Por Alberto Eisman
Ni que decir tiene que cuando se sabe que el Papa va a visitar un país, la bola del entusiasmo comienza a crecer ya desde meses antes. Por desgracia, no siempre el entusiasmo va unido a las preparaciones físicas y, a pesar de que sabemos que Francisco no demanda grandes inversiones en un país para ser recibido, es también de cajón que cualquier país y gobierno que se precie quiere quedar bien en tales situaciones. Pues bien, en Uganda se trabaja ahora frenéticamente para adecentar calles, aceras y jardines, sobre todo los más cercanos a la Nunciatura Papal por donde el Papa pasará varias veces en los tres días de su visita al país.