Publicado por Gonzalo Gómez en |
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Basta con repasar la sección de literatura de la biblioteca de nuestra revista para corroborar la contribución que ha tenido Casa África en la difusión de las letras africanas en español. Para conocer más el esfuerzo de la institución con sede en Las Palmas de Gran Canaria, hemos hablado con Estefanía Calcines, su jefa del área de Mediateca y Web, y con Ángeles Jurado, periodista del equipo de Comunicación y coordinadora de su club de lectura. «Cuando se creó Casa África ya se entendía que una de las fortalezas de la institución para sensibilizar a la ciudadanía era a través de la producción intelectual», explica Calcines, que fue contratada en 2007 con la misión de crear una mediateca que a día de hoy tiene cerca de 20 000 títulos especializados en temáticas africanas.
Pero este es solo uno de los pilares sobre los cuales Casa África ha construido su legado sobre el continente. Pronto detectaron la necesidad de promocionar las literaturas del continente, incluyendo el ensayo y la historia. Así nacieron las colecciones de literatura, ensayos y política, fruto de colaboraciones con editoriales como El Cobre, Los Libros de la Catarata o Bellaterra. Al principio, en una época previa a la crisis económica, publicaban seis títulos de literatura al año con unas tiradas más que aceptables. Por desgracia, la crisis económica supuso una reducción drástica de la cantidad, pero no de la calidad, con títulos de Achmat Dangor, Mia Couto, Ken Bugul o Emmanuel Dongala. «Un libro del que me siento especialmente orgullosa –dice Calcines–, y que se publicó por el empeño de mi compañera Ángeles Jurado, fue Doce relatos urbanos. Doce voces africanas, en el que 12 escritores africanos firman un relato sobre su ciudad o sobre otra que les haya marcado. Tuvimos que contactar con ellos y logramos tener lo mejor de lo mejor. También había un relato de Antonio Lozano, un importante gestor cultural que falleció demasiado pronto y que da nombre al club de lectura de Casa África». La antología reúne a autores de la talla de Chimamanda Ngozi Adichie y Ken Bugul y, según confirma Ángeles Jurado, ya están trabajando en una segunda parte. El presupuesto, si nos centramos en lo literario, es pequeño, pero la continuidad del proyecto hace que sea imprescindible en la difusión de las letras africanas en nuestro país. «Creo que hacemos cosas bastante dignas. En una editorial más grande habría más repercusión, pero solo se ocupan puntualmente de esta literatura. Nuestra idea no es ganar dinero, sino difundir y que cambien los estereotipos, que en España se conozcan los escritores africanos –dice Jurado–. Creo que estamos mejor que hace diez años. Y por lo que veo en el club de lectura, la gente una vez que se engancha, se engancha».
El Club de Lectura Antonio Lozano, coordinado por la propia Jurado, funciona con una mezcla de presencialidad y virtualidad desde la pandemia. Compuesto en su mayoría por mujeres, han abordado todo tipo de géneros y autores, y no todos son africanos, como en el caso de Bernardine Evaristo o Maryse Condé. «Es un grupo muy motivador. Me va empujando con su entusiasmo y me permite hacer cosas nuevas e interesantes, con lo que significa, además, para mí, trabajar con temas literarios, que es lo que más me gusta», dice Ángeles Jurado.
La institución busca ampliar su conexión con ferias del libro y festivales literarios africanos. Tanto Calcines como Jurado destacan su presencia en el Ake Festival, en Lagos (Nigeria), al que fueron invitadas por la autora de La vida secreta de las esposas de Baba Segui, Lola Shoneyin, que había pasado previamente por la Feria del Libro de Las Palmas para promocionar su libro. «Allí pudimos ver la calidad, las ganas y la excelencia del trabajo de los autores africanos… Es inabarcable», dice Calcines. «Mia Couto dijo que la literatura es un viaje sin billete a otras realidades. Está muy repetido, pero es verdad que un libro te conecta de manera especial con la cultura y la forma de entender la vida en otros lugares. Y todos estamos conectados por los mismos sentimientos», añade.
Conectar a los lectores con la riqueza cultural y humana de África es la misión de quienes impulsan desde Casa África el trabajo literario. Lo cierto es que, a día de hoy, la institución juega un papel fundamental para que la literatura africana encuentre su espacio en España. «Se podrá hacer mejor, pero creo que el trabajo está más o menos funcionando. Cuando conoces un poco los temas africanos y su literatura, puedes ver que la gente necesita este tipo de cosas», sentencia Ángeles Jurado.
Imagen superior: Casa África
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