Publicado por Javier Sánchez Salcedo en |
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Vivir en situación irregular supone desde complicaciones en cuestiones tan básicas como abrir una cuenta bancaria, hasta se le impida el acceso a derechos sociales como la salud, la vivienda, la educación o los derechos laborales. Esto convierte a estas personas en carne de cañón para la explotación laboral o la trata.
Creo que es complicado que no tengamos en nuestro entorno a alguien en situación administrativa irregular, porque es algo del día a día. La trabajadora del hogar que cuida de los mayores o de la infancia para que el resto de la familia pueda ir a trabajar, las temporeras y temporeros o los trabajadores y trabajadoras del reparto a domicilio que durante la pandemia han dado la cara por la sociedad. Lo que ocurre es que acaban trabajando en sectores bastante precarizados, como pueden ser el trabajo en el campo, en muchos casos en condiciones de esclavitud o en el trabajo de hogar y cuidados, en una posición en la que es muy fácil ser explotado laboralmente, donde se vulneren tus derechos y que esto quede impune, porque eres invisible ante el Estado. Esto es algo que está ocurriendo en este territorio y, además, la tercera parte de las personas en situación irregular son menores, lo cual es muy grave en un país que además ha firmado la Carta de Derechos de la Infancia.
La acción cotidiana de circular por las calles les pone en riesgo por las redadas racistas por perfil étnico que pueden acabar con una orden de expulsión, la privación de su libertad en CIES (Centros de Internamiento para Extranjeros) y la deportación. En cuanto a lo primero, existe discriminación en el sistema sanitario y las personas en situación administrativa irregular tienen muchas dificultades para acceder a él. En muchos casos no lo consiguen o adquieren deudas con el sistema sanitario que no pueden afrontar debido a su precaria situación laboral. Sin embargo, las personas migrantes y racializadas nos estamos organizando para darle un vuelco a esta situación.
Es un movimiento estatal que surge a raíz del primer confinamiento duro de la pandemia y de los efectos agravados sobre la vida de las personas en situación de irregularidad administrativa. En ese contexto, #RegularizaciónYa suma a colectivos, redes y organizaciones de personas migrantes y racializadas para interpelar al Gobierno con una propuesta en firme de una regularización extraordinaria amplia y sin condiciones que no deje a nadie atrás, algo que no es nuevo, porque en la UE entre los años 1996 y 2008 se han hecho más de 40 regularizaciones, y en España en concreto se han hecho seis en los últimos años, con diferentes Gobiernos del PSOE y del Partido Popular. Ese es nuestro objetivo, además de escribir nuestra propia historia para construir una sociedad más justa que reconozca nuestros derechos y ponga en el centro la dignidad de nuestras vidas.
Nosotras, en primer lugar, queremos hablar de derechos para todas y todos, como te decía, la irregularidad impide el acceso a derechos sociales, pero también limita otros derechos, como poder circular libremente por las calles, ser visible ante el estado y ser tenidas en cuenta en la generación de políticas publicas que respondan también a nuestras necesidades. En segundo lugar, la irregularidad supone una pérdida de un gran aporte económico fiscal para el conjunto de la sociedad. Un estudio de la Universidad Carlos III indica que cada trabajador regularizado incrementaría su aportación neta por encima de los 3.250 euros por persona y año. Las regularizaciones que se han hecho en España y en otros países de la Unión Europea deberían tener que ver con estos aspectos.
Estamos organizadas en más de 30 ciudades españolas y cada semana vamos sumando más comités. Nos hemos encontrado un poco de todo. En general, la gente que se suele acercar, se interesa y pregunta es gente que está sensibilizada con estos temas. En resumen, la respuesta ha sido muy positiva. Los argumentos que van en contra suelen ir por el tema del efecto llamada. Nos dicen: «Es que si hacemos esto, ¿cuándo van a parar? Van a venir más porque esto va a crear un clima propicio para que la gente crea que puede entrar aquí sin problema».
Que el efecto llamada no es cierto. Ninguno de los seis procesos amplios de regularización que se han llevado a cabo en el Estado español han causado efecto llamada de acuerdo a estadísticas oficiales. Además, el texto de la ILP hace referencia a la regularización exclusivamente a las personas que ya se encuentran en territorio español. Actualmente, las cifras del Ministerio de Interior y de la OIM apuntan a que el aumento de la llegada de inmigrantes es una tendencia desde, al menos, el año 2016, sin que se aplicaran medidas sociales para proteger a quienes están en situación irregular. Es evidente que las fluctuaciones en los flujos migratorios son mucho más complejas como para reducirlas a las medidas que pueda tomar un determinado gobierno. El principal efecto llamada, el factor de expulsión en cualquier proceso migratorio, viene de las políticas extractivistas, los conflictos políticos, las guerras y el empobrecimiento de nuestros pueblos, no de las regularizaciones.
Creo que ha estado muy bien para a conocer la ILP. Se han acercado medios de comunicación y mucha gente interesada, incluso para participar de forma activa en la campaña. Y aprovecho para hacer un llamamiento a toda la comunidad migrante y aliada, para que no solamente podamos decidir sobre las políticas migratorias que nos afectan sino que también queremos ser parte de las decisiones de la política pública de este país. Vivimos aquí, somos parte activa de esta sociedad, realizando muchas veces trabajos considerados esenciales para sostener la vida. En nuestras redes sociales informamos sobre los puntos de firma fijos que tenemos y los que vamos incorporando cada día o cada semana. A las personas que tienen DNI español les diría que usen ese privilegio para ponerlo al servicio de esto, y a las hermanas y hermanos que no pueden firmar porque no lo tienen, decirles que pueden participar activamente en la campaña. Pueden contactar con nosotros en redes sociales, recoger firmas, participar en los colectivos… Tenemos web, estamos en Twitter, Instagram y Facebook.
Yo diría que sí. Me ha sorprendido mucho en RegularizaciónYa esta capacidad para organizarse en comités en 30 ciudades y seguir sumando. Me parece impresionante. Somos nosotras mismas, no hay nadie ni detrás ni delante de nosotras. Somos personas de diferentes orígenes y latitudes que convivimos en este territorio y trabajamos en diferentes sectores: hogar, cuidados, temporeras y temporeros, estudiantes, manteros, trabajadoras de restauración, comunicadoras, diseñadoras gráficas, personal sanitario, ingenieras… Queremos ser las protagonistas de nuestra propia historia.
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