Por Momadou Diagne
El pasado 1 de diciembre, una noticia sin precedentes nos dejó desconcertados a todos los escépticos. Un autoritario que llevaba veintidós años gobernando con mano de hierro al pequeño país de África Occidental, decidió dejar el poder de forma democrática tras perder las elecciones reconociendo públicamente su derrota. Los escépticos no lo pudimos creer del todo hasta ver la retransmisión televisiva en el canal estatal GRTS (Gambian Radio and Television Services) donde el propio Yahya Jammeh llamó al presidente electo Barrow por teléfono. Era demasiado bonito para ser verdad.