Cine: «Semillas de Kivu» y «Everybody Loves Touda»

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Título: Semillas de Kivu
Dirigida por Néstor López y Carlos Valle
País: España-RDC
Año: 2024
Nota: Nominado al mejor cortometraje en los 39.º Premios Goya.



«Ante lo que ocurre aquí, en la República Democrática del Congo, el mundo ha decidido cerrar los ojos y taparse los oídos. Es sencillamente una discriminación que golpea la conciencia humana». La frase que acaban de leer y que desgarra al espectador la susurra el ginecólogo y premio nobel de la paz 2018, Denis Mukwege, al final del cortometraje Semillas de Kivu, el último trabajo de los realizadores Néstor López y Carlos Valle, que se convierte en un homenaje a la resiliencia de las mujeres que, tras ser brutalmente violadas en el contexto de un conflicto armado, encuentran en el Hospital de Panzi, fundado por Mukwege, un refugio para su recuperación física y emocional. Este trabajo también denuncia la violencia sexual como una herramienta de destrucción en los conflictos bélicos.

Los testimonios de varias protagonistas que explican cómo familiares y amigos las han rechazado por haber sido violadas por soldados enemigos es una de las historias centrales. Sin embargo, el cortometraje también pone en evidencia la necesidad urgente de resolver las causas subyacentes del conflicto en Kivu, como la lucha por el control de los recursos naturales estratégicos para la industria tecnológica global que perpetúa la violencia en la región. La pieza ha sido aclamada por sensibilizar sobre estos problemas complejos. Su nominación a los Goya de 2025 subraya la relevancia del cine para dar visibilidad a temas de derechos humanos y justicia social.



Título: Everybody Loves Touda
Dirigida por Nabyl Ayouch
País: Marruecos
Año: 2024
Nota: Candidata a los Oscar 2025.

Diez minutos. Una decena de secuencias entrelazadas de vino, tabaco, música, huida y una violación le valen al reconocido cineasta marroquí Nabyl Ayouch para sentar en el banquillo de los acusados al patriarcado que trata de evitar cualquier aleteo de poder femenino. Touda, la protagonista, es una artista que canta a la resistencia y la emancipación. Su vida trascurre entre locales donde la mirada lujuriosa de los hombres hace repeler la propia imagen que nos muestra el director. Es entonces cuando aparece el plan de dejar su pequeño pueblo para ir a las brillantes luces de la gran ciudad, Casablanca, para ser reconocida como una verdadera artista y también asegurar un futuro mejor para ella y su hijo, que es fruto de la violación. Tratará de brillar como una verdadera sheikha, una cantante tradicional marroquí, pero será en vano. Por mucho que perfeccione sus habilidades, el sistema solo la verá como un cuerpo cosificado.

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