30 vidas cada día

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El número de víctimas en las rutas migratorias hacia España creció un 58 % en 2024, según Caminando Fronteras.



«El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes de esto soy hombre de mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en las fronteras políticas». Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, citó a García Lorca para abrir el acto de presentación del último informe de la organización Caminando Fronteras, Monitoreo del Derecho a la Vida 2024 , que denuncia lo que ocurre en la frontera occidental euroafricana con quienes migran para mejorar su vida y la de sus familias. El informe, que prioriza el salvamento sobre el control de las fronteras, constata que en 2024 se ha producido un aumento del 58 % de las víctimas en las rutas migratorias desde África hacia España respecto al año anterior. «2024 se ha convertido en el año más mortífero desde que tenemos registros, con cifras devastadoras: 10 457 personas muertas o desaparecidas, un promedio de 30 vidas perdidas cada día. Entre las víctimas, 421 mujeres y 1 538 niñas, niños y adolescentes», afirmó la coordinadora de la organización Helena Maleno. 

La ruta Atlántica hacia las islas Canarias es la más letal del mundo. El 71 % de las tragedias documentadas ocurrieron en este trayecto, con cayucos procedentes en su mayoría de Mauritania. Las rutas mediterráneas también reflejan altos índices de mortalidad que demuestran que las políticas migratorias siguen fallando. «En el 69 % de las tragedias […] hubo una inacción directa de los servicios de búsqueda y rescate, bien porque no se activaron, bien porque hubo demora o bien porque no se activó esa relación entre los países para proteger el derecho a la vida, a pesar en muchos casos […] de saber dónde se estaba produciendo un naufragio», lamentó Maleno. El documento expone algunos casos de ­descoordinación y falta de voluntad por parte de España, Marruecos y Mauritania. 

El informe presta especial atención a la situación de las mujeres, que sufren niveles desproporcionados de violencia y desprotección durante sus trayectos por tierra y mar, enfrentándose a riesgos como explotación, deportaciones al desierto, violencia sexual sistemática o captación por redes de trata. También se denuncia la criminalización e invisibilización de la infancia migrante, tratada más como un problema de control migratorio que como sujeto de derecho con protección especial. Los discursos de odio contra ellos se oponen a principios internacionales y aumentan las agresiones físicas y verbales que a menudo padecen. 

Un capítulo del informe está dedicado a los familiares de las víctimas y las personas desaparecidas, que juegan un papel fundamental en la documentación y denuncia de los casos. «Este informe […] contra la impunidad no sería posible sin la valentía y la resistencia de las familias buscadoras, que cada vez están más presentes en el Estado español y que cada vez alzan su voz más alto», subrayó Maleno. Sin embargo, el esfuerzo de búsqueda y la exigencia de rendición de cuentas suelen estar obstaculizados por la falta de apoyo institucional y la criminalización.

Además de presentar datos, Caminando Fronteras exige un cambio estructural urgente hacia políticas centradas en la protección de la vida, la implementación de protocolos de búsqueda eficientes y la eliminación de la criminalización de la solidaridad. 



En la imagen, 24 de julio de 2024. Camiseta de una persona migrante fallecida en una playa de Nuakchot (Mauritania). En el naufragio perecieron oficialmente 15 personas y decenas desaparecieron. Desde el anonimato, algunas fuentes confirmaron la recuperación de 25 cadáveres y el rescate de 103 personas. Fotografía: Med Lemin Rajel/Getty

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