Club de Lectura Mamah Africa: El rincón de las letras africanas

en |

Por Chema Caballero

 

Desde hace casi un año, una vez al mes un grupo de personas se congrega. en torno a la literatura africana, en la galería MAMAH AFRICA. Con el apoyo de Casa África ha nacido este club de lectura, uno de los pocos de este tipo que existen en nuestro país, que mira al continente a través de la obra de autores africanos o afrodescendientes.

 

Un sábado al mes, una veintena de personas se reúnen en la galería MAMAH AFRICA de Madrid para hablar de literatura africana. Se trata de uno de los pocos clubs de lectura que existen en España centrados en el estudio de obras de autores africanos.

La idea surgió en 2015, cuando las hermanas Maica y Laura de la Carrera, que llevan esta galería sinónimo de cultura, arte y moda, decidieron centrar el curso 2015-2016 en torno a actividades que dieran a conocer a Malí. En septiembre organizaron un acto para el que contactaron con Casa África, invitándola a participar. La institución, que no podía apoyarlas con dinero dado los recortes presupuestarios a los que está sometida, se ofreció a prestarles libros de autores malienses para establecer un club de lectura, similar al que la entidad organiza los últimos jueves de cada mes en su sede de Las Palmas de Gran Canaria.

Es así como en octubre del año pasado se puso en marcha esta iniciativa y se invitó a coordinarla a Sonia Fernández, creadora del blogLitERaFRicA y una de las personas que más saben sobre literatura africana en nuestro país en estos momentos.

Según ella, los objetivos del club son “compartir y difundir las letras africanas traducidas al castellano, incentivar el interés por conocerlas y que se lean, impulsar a los autores africanos y visibilizarlos, e intercambiar puntos de vista sobre los libros que leemos e introducirnos en sus culturas”.

Las dos primeras obras que se leyeron en el grupo fueron las de los autores malienses sugeridos por Casa África: Kuty, memoria de sangre, de Aïda Mady Diallo, y Amkullel, el niño fulbé, de Amadou Hampâté Bâ.

Tras las dos primeras sesiones, visto el éxito y la buena acogida que habían tenido, las hermanas De la Carrera, junto a Sonia, decidieron continuar con el club. De este modo, los participantes han tenido la oportunidad de acercarse a escritos pertenecientes a autores procedentes de otros países africanos como Mañana cumpliré 20 años, del congoleño Alain Mabanckou, Las que aguardan, de la senegalesa Fatou Diome, o La estación de la sombra, de la camerunesa Léonora Miano. Hasta ahora, la elección ha sido muy paritaria –tres hombres y tres mujeres–, aunque en la última sesión del curso, el empate se deshará.

Todos los libros seleccionados hasta el momento pertenecen a la colección de Casa África, que los presta para su lectura. Comenta Sonia que “esta institución juega un papel fundamental en el club ya que sin ella no hubiera surgido ni se hubiera mantenido. Son sus libros los que han dado justificación al club”. Pero no descarta que en un futuro se lean obras que no pertenezcan al fondo editorial de esta institución.

 

 

Fotografía: Chema Caballero

Fotografía: Chema Caballero

 

 

Escaso interés por las literaturas africanas

Las literaturas africanas están fuera de los grandes circuitos editoriales y difícilmente son accesibles al lector español. Esta realidad no se debe a motivos de calidad, sino más bien de ignorancia. África sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de los españoles; incluso a muchas personas les cuesta creer que pueda haber escritores en el continente.

En las librerías es difícil encontrar obras de autores africanos traducidas al castellano u otros idiomas del Estado español. Son pocos losestablecimientos que cuentan con una sección especializada en el continente, fuera de las guías y libros de viajes.

Sonia Fernández cree que el interés por estas literaturas en España es limitado y escaso a pesar de que, de forma tímida, últimamente se demanda algo más gracias al tirón que están teniendo autores como la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (La flor púrpura, Medio sol amarillo, Algo alrededor de tu cuello, Americanah o Todos deberíamos ser feministas), Teju Cole (Ciudad abierta) nacido en Estados Unidos de padres nigerianos, Taiye Selasi (Ghana must go) nacida en Londres, de padres ghaneses, y criada en Estado Unidos, o el keniano Binyavanga Wainaina (Algún día escribiré sobre África).

Sonia confiesa que no sabría afirmar si esto significa que hay un interés creciente hacia las literaturas africanas. Lo que sí se atreve a decir es que “la gente cuando empieza a leer y a conocer –estas letras– se siente más interesada”.

Pero si estas obras y estos autores “no se difunden, si no se les da visibilidad seguirán en la oscuridad. Dando luz, poniendo el foco sobre ellas, es la única manera de que estas letras afloren”.

Para la coordinadora del club de lectura de Mamah Africa, lo característico de estas literaturas es que “frente a otras lecturas occidentales, las letras africanas plasman otras temáticas, pero incluso siendo las mismas, las voces que lo hacen aportan otra mirada. Sin duda, abren puertas”.

Evidentemente, una buena forma de dar a conocer a estos autores y a sus obras es la organización de clubs de lectura donde el lector es introducido a los escritores, a sus trabajos, a sus entornos y contextos y a las problemáticas que viven y plantean, a la música, gastronomía, singularidad o política de sus países…

 

Fotografía: Chema Caballero

Fotografía: Chema Caballero

 

Siempre espera una sorpresa

Como cada mes, en julio, Sonia se desplaza desde Bilbao –donde reside– a Madrid para coordinar la última sesión del club antes del parón veraniego.

Sentada en una mesa delante de la reproducción de un estudio fotográfico maliense de los años 60 y 70 del siglo pasado, hace la introducción de la obra elegida antes de invitar a la veintena de participantes a compartir sus opiniones. Estos se sientan en sillas decoradas con telas africanas o taburetes, rodeados de la última colección de moda primavera-verano diseñada por Maica de la Carrera (que este año lleva por nombre Camerún majestuoso y pretende rendir un homenaje a las princesas bamileke de ese país y a la riqueza textil bamenda y bamun) y las fotos de la exposición colectiva Por África y por ti, Malick, con la que varios artistas pretenden honrar al gran fotógrafo maliense Malick Sidibé.

Para la ocasión se ha elegido un texto ajeno al catálogo de Casa África, se trata de Amanecía de la autora marfileña Fatou Keïta. La obra está traducida al castellano por 2709 books, una editorial independiente que se presenta como “un grupo de lectores antes que editores, que buscan otras historias, de otros autores, que les acerquen a otras visiones del mundo”. Todos sus libros están editados en formato electrónico con la idea de llegar a más lectores, producir con menor coste y poder remunerar mejor a autores y traductores.

Como suele ser habitual en las sesiones del club, también en esta ocasión hay un par de sorpresas. La primera es la participación de Franck Olivier Kra, editor jefe de la revista eBiz Africa Review, que se publica en castellano e inglés y ofrece noticias centradas en África tanto de negocios como de entretenimiento.

Franck, un marfileño afincado en Madrid, pone el contexto al libro leído: los convulsos años 90, en los que él se encontraba cursando sus estudios universitarios en Abiyán. Aunque la obra está localizada en un país ficticio llamado Bahía de los Cocodrilos, desde el prólogo de la misma, escrito por Ángeles Jurado –periodista y gran conocedora de Costa de Marfil–, quedan claras las similitudes con el país africano, al mismo tiempo que tampoco se identifica con él y sirve de metáfora para tantos otros del continente.

Junto a Franck Oliver Kra, está Alejandra Guarinos Viñals, traductora de la obra. Ella habla de las dificultades de traducir un texto como este, donde el registro hablado de los personajes cambia constantemente, incluso llegando a utilizar el dialecto y el argot de la calle. También introduce datos sobre la autora, su obra y el público que la sigue.

Alejandra es también la coordinadora del Club de Lectura Baobab que desde principios de este año se reúne todos los meses en la Biblioteca Pública del Estado, de Albacete. En los pocos meses de vida que tiene este grupo ya ha leído Todo se ­desmorona, del nigeriano Chinua Achebe, un clásico de las letras africanas y un muy buen comienzo para un proyecto de este tipo, Las que aguardan, de Fatou Dione –el único libro en el que han coincidido con el de Mamah África–, Tras la celosía, del premio Nobel egipcio Naguib Mahfouz, Moyambe, del angoleño Pepetela, editado por Casa África, y dos relatos cortos, y muy recomendables, El entierro de mi tío y En nombre delpartido, del marfileño Venance Konan, publicados por el sello 2709 books.

Tras las vacaciones de verano, el Club de Lectura de Mamah Africa volverá a reunirse el 24 de septiembre en la sede de la galería. Para esa ocasión se ha elegido el libro Sunyata o la epopeya mandinga, del guineano Djibril Tamsir Niame.

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto