Cine: «Les Harkis» y «Un petit frère»

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Título: Les Harkis
Dirigida por Philippe Faucon
País: Francia/Argelia
Año: 2022
Género: Ficción histórica



Es la guerra. Y siempre hay, al menos, dos posiciones desde la que explicarla. En este caso, la película del director nacido en Marruecos ­Philippe Faucon ofrece una lección de historia cinematográfica, pero situándose, de la mejor manera posible, en los márgenes del relato oficial europeo y francés. Este retrato sin prejuicios brinda una aproximación clara y sobria de las tribulaciones y contradicciones experimentadas por los argelinos que sirvieron en el Ejército colonial francés –los denominados harkis– mientras su nación luchaba por la independencia. Se alentó a hombres sin recursos e indigentes a alistarse en las tropas opresoras bajo un diverso paraguas propagandístico: algunos creían que la causa de Francia era noble, otros querían la nacionalidad francesa y otros disfrutaban del caos, pero la mayoría lo que buscaba era dinero y atención médica. Al final de la guerra, descubrieron que Francia les había mentido y que no podrían entrar en Europa: debían permanecer en Argelia y lidiar con las consecuencias.
El sello de Faucon vuelve a sugerir una reflexión ardiente y oportuna sobre un oscuro episodio de la historia de Francia que corre el riesgo de ser borrado de los libros con la normalización de la política de extrema derecha en el país. Al menos, el Festival de Cannes lo tenía claro cuando decidió presentar al mundo este film la pasada primavera: una sutil bofetada artística y mediática al imperialismo francés que todavía camina en terreno pantanoso.


Título: Un petit frère
Dirigida por Léonor Serraille
País: Francia/Costa de Marfil
Año: 2022
Género: Ficción, drama



Nadie que haya vivido toda su vida en un solo país puede comprender la extraña e íntima perturbación de emigrar en familia. Por un tiempo, padres e hijos están unidos en la desorientación, la autoridad de los adultos queda en suspenso mientras todas las partes deambulan y se abren camino a tientas a través de nuevas culturas, geografías y círculos sociales. Es un rito de iniciación compartido que atraviesa décadas de separación. Eventualmente, todos encuentran su lugar, se reafirman los roles tradicionales y se reanuda la vida familiar estable. Pero no siempre es así, como se describe en Un petit frère, el segundo largometraje –delicado y desgarrador– de Léonor Serraille. Un retrato de una madre soltera y dos hijos vulnerables que se establecen (o no) en Francia desde Costa de Marfil y que muestra cómo la experiencia del migrante puede estrechar el vínculo familiar o deshacerlo de forma permanente.

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