Por María Martín
“Voy a morir por algo que está dentro de mi corazón, es mi derecho”. Mohamed Alamin lleva más de un mes a base de agua y azúcar frente a la embajada de Marruecos, en Madrid, para reivindicar los derechos de más de 600 saharauis nacidos en el Sáhara Occidental ocupado, en la ciudad de El Aaiún, bajo el domino de Marruecos. Si pasáis frente a la embajada de Marruecos podéis verle dentro de su haima construida con cartones donde dentro sólo hay un colchón y mantas para sobrevivir. Se alimenta sólo con agua y cada cuatro días habla con su familia. “Yo me voy a quedar. Cada día bajo de peso pero voy a seguir.”