«La resolución de la ONU sobre Sahara es una victoria aclamada pero no real para Marruecos»

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Sonia Moreno, periodista


La periodista Sonia Moreno (Oviedo, 1973) acaba de publicar Marruecos, el vecino incómodo (Ed. La Esfera de los Libros), una obra en la que se analizan, entre otros aspectos, la relación hispano-marroquí y el reinado de Mohamed VI. En plena gira de presentación del libro, Naciones Unidas ha aprobado una resolución que considera la propuesta de autonomía de Marruecos para Sahara Occidental como base para una solución al conflicto. Además, este 6 de noviembre, se cumplen 50 años de la Marcha Verde, la Marcha Negral, tal y como la denomina el pueblo saharaui. Un libro, por tanto, oportuno y necesario. Hemos hablado con la autora en la redacción de MN.





¿Cómo valora la reciente resolución 2797 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por la que se renueva por un año el mandato de la MINURSO y apunta a la propuesta autonómica de Marruecos como base para una solución al conflicto saharaui al considerarla «una de las soluciones más factibles»?

Creo que, por un lado, es una pequeña victoria para Marruecos. Por primera vez, el Consejo de Seguridad de la ONU reconoce el plan de autonomía como la opción más estable, más creíble, más seria y más posible, y manda a negociar a las partes a partir de ese plan de autonomía. También es verdad que Marruecos no ha conseguido lo que quería, que esa fuera la opción única, porque cuando los miembros del Consejo de Seguridad leyeron el texto que había preparado Estados Unidos, impulsado por Rabat, no lo aceptaron. Es una opción más, pero no es la única. Creo que ahí está la cuestión.



¿Qué va a pasar?

Se tienen que sentar a negociar el Frente Polisario, como representante de los saharauis, y Marruecos. Fuera de la ecuación quedan España y Argelia, por mucho que Mohamed VI, en su discurso extraordinario, tendiera la mano a Abdeljamid Tebboune, el presidente argelino, tal y como lleva haciendo dos años. [Marruecos] Ha arreglado las relaciones con España, hemos visto que las ha arreglado y apuntalado con Francia y quiere arreglar desde hace bastante la relación con Argelia, aunque no recibe ningún feedback por parte de los argelinos. No podemos desviar la atención a Argelia, porque Argelia no va a negociar, que es lo que Marruecos quiere. Rabat pretende hacer creer a la ciudadanía que van a negociar ellos y Argelia, al margen del Frente Polisario. No, se tienen que sentar en la mesa el Frente Polisario y Marruecos. ¿Qué va a pasar? Una vez que se ha votado la prórroga de un año de la MINURSO, la situación es la misma y el Frente Polisario no se va a sentar a negociar con Marruecos porque no hay equidad, sobre la mesa no está lo que ellos proponen. A partir de aquí, tendrán que dar una vuelta y hacer otra propuesta, pero no se van a sentar a negociar solo con lo que propone Marruecos. No va a haber negociaciones, el proceso va a estar enquistado todo el año y cada parte continuará con sus lobbies.



Dentro y fuera del continente, supongo.

Creo que hay que poner la mirada en la Unión Africana. Marruecos ha intentado conseguir que expulsen a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) de la Unión Africana, por eso se reincorporó al organismo continental en 2017. Sin embargo, no lo está consiguiendo, entre otras cosas porque la mayor parte de los países africanos pasaron por la misma situación por la que está pasando ahora Sahara Occidental. Esto supone una derrota importante para Rabat. En Marruecos se está celebrando en las calles y con el discurso del rey como una gran victoria, pero esta resolución del Consejo de Seguridad no tiene ninguna repercusión sobre el derecho internacional. El derecho internacional está por encima y no se puede imponer una única propuesta. Esto lo que supone es un año más de tensión y de guerra. Aunque Marruecos se empeña en decir que no hay una guerra, en los párrafos que se han filtrado de la resolución, porque todavía no se conoce el texto completo de la ONU, se dice que las partes tienen que dialogar para llegar a un proceso de paz. Por lo tanto, si tienen que alcanzar un proceso de paz es porque se está viviendo una guerra desde que se rompió el alto el fuego en noviembre de 2020. En este contexto estamos. Que países como Francia y España apoyen la propuesta marroquí, aunque nosotros no estemos dentro del Consejo [de Seguridad de la ONU], da a Rabat una cierta capacidad de maniobra y le hace envalentonarse, pero todo esto hay que ponerlo en marcha, hay que llevarlo al papel, hay que llevarlo a la realidad, al diálogo y al entendimiento… Y así llevan 50 años. Es una victoria aclamada pero no real.



Volveremos luego sobre Sahara. Hablemos ahora de su libro. Si Marruecos es el vecino incómodo, ¿cómo es España como vecina de Marruecos?

Yo creo que estamos como al quite, que estamos siempre como de puntillas. Estamos con precaución. Ahora, por ejemplo, que tenemos que ver qué va a pasar con la situación de la corona marroquí, nos encontramos que cuando hablas con diplomáticos, con Zarzuela y con el Ministerio de Asuntos Exteriores, todo el mundo tiene miedo a enfadar a Marruecos. Siempre vamos como con pies de plomo. Nosotros creo que siempre estamos en alerta, con precaución, con cuidado, con temor, como queramos decirlo. Porque, cuando alguna vez no lo hemos hecho, hemos visto que acabamos enfrentados también con Argelia y con todo el norte de África. Por otro lado, también vamos con cautela porque tenemos una presión de Europa y de Estados Unidos para no molestar a los vecinos del sur, porque ya tenemos otro conflicto en otra zona de Europa y no podemos cerrar el gas y otras cosas de las que dependemos, como el control de las personas migrantes y de la seguridad. El otro día [durante la presentación del libro] me preguntaba una persona en Melilla si Marruecos tiene siempre la sartén por el mango. Yo le decía que sí. Es un poco el que decide, es el que cierra las fronteras, el que quizás nos amenaza, porque quizás respeta menos los derechos humanos… Esta persona me decía que no nos podemos comparar con ellos y no podemos crear una guerra. Claro, pues por eso tienen la sartén por el mango, porque jugamos en divisiones distintas. Tenemos una desventaja: nosotros pertenecemos a la Unión Europea y somos un país con un estado de Derecho y con una separación de poderes. Las monarquías son distintas, no se pueden comparar. La nuestra, constitucional, no tiene nada que ver con la monarquía absoluta del vecino… Por eso titulamos con Marruecos como un vecino incómodo. También pensamos en hablar de un vecino molesto, porque es polisémico. Es un país que es molesto para nosotros, pero que también se molesta con España por cualquier cosa, «¿cómo ha podido ser que acojamos a un español del Frente Polisario [en alusión a Brahim Galli, durante la pandemia], pero español, y grave?» [engola la voz], porque estaba grave. Es un tema de solidaridad, humanitario… ¿Por qué tenemos que informar? Hubiera sido mejor informar, pero ¿eso nos hubiera llevado a estar mejor? No. ¿Qué hubiera pasado si no entra Brahim Galli? Cualquier otra cosa, porque Marruecos estaba buscando un conflicto para presionar a España. Si no hubiéramos acogido al secretario general del Frente Polisario hubiera sido otra cosa, pero estaban buscando la tensión, porque no les servía solo con cerrar las fronteras de Ceuta y Melilla. No servía tampoco el decreto de Trump [de reconocimiento de la territorialidad marroquí de Sahara Occidental]. Estaban viendo que nada de todo esto servía. Entonces, fue un paso más. Y un paso más es enfadar a Argelia, es crear conflicto con nosotros para que nos sintamos arrinconados y tomar algunas decisiones.

Puerta dorada en el Palacio Real de Fez. Fotografía: Getty




Se lo planteo de otra forma. Haga un ejercicio de imaginación y piense en una Sonia Moreno marroquí que escribe un libro como el suyo, pero desde la otra orilla. ¿Cómo cree que calificaría a España como vecino?

A ver, incómodos… Si queremos ver en qué aspecto podemos ser incómodos los españoles para ellos, quizá lo seamos en la libertad con la que nos podemos mover cerca de ellos. Es decir, ese espejo que podemos representar para ellos en cuanto a separación de poderes, separación de la religión en los ámbitos público y privado, cómo funcionamos en la vida… Eso les sirve un poco de reflejo y les puede resultar incómodo. Los periodistas les resultamos incómodos, porque vamos a dar con precisión los hechos que ocurren allí, intentando ser lo más objetivos posible. A ellos no les interesa, no les viene bien todo aquello que dé una visión exterior de lo que ocurre, porque son los grandes desconocidos en el fondo. Ellos prefieren vivir en una sociedad más cerrada. En ese aspecto les podemos resultar incómodos. ¿En qué otro aspecto les podemos resultar incómodos? Yo creo que en muy poco más.



A pesar de su forma de actuar, ¿por qué recibe Marruecos tanto apoyo de actores relevantes a nivel internacional?

Está bastante claro. Es el sirviente de Estados Unidos para África y para Europa. En el epílogo del libro, cuando me refiero a Pegasus, hablo con Manuel Huerta, CEO de Lazarus Technology, que es una empresa internacional que hace todos los estudios de los teléfonos móviles. ¿Cuál es su teoría sobre Pegasus en España? Para él, estaba Estados Unidos detrás. Es una manera de controlar a Europa a través de Marruecos. A la vez, utiliza a Marruecos para controlar África. China tiene una base naval en África; China, Rusia y Turquía cada vez están tomando más poder en África, y Marruecos le sirve a Estados Unidos, a través del AFRICOM y de otras muchas cosas que no conocemos. Estados Unidos utiliza a Marruecos y Marruecos se presta. Marruecos también gana. Primero, conoce información de la gente a la que espía, por otro lado está intentando conseguir el reconocimiento del Sahara. Estados Unidos ha ganado también al meter a Marruecos en los Acuerdos de Abraham… En el fondo, Marruecos está obteniendo las migajas que le da Estados Unidos a cambio de hacer de esbirro suyo. Marruecos es el gran aliado, se ha posicionado muy bien como puerta de Europa y África, algo que, por ejemplo, no ha hecho Argelia.



«Marruecos es el sirviente de Estados Unidos para África y Europa»


¿Por qué?

Argelia es un país muchísimo más cerrado. Argelia podía haber asumido este papel, es el país más grande de África, pero no lo ha hecho. Argelia ha ayudado a Rusia y China a instalarse en África, pero es otra cosa.



Marruecos emplea con frecuencia la migración como argumento en sus relaciones con España y con Europa. ¿Cómo de potente es ese arma para negociar, presionar o chantajear?

Creo que lo será porque hemos visto cómo en la mayor crisis que tuvimos en esta última época metió a 12000 personas en dos días. Creo que lo será en el momento en que recibe dinero de Europa y tiene una buena relación con Europa y España cierra completamente el norte y no sale nadie, aunque las mafias se trasladen al sur y comiencen a salir desde más abajo. Ellos piden y piden, pero en el fondo, según sus estimaciones, no es suficiente para controlar [los flujos migratorios]. Ya estamos viendo que la externalización de las fronteras baja más allá de Marruecos, ya está en Sahel. Cada vez las personas hacen rutas más peligrosas, más largas, pero nos preocupan bastante poco. Esto nos va a pasar factura, esto se va a estudiar, esto es una barbaridad. Y nosotros, como españoles, no estamos defendiendo los derechos humanos. Mucha más gente de la que llega se está muriendo en el mar sin tener luto, sin saber nada de nada de ellos, sin nombres… La gente está siendo enterrada sin nombres, a veces sin número, sin nada. Es una barbaridad, un cementerio en el Mediterráneo y en el Atlántico. Mientras, aquí estamos politizando la migración. No solo hay que hablar de Marruecos, también aquí tenemos mucho que decir. En estas últimas legislaturas se han hecho campañas en las que se ha utilizado a las personas migrantes. Eso es una vergüenza. Y son todos los partidos, no solo la ultraderecha, todos, porque no puedes traer el Aquarius y después hacer todo lo que estás haciendo.



Si Europa tiene, a priori, pocas soluciones, ¿puede ayudar en algo que se produzcan cambios en la monarquía marroquí?

Yo creo que va a ser una monarquía totalmente continuista, aunque podría ser peor. Yo creo que el hijo de Mohamed VI, Moulai Hassan, el futuro Hassan III, no tiene un perfil de demócrata. Creo que tiene un perfil parecido a su padre, un poco influenciado por su madre, aunque físicamente, y eso es lo que nos quiere hacer creer la prensa, nos lleva a Hassan II. Y ahí está el temor. Se parece mucho físicamente, en su rectitud y en su comportamiento a su abuelo. A pesar de guardar las distancias, su padre es muchísimo más campechano, es más relajado, antes incluso de ser rey. Pero Mulai Hassan no, él es muy estricto. Lo que nos quiere hacer creer la prensa es que es muy parecido a su abuelo. Esperemos que no. Estamos en el siglo XXI y yo espero que un chaval joven, preparado, y con muchas más relaciones… Aunque tampoco tiene tantas relaciones exteriores. Su padre, Mohamed VI estudió en Francia, pero él no. Por la enfermedad del padre se ha quedado en Marruecos y siempre ha estado más ligado a su país. Parece que no le gustan las personas que acompañan a su padre, que eso tampoco sé si es bueno o no. Su padre se rodeó de amigos y de empresarios, y él puede hacerlo, igual que su abuelo, de más de gente relacionada con la seguridad, de militares. Eso igual es peor, porque los militares y la oligarquía marroquí son peores que los islamistas. Creo que mientras haya Majzem, un aparato político paralelo, poco va a cambiar la monarquía. Habría que hacer una limpieza, habría que renovar cosas y cambiar mucho el sistema, y no sé si este hombre lo va a hacer. Aunque haya estado siempre con su padre y esté preparado con un consejo regente desde 2016, tiene 22 años. Yo creo, y es lo que le están recomendando al rey, que abdicará. Si el rey abdica, y de hecho le está pasando los poderes a su hijo, Mohamed VI va a estar a la sombra. En este sentido, creo que el futuro Hassán III va a ser continuista. Otra cosa será cuando su padre ya no esté y pueda producirse un cambio. Pero mientras su padre viva, si abdica, va a ser continuista. También creo que es lo menos arriesgado para los ciudadanos marroquíes y para nosotros.



«Mientras haya Majzem, un aparato político paralelo, poco va a cambiar la monarquía marroquí».


¿Cree que va a haber una abdicación?

Es lo que le están proponiendo, es una cosa que tienen que valorar mucho porque el pueblo no lo entendería. El pueblo considera que tiene que estar hasta el final, y te lo dice todo el mundo. Pero su entorno sí se lo está planteando. Primero, porque él está muy mal de salud y en el norte se encuentra mejor. El podría estar más tranquilo en el norte, trabajando y ayudando a su hijo, lo que permitiría controlar muchos sectores que están intentando hacerse con un trozo de poder, como la oligarquía y personas del ámbito militar, no tanto los islamista. Sería un desastre si desaparece de la noche a la mañana. Incluso teniéndolo todo controlado como lo tienen podría haber grietas. En torno al propio Mohamed VI hay grietas, su padre sufrió dos atentados. Siendo egoístas para España, lo mejor sería un régimen continuista, que abdicara en su hijo, que hubiera un traspaso de poderes tranquilo y controlado y que se quedara ahí como emérito. Pero cuando les preguntas por esto, los marroquíes te dicen que ellos no son como España. Está claro que nuestro emérito salió en un momento en el que Podemos había cogido poder en Europa y se vio obligado políticamente a salir, aunque después todo acabara con el tema empresarial. Pero no es lo mismo, porque Mohamed VI estaría abdicando por una enfermedad. A mí me parece que la abdicación es lo más sensato y para nosotros también sería el mejor escenario.



¿Qué relación crees que tendrá Hassan III con la monarquía española?

Yo creo que buena.



¿Se han enfriado o deteriorado las relaciones entre las dos monarquías desde los tiempos de Hassan II y Juan Carlos I?

Juan Carlos con esa imagen que nos vendía de campechano, de contarnos todo, nos vendió también una relación con Hassan II, aunque en el fondo este fue siempre un hombre bastante distante, diplomático, político y estratega. La relación siempre fue muy desigual. La monarquía ha jugado un papel muy importante en el caso de Marruecos. La relación de Felipe VI parece que no es igual con Mohamed VI, pero cuando pasó todo lo del emérito hubo contactos no oficiales, hubo llamadas para ayudar y muchísima presión por parte de la monarquía alauita. Porque, al final, la monarquía marroquí está más con la monarquía española que con el Gobierno de turno. Ellos tienen muy claro que la monarquía está por encima del presidente que haya. Si un Gobierno crea problemas a la monarquía española, la monarquía alauita va a estar con la española. Eso lo vimos en el confinamiento, en 2020, cuando el tema del emérito ya había salido. Marruecos hizo una campaña en contra del Gobierno de coalición y ahí empezaron muchos problemas que tuvo Pedro Sánchez con Rabat, que tenía enfilado a Pedro Sánchez por lo del rey, por no haber ido allí en su primera visita, por estar con Unidas Podemos, que tiene un programa prosaharaui y de autodeterminación, por ir a Ceuta y Melilla y decir que son españolas, etcétera.



¿Pedro Sánchez se vio obligado por todo eso, entre otras cosas, a declarar que la propuesta marroquí de autonomía es la solución más viable para Sahara Occidental?

Yo creo que sí. También entra ahí el tema de Pegasus. Hay unos factores que se juntan: la crisis que nos crean, 12000 personas en Ceuta, entre ellas un montón de menores… Creo que en el Gobierno español estuvieron muy muy mal asesorados. Ha faltado humildad o ha pasado algo, creo que se pudo haber hecho de otra manera. Sí que hay que darle la razón a Margallo, que es un gran conocedor de Marruecos, en una cosa. Este ha sido el único Gobierno que ha conseguido enfadar a los saharauis, a Argelia y a Marruecos. Es difícil, pero lo ha logrado con todos. Y pasamos de hacer las cosas mal a no hacer nada. Ahora estamos como con miedo a Marruecos, como si no supiéramos que hacer… y al final no hiciéramos nada. Permitimos que en la hoja de ruta metan cosas que no se habían negociado nunca, como el espacio aéreo o las aguas jurisdiccionales. Ya no es solo la carta de Pedro Sánchez, es que estamos negociando unas cosas a la vez que permitimos que no haya aduana comercial con Ceuta y Melilla. Estas dos ciudades se han convertido en otra cosa, sobre todo Melilla, que ahora es como una aldea, como una ciudad pequeña de la península…, pero no está en la península. Ha cambiado completamente su idiosincrasia, que antes incluía a personas de todo el mundo. Ahora hay muchos marroquíes, musulmanes, muy integrados, y españoles y melillenses. La ciudad está muerta. Ahora, de repente, están abriendo bares. Es lo único que hay.



«Hay que darle la razón a Margallo en una cosa. Este ha sido el único Gobierno que ha conseguido enfadar a los saharauis, a Argelia y a Marruecos»


Volvemos al miedo a molestar al vecino incómodo. Pero el vecino ve debilidad y va con todo contra el que duda.

Sí. Marruecos ha utilizado mucho el arte de la guerra. En el caso, por ejemplo, de Ceuta y Melilla, las ha dejado desabastecidas. No necesita armas. El armamento es más para el pulso con Argelia. En el fondo no necesita todo esto. Yo creo que subestimamos a Marruecos. Nuestro problema es que creemos que estamos por encima. Mohamed VI ha desarrollado el norte, que Hassan II tenía abandonado. Pero ¿por qué desarrolla el norte? La faceta del rey es empresarial y desarrolla el norte y ¿qué hace? Pone el Tánger Med, el Nador Med y el aeropuerto de Monte Arruit. El espacio aéreo aquí depende de Marruecos, el agua depende de Marruecos… Ahora mismo hay cortes de agua en Melilla y proceden de cortes que se producen en Marruecos. No tenemos aeropuerto en Ceuta. Estas dos ciudades están en el continente africano y a 14 kilómetros de la más cercana de la península, son apéndices ya, que es lo que han querido. Ellos funcionan así, igual que han funcionado con el Sahara.

Sonia Moreno fotografiada el día de la entrevista. Fotografía: Javier Sánchez Salcedo


En el caso de Sahara Occidental, ¿qué ha hecho?

La gente dice que Mohamed VI no está en Marruecos. ¡Claro! Ha estado haciendo una colonización económica de África. Ha visitado toda África. Por ejemplo, se ve en la colaboración marroquí para la rehabilitación de la bahía de Cocody, en Abiyán. ¿Y Costa de Marfil qué hace? Abre un consulado [en Sahara Occidental]. Marruecos le pone el edificio, de forma gratuita, en Dajla o en El Aaiún, y los marfileños ponen su bandera allí. ¿Qué no tiene ciudadanos en Sahara? No pasa nada, pone la bandera. Y ya hay 30 consulados en Marruecos. Además, tras su reingreso en la Unión Africana insiste todo el tiempo para que la organización continental expulse a la RASD. También se lleva bien con Estados Unidos, y quiere que metan al Frente Polisario en una lista de organizaciones terroristas, como a Hezbolá. Y como ahora se lleva bien con España, ¿qué pretende? Que expulse a todos los saharauis que hay aquí, que empiecen con las expatriaciones. Y para eso utiliza a Estados Unidos, para poder argumentar que expulsa a estas personas que, según Washington, son terroristas. Luego está el reconocimiento de Israel. Cuando advertí que Marruecos iba a hacerlo, profesores de universidad marroquíes me decían que era imposible porque estaban los islamistas en el poder. Yo insistía, porque el rey estaba trabajando en ello y logró sentar a los islamistas con los israelíes. Si Marruecos te dice que algo va a pasar es que va a pasar.



Señalaba que muchos países abren consulados en Sahara Occidental a pesar de que no tienen ni intereses ni personal en la zona. Están también el decreto de Trump y las declaraciones de España y de otros muchos países sobre la solución de autonomía propuesta por Marruecos. ¿Qué impacto real tienen todos esos movimientos sobre la situación de Sahara Occidental?

Hay dos cosas. Por un lado está todo el lobby, que está actuando en otros países y en la ONU. Ellos trabajan mucho con Portugal e Italia y pensaban que estos países iban a reconocer su propuesta antes que España. Estoy segura de que están utilizando a España también para obtener el reconocimiento de Portugal e Italia. Además, el año pasado fue la primera vez que España no recibió en la ONU a las personas que van en defensa de Sahara Occidental. Todos estos lobbies están funcionando. Cuento en el libro que me encontré a Miguel Ángel Moratinos en un avión a Marruecos cuando ya no era ministro. ¿Qué estaba haciendo allí? Yo creo que está con todo el tema de conciliación con Sahara Occidental. Eso por un lado, y por otro lado está el aislamiento a Sahara Occidental, y ahí volvemos al arte de la guerra. Se trata de quitar las ayudas a los saharauis. ¿Cómo lo hace? Si puede, expulsándolos de la Unión Africana, metiéndolos en una lista de terroristas, presionando a España para que cada vez les ofrezca menos ayudas… Ellos están haciendo también una estrategia de arrinconamiento de Sahara Occidental.



¿Eso puede tener impacto en la propia comunidad saharaui que, al final entienda que no hay otra solución que la propuesta marroquí?

Los saharauis tienen embajadas, pero en muchos sitios ya están intentando que no tengan una representación consular o diplomática. Ellos van poco a poco minando esa infraestructura. El lobby marroquí es muy extenso, es un pulpo muy grande. No te quepa la menor duda de que el lobby que se descubrió en Europa era por el tema de Sahara Occidental, que vertebra toda la política interior y exterior de Marruecos.



«Sahara Occidental vertebra toda la política interior y exterior de Marruecos».


¿Todo lo demás gira en torno a eso?

Casi todo lo que hagan. Recuerdo cuando dije que Marruecos iba a cerrar Ceuta y Melilla. Ceuta realmente la cerraron en octubre de 2019, porque la covid fue una excusa. Cuando dije esto, era comentarista de un programa en la tele de Melilla. Señalé que todo esto pasaba por el reconocimiento de Sahara Occidental y que si se reconocía, iba a haber más libertad. Ellos decían: «Esta periodista está un poco loca. Sahara Occidental está en la otra punta. ¿Esta qué dice?». Esto es una cuestión de inteligencia, de geoestrategia, de análisis. Estamos hablando a largo plazo. Todo esto que Mohammed VI ha montado al lado de Melilla lo contó en el 2008 y lo publicó en 2010 en el Boletín Oficial de Marruecos… y estamos en 2025. ¿Cuántos años hace que Mohammed VI ha organizado esto? ¿Qué estamos haciendo con las aguas jurisdiccionales? En 2020 las metieron en el Boletín Oficial, y desde entonces estamos más pendientes de lo que se publica ahí. Vamos a ver cuándo se van desarrollando estas cosas. En estos momentos no están intentando hacerse con Ceuta, Melilla o Canarias. Ahora todo es el Sahara Occidental. Es una obsesión. Es una obsesión de todos los ciudadanos. No hay ningún progresista de izquierdas que viva en Europa que no te diga que el Sahara es marroquí. Esto es algo con lo que nacen. Los mapas en los colegios están puestos así, igual que los mapas de visita. Ellos no tienen otro conocimiento que no sea ese. Para ellos, se lo han robado. Y luego están los colonos que están allí. En realidad, Sahara Occidental está ya invadido. La población saharaui cada vez es más pequeña. Hay muchísima gente expatriada y están todos muy dispersos. Los jóvenes ya no siguen tanto a los grandes líderes y la gente mayor se está muriendo. Los embajadores, los ministros, todos son de la época de Gali.


¿Cuál puede ser la solución?

La única solución es el derecho internacional y lo que han hecho. Lo único que al Frente Polisario le puede salvar es haber denunciado y puesto esto en manos del derecho internacional por la vía diplomática. No hay otra solución. La guerra es ahora de baja intensidad, pero eso no va a solucionar el problema. Las ayudas humanitarias cada vez son peores. Ya en el año 2020 había una importante desnutrición de mujeres embarazadas y niños menores, porque lo que les están enviando cada vez tiene menos calidad. Cada vez tenemos una mayor crisis económica en todo el mundo y eso va en detrimento de la ayuda humanitaria. Casi todo pasa por la ayuda de Argelia. Entonces, la vía legal, que fue la que les recomendó el catedrático Juan Soroeta, es lo más cerca que pueden tener la victoria. Pero fíjate lo que está pasando con las tres sentencias [del Tribunal de Justicia de la UE sobre los acuerdos de la UE con Marruecos] de octubre de 2024: Europa se las está pasando por las narices y están buscando una solución para seguir con los acuerdos comerciales al margen de Sahara Occidental. La única manera es que Sahara Occidental viva de sus recursos. Eso es lo que el derecho internacional defiende, pero si los que dirigen el derecho internacional se lo saltan…



«La única solución para Sahara Occidental es el derecho internacional»


Tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, Marruecos y Europa han avanzado que ya están trabajando en un nuevo acuerdo. El Frente Polisario volverá a denunciarlo y probablemente la Justicia les volverá a dar la razón. Pero, mientras tanto, Marruecos seguirá expoliando los recursos saharauis.

Van agotando a la población. La gente se va haciendo mayor, los jóvenes que están en los campamentos están agotados, salen a estudiar y luego no pueden ejercer, porque no tienen material para hacerlo, ni para ser ópticos ni para ser médicos ni para nada. Entiendo que la gente llegue a un punto en el que se quiera ir y vivir su vida de otra manera. Viven en campos de refugiados desde hace 50 años. Tienen la suerte, creo, de que la Unión Africana los va a apoyar, porque la Unión Africana se creó por el proceso de descolonización de los territorios. Pienso que la Unión Africana los va a seguir apoyando y es muy probable que, como siga así, Marruecos tenga que salir.



¿Usted cree?

La Unión Africana está muy harta. Marruecos ha entrado en la Unión Africana y ha sido el líder de la organización. También está el problema del dinero que da, pero realmente, al más alto nivel, se apoya más a la RASD que a Marruecos. Ellos saben cómo funciona Marruecos, aunque en la práctica le necesitan. Es muy importante que la Unión Africana siga ahí sosteniéndolos a través del derecho internacional. La ONU no puede, aunque haya mucho lobby, ir en contra del derecho internacional, aunque también es cierto que cada vez más la ONU se pone de lado en este asunto. Está el tema de la MINURSO, con unos observadores que no hacen nada. Y luego hay que ver a España, que podría haber apoyado a Sahara Occidental. El Frente Polisario tendió la mano a España para comerciar con nosotros y seguir los mismos acuerdos comerciales que tiene con Marruecos, pero España no ha aceptado. España está muy claramente posicionada desde hace mucho tiempo. Ahora ha sido una voz la que lo ha dicho públicamente, pero ya está posicionada desde hace tiempo.



¿Un hipotético cambio de gobierno en España modificaría la situación?

Creo que el PP no cambiaría nada respecto a Marruecos. Nada.


¿Ni siquiera dar la vuelta a la carta del presidente Sánchez?

No creo que vaya a cambiar nada. Una unión seria y conjunta de la izquierda, con Sumar, Izquierda Unida y Podemos, es la único que podría revertirlo. No estarían dispuestos a seguir negociando con Marruecos, porque consideran que es una dictadura y se opondrían. Pero esto es la teoría y luego viene la práctica.



¿Qué cree que va a pasar con Sahara?

Yo creo que se va a seguir perpetuando la situación, pero tengo miedo de lo que pueda pasar. Hasta ahora tenía muy claro que se iba a ir agotando, algo que ya sería una barbaridad, pero ahora con Estados Unidos y sus numerosos viajes a Argelia… Podría haber una traición de Argelia, y entonces se resolvería todo.



Preguntamos sobre esta cuestión a Abdulah Arabi en una entrevista que publicamos en el número de noviembre y nos dijeron que no contemplaban esta posibilidad.

Yo espero que Argelia no vaya a claudicar. Si esto ocurriera ya no habría nada que hacer, aunque los dejaran en el territorio [en los campamentos de Tinduf], aunque no fuera en contra de ellos. Pero si llega a una negociación con Estados Unidos… Si la posición de liderazgo de Argelia se tambalea y Washington le ofrece algo, no sé lo que pasaría. Espero que no, pero hay mucha carne en el asador en este tema y desde hace mucho tiempo.



Argelia es la que tiene la llave.

Sí, tiene la llave, porque Mauritania se pondría de lado. Lo demás ya está todo vendido. Argelia es la única que se está oponiendo. Es un régimen militar al que no le tiembla la mano, y no creo que Marruecos iniciara una guerra con Argelia. De hecho, vemos que Mohammed VI está tendiendo todo el rato la mano a Argel. Si se iniciara un conflicto sería desde Argelia. Los argelinos son duros. Para ellos, egoístamente, sería mejor dejar tirados a los saharauis, pero tienen una lealtad muy grande hacia ellos. Yo pienso, como el Frente Polisario, que eso no va a suceder, pero es cierto que hay una injerencia terrible de Estados Unidos.



¿Por qué ese interés estadounidense por cerrar el tema saharaui? ¿Para tener contento a su socio del norte de África?

Sí, y porque uniría a Argelia en toda esta historia, uniría todo el Magreb, tendría mucho más poder y sería una gran victoria para Estados Unidos. Las relaciones entre Argelia y Estados Unidos han estado mal, pero ahora no lo están tanto. Han ido mejorando.

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