Aún queda esperanza

en |



El TJUE equilibra la ofensiva diplomática marroquí en torno al futuro del Sahara Occidental



El 6 de noviembre de 2025 se cumplirán 50 años de la Marcha Verde o, como la conocen los saharauis, la Marcha Negra. Marruecos iniciaba así un proyecto a largo plazo para anexionarse el Sahara Occidental, territorio bajo el mandato colonial español desde finales del siglo XIX. El proceso de descolonización fue interrumpido tras los Acuerdos de Madrid de 1975 y, aún a día de hoy, es un proceso incompleto según la legislación internacional. Hace un par de años, en estas páginas se indicaba que «quizás el único aspecto en el que el conjunto de los saharauis está de acuerdo es en la pésima actuación –tanto en la salida del territorio como en el silencio y la inacción– que ha caracterizado la política española respecto al Sahara Occidental» (ver MN 679, pp. 30-37). España sigue siendo uno de los países con una mayor responsabilidad histórica en esta cuestión. Marruecos, haciendo uso de sus diferentes herramientas de presión y de las más variadas técnicas diplomáticas, primero con Hassan II y después con Mohamed VI, ha ido ganando el apoyo de diferentes actores internacionales en sus pretensiones de anexionarse el territorio saharaui.



De Trump a Macron

En los últimos cinco años, la monarquía marroquí ha conseguido importantes avances con respecto a su plan de ocupación permanente. Uno de los principales puntos de inflexión tuvo lugar en diciembre de 2020, cuando poco antes de terminar su primer mandato en la Casa Blanca, Donald Trump se convirtió en el primer líder occidental en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio. El 10 de enero de 2021, la embajada estadounidense en Rabat publicaba una nota en la que anunciaba que el presidente Trump tenía la intención de abrir un consulado en la ciudad de Dajla, un proyecto que podría retomar después de su toma de posesión. Esta decisión, que no ha sido revocada en los cuatro años de Biden, formaba parte de un acuerdo más amplio por el que Marruecos restablecía relaciones con Israel, en una muestra de las complejas implicaciones internacionales que rodean a esta cuestión.

El presidente francés saluda a las personas congregadas en el exterior del Parlamento marroquí el pasado 29 de octubre. Fotografía: Getty. En la imagen superior, cabeza de la manifestación que tuvo lugar el pasado 16 de noviembre en Madrid para reclamar el derecho de autodeterminación del Sahara Occidental y el cumplimiento de las sentencias del TJUE. Fotografía: Diego Radames/Getty



Tras el movimiento de Trump, fue el presidente español, Pedro Sánchez, quien, en una decisión muy controvertida, aproximaba su postura a Marruecos a través de una carta enviada al rey Mohamed VI en marzo de 2022, en la que Sánchez reconocía «la importancia que tiene la cuestión del Sahara Occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos, en el marco de Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo». Con ello, se producía un giro histórico en la política exterior española sobre el Sahara. Aunque la carta nunca fue divulgada por el Gobierno, sino dada a conocer por la Casa Real de Marruecos y publicada en su totalidad por El País, lo cierto es que con ella se puso fin a una crisis diplomática entre los dos países. Un mes más tarde, Sánchez viajaba a Rabat en visita oficial para acordar la reapertura de las fronteras en Ceuta y Melilla. En la misma línea se sitúa el Gobierno alemán que, tras la llegada de Olaf Scholz al poder a finales de 2021, recondujo la crisis diplomática abierta con Marruecos al reconocer que el plan de autonomía presentado por Rabat en 2007 contribuía al final del conflicto, un reconocimiento que Berlín ha reiterado en otras ocasiones desde entonces.

El último líder occidental en posicionarse al lado de Marruecos ha sido Macron. El presidente francés, en una misiva con motivo del 25 aniversario de la entronización de ­Mohamed VI el pasado mes de julio, sostenía que «el presente y el futuro del ­Sahara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí. Por consiguiente, puedo asegurarle que la posición de Francia sobre esta cuestión de seguridad nacional para su Reino es inviolable. Francia tiene la intención de actuar en coherencia con esta posición tanto a nivel nacional como internacional. Para Francia, la autonomía bajo soberanía marroquí es el marco en el que debe resolverse esta cuestión. Nuestro apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 es claro y constante». En su visita oficial al país norteafricano el pasado mes de octubre, Macron intervino ante el Parlamento marroquí con un discurso de casi 45 minutos en el que reiteró que «para Francia, el presente y el futuro de este territorio [el Sahara Occidental] se inscribe dentro del marco de la soberanía marroquí».

Y de la ONU a la UE

Tanto Francia como Estados Unidos son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y ambos países han reconocido, en los últimos cinco años, la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui. Si bien es cierto que recientemente la ONU ha renovado el mandato de la MINURSO por un año más, la próxima renuncia de Staffan de Mistura como enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental pone en peligro la continuación de la misión especial de Naciones Unidas si el Consejo de Seguridad no se pone de acuerdo en nombrar a un nuevo enviado especial. En el marco de la renovación del mandato, el diplomático italo-sueco planteó por primera vez la solución de la partición del territorio entre Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática, una medida que no contenta a ninguna de las partes.

Entre tanto, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó a principios de octubre que los acuerdos de pesca y agricultura que la Unión Europea mantiene con Marruecos deben anularse, dando la razón al pueblo saharaui al considerar que vulneran sus derechos por no tener en cuenta su derecho de autodeterminación. Para Manuel Devers, abogado del Frente Polisario, el fallo del tribunal europeo implica un reconocimiento al derecho de autodeterminación sobre el territorio y la soberanía sobre sus recursos naturales, tal y como expresó el pasado 18 de noviembre en una conferencia en el Congreso de los Diputados. En la misma conferencia, Oubi Bouchraya Bachir, representante del Frente Polisario, celebró que estas sentencias blindan las aspiraciones políticas del Sahara Occidental al tiempo que debilita las posiciones de Marruecos. En definitiva, «un ápice de esperanza», según expresó la diputada Tesh Sidi.

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto