esta formación y que ahora están llamadas a enseñar a otras lo que han aprendido. Los contenidos han sido impartidos por miembros de la Comisión de Psicólogos de la Conferencia Nacional de Superiores y Superioras Mayores y por profesionales de dos entidades: la Fundación de Psicología RAPHA-Psy y la ONG Bring Ligth Save Live, miembro de la Federación Mundial Contra las Drogas.



Desafíos

Los tres miembros entrevistados del equipo de coordinación de AEFJN-Camerún coinciden en señalar la cuestión financiera como su principal desafío. «Nos preocupa mucho la falta de dinero para el normal desarrollo de las actividades, sobre todo si tenemos dificultades para pagar a las personas que trabajan con nosotros», dice la Hna. Geny Maria da Silva.

AEFJN-Camerún recibe ayuda de la Conferencia Episcopal y de la Conferencia Nacional de Superiores y Superioras Mayores. También recogen donativos de voluntarios, de congregaciones religiosas, además de una pequeña contribución anual de la oficina de Bruselas de ­AEFJN. Pero no es suficiente. «Sin el apoyo de Missio Aachen y la Fundación Roncalli hubiera sido imposible organizar las sesiones formativas de refuerzo de capacidades psicosociales» señala el P. Valdez, que se queja con amargura de la falta de apoyo financiero del Gobierno camerunés. En opinión del religioso, el Ejecutivo no se toma en serio las cuestiones relacionadas con la justicia y la paz. Para demostrarlo aporta  un grueso archivador con documentación. «Estas cartas son peticiones de ayuda a diferentes ministerios e instituciones públicas. Siempre responden cortésmente dando acuse de recibo, pero nunca ofreciendo dinero», dice el religioso, que añade: «El Ministerio de Sanidad debería preocuparse del aumento del consumo de drogas entre los jóvenes, pero siempre que le pedimos ayuda para subvencionar nuestras sesiones de sensibilización en los colegios nunca obtenemos respuesta». El coordinador nacional se lamenta también de que hayan tenido que reducir el acompañamiento a comunidades afectadas por el acaparamiento de tierras por falta de medios para los gastos de desplazamiento.

Además de la página web y la animación en redes sociales, AEFJN-Camerún elabora cada tres meses el boletín Shema para informar y sensibilizar sobre sus proyectos y programas. Imprimen 450 ejemplares que distribuyen de forma gratuita entre las congregaciones, colaboradores, oenegés e instituciones. Aquí también están encontrando dificultades para financiar esta pequeña publicación.

Otro desafío que señalan es la falta de voces proféticas dentro de la Iglesia. Desde la antena «elaboramos informes sobre lo que observamos sobre el terreno y se los entregamos a los obispos, porque son ellos los que deben presentarlos a la opinión pública y a los políticos», dice el P. Valdez, dando a entender con un gesto que la mayoría de los prelados no responden a las expectativas.



Inserción social

Terminada la entrevista me doy cuenta de que me he olvidado de preguntar por el trabajo de inserción social de jóvenes con discapacidad, uno de los cinco ejes de actuación de AEFJN-Camerún. Para solventarlo me entregan documentación con una explicación detallada. Estos proyectos se llevan a cabo en parroquias y centros escolares de cuatro diócesis –Garoua, Bertoua, Bafoussam y Yaundé– y tienen como objetivo evitar la exclusión de adolescentes y jóvenes con sordera, discapacidades del habla, enfermedades mentales o limitaciones visuales. También se ocupan de la atención a la población albina. La organización de talleres, sesiones de sensibilización y elaboración de materiales son algunos de los medios utilizados para llevar adelante estos proyectos.

Salgo de la sede de la Conferencia Nacional de Superiores y Superioras Mayores feliz de haber encontrado a un grupo de personas comprometidas y dotadas de una «fe activa» –como le gusta decir al P. Simon ­Valdez– que, con gran sencillez y humildad, están consiguiendo auténticos milagros y son verdaderos «mensajeros y constructores de esperanza».  



Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto