Publicado por Gonzalo Gómez en |
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Myasar Abadelkarim, Abdul Rahim, Abdelaziz Yaakoub, Mohamed Salah y Bishara Ibrahim. Son sus nombres. Los nombres de cinco chicos de entre 16 y 35 años que perdieron la vida el 24 de junio de 2022 en uno de los pasos fronterizos entre Nador (Marruecos) y Melilla. No fueron los únicos. Las imágenes, sobrecogedoras. Un intento masivo de cruzar una de esas vallas que cierran Europa por la frontera sur, que terminó con más de 30 personas muertas y decenas de desaparecidos. En el cementerio de Nador, muchas lápidas no tienen nombre. Solo una fecha, un número…
Para darles un rostro y sacarlos del anonimato, el periodista Sergio Illescas y el artista Mario-Paul Martínez viajaron a Melilla, donde se entrevistaron con quienes los conocieron con la intención de reconstruir las historias de aquellos que no lograron sobrevivir. Sus relatos –sus sueños, sus peculiaridades, sus maneras únicas de estar en el mundo–, convertidos primero en guion e ilustraciones, están ahora cerca de transformarse en un cómic de la editorial Dolmen. Pero aún falta un último empujón –que se puede dar mediante micromecenazgo–. Será el que permitirá que el trabajo de los ilustradores sea remunerado como corresponde. Eusebio Nsue, de Guinea Ecuatorial; Gabriel Castillo, de República Dominicana; Aurélia Durand, de París; Alaa Satir, de Sudán; y Frank Zarate, de Colombia, son los artistas afrodescendientes que se han implicado en el proyecto. Con sus diferentes estilos, cada uno de ellos ayudará a dar vida –ojalá esta frase fuera literal– a Myasar, Abdul, Abdelaziz, Mohamed y Bishara, ahora personajes que, a través del arte, deberían dejar de ser números y ser recordados y evocados como personas.
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