La República Centroafricana que encontrará Francisco

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Por Gonzalo Gómez y Javier Sánchez Salcedo

 

La violencia que se ha vivido —y se continúa viviendo— en República Centroafricana no tiene precedentes en el país. La crisis que comenzó en 2012 ha llevado a que la República Centroafricana tenga también el mayor número de desplazados de su historia. En los últimos meses, los conflictos de baja intensidad, lejos de apaciguarse, se están incrementando. Y todo esto sucede mientras el Papa Francisco está en África, a unos días de aterrizar en Bangui —su llegada estaba prevista para el día 29 de noviembre y hasta ahora no se han comunicado cambios en su agenda—; y en la proximidad de unas elecciones presidenciales para las que el país da sobradas muestras de no estar preparado.

De todos estos temas se habló en la sede de Médicos Sin Fronteras, en Madrid, donde un grupo de especialistas en la problemática de la República Centroafricana compartió las claves de la situación ante la prensa.

 

 

 

Una crisis humanitaria y de salud

“El 20% de la población está refugiada en países vecinos o son desplazados internos. La crisis es una crisis también de refugiados, que huyen en periodos de violencia y después regresan cuando la intensidad baja. Sin embargo, es un regreso lleno de incertidumbres”. La cita pertenece a Enrica Picco, Asesora de Asuntos Humanitarios de MSF en República Centroafricana. Picco destaca la dificultad de dar cifras fiables en el contexto actual pero valora como próximos a la realidad los números de 22.000 desplazados cristianos y 35.000 o 40.000 musulmanes protegidos por las tropas internacionales. Según ella, la crisis proviene de periodos anteriores a 2012, ya que la historia de República Centroafricana ha estado salpicada por golpes de Estado y decisiones, internas y externas, que han llevado, por ejemplo, a que el país ya tuviera, antes de la invasión Seleka, un sistema de salud precario. “Ya había una gran mortalidad. Se daba una crisis médica crónica que ahora ha empeorado. Posiblemente un 70% de los centros de salud han dejado de funcionar. Si el acceso a la sanidad era complicado, podría decirse que ahora es imposible”, dice la experta en derecho internacional.

Médicos Sin Fronteras.

 

Una crisis de seguridad

La gente no se siente segura en la República Centroafricana. A pesar del despliegue de tropas internacionales para mantener la paz, como la operación Sangaris del ejército francés, o la Misión de Naciones Unidas (MINUSCA), las milicias armadas que operan en la República Centroafricana, divididas y sin control, no han dejado de actuar, e incluso, de proliferar.

“Los grupos armados se aprovisionan de armas. Son cada vez más fuertes. (…) Los centroafricanos estábamos al principio muy contentos con la llegada de la MINUSCA. Tenía el mandato de desarmar a los grupos violentos. Era una prioridad y la gente estaba encantada. Pero en un año y medio el desarme no se ha producido. La gente se pregunta, ¿qué están haciendo?”. La pregunta la formula en voz alta Faouzi Kilembe, un experto centroafricano en desarrollo local y sociedad civil.

Louisa Lombard, profesora de Antropología en la Universidad de Yale y consultora para varias organizaciones internacionales en la propia RCA, explica que a veces hay cuestiones de procedimiento que hacen que las fuerzas que tienen que mantener la paz no sean eficaces. Por ejemplo, en aras de proteger la seguridad, la MINUSCA necesita una serie de autorizaciones antes de intervenir que la convierten en lenta cuando se produce un conflicto inesperado. Quizá esto, pero quizá no solo esto, pudo influir en lo que tardaron las tropas internacionales para detener una nueva ola de violencia que se produjo en el país en octubre. Cuando las fuerzas de seguridad internacionales hicieron acto de presencia ya se habían producido muchas víctimas mortales.

En relación al problema de las armas, Lombard explica que a finales del siglo pasado Naciones Unidas ya estaba presente en la RCA, y que desde entonces se han sucedido distintos programas de desarme. “Las expectativas de lo que van a recibir a cambio de dejar las armas ha ido creciendo estos años, y al mismo tiempo, lo que ha sido razonable dar a cambio de las armas ha ido disminuyendo”, dice Lombard. La gente que tiene armas no se fía de las autoridades. No se creen que les vaya a suponer un beneficio dejar las armas a cambio de algo que no se les dará hasta el final de la violencia.

 

This preventive vaccination campaign is the largest ever launched by MSF in CAR, and one of the first in the world to protect children under five years against so many diseases. Cette campagne de vaccination préventive est la plus importante jamais lancée par MSF en République Centrafricaine, et l’une des premières au monde visant à protéger les enfants de moins de cinq ans contre autant de maladies.

Médicos Sin Fronteras.

 

Una crisis política

El Gobierno de transición de Catherine Samba-Panza tenía como prioridad llevar al país hasta unas elecciones que lo situasen en una senda de democracia y tranquilidad. Después de cancelaciones, las fechas que la comunidad internacional ha refrendado como definitivas son el 3 de diciembre, para un referéndum constitucional, y el 27 de diciembre para las presidenciales. Sin embargo, el país aún no está preparado para enfrentarse a unos comicios. La situación de inseguridad y las deficientes infraestructuras impiden que la gente pueda circular libremente para votar. El país está lleno de desplazados y además, hay multitud de problemas logísticos. Vehículos de Naciones Unidas y de funcionarios que deberían garantizar el voto son atacados en las carreteras por los seleka y antibalaka. “Incluso si se consiguen organizar las elecciones en ciertas localidades, los resultados serán altamente contestados. Muchos lo harán pacíficamente, pero con tantas armas y las milicias en el país, no sería raro que se produjera una respuesta violenta”, se teme Kilembe.

Por un lado, la comunidad internacional está presionando para no cambiar las fechas, pero la realidad muestra un país en el que la violencia crece. “¿Cómo hemos llegado a este nivel de violencia con tantas tropas internacionales?”, vuelve a preguntar el centroafricano. La pregunta es buena. Quizá sea una cuestión de prioridades, de capacidad o de falta de conocimiento del país. La respuesta no es sencilla.

 

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Médicos Sin Fronteras.

 

La visita del Papa

“La visita del Papa es muy importante”, dice Tatiana Carayannis. Politóloga e investigadora, Carayannis es especialista en prevención de conflictos. Según ella, la llegada de Francisco otorgará al conflicto la visibilidad que merece. “En términos de seguridad pensamos que él estará bien. (…) El problema es qué puede pasar después. Hay un riesgo real de que antes de las elecciones regrese la violencia”, afirma.

Faouzi Kilembe atestigua que los centroafricanos están contentos con la visita. Según él, para los cristianos es buena su llegada, pero también para los musulmanes. Francisco tiene previsto visitar la mezquita central de Bangui, en el barrio musulmán. Y, por supuesto, algunas personas no querrían que lo hiciera, opina Kilembe. “Los musulmanes creo que están contentos también porque se sienten culpados de la violencia y el hecho de que el Papa les visite, y que ellos le acojan, probará que el conflicto no es religioso”, dice Kilembe antes de explicar que algunas organizaciones intentan sensibilizar y trabajar la visita en las dos comunidades.

“Pero no tenemos ni idea de qué va a pasar después. Podría ser como antes o peor. Cualquier cosa es posible en Bangui”, concluye Kilembe.

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