Una guerra compleja

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Hameidti lidera un gobierno paralelo en Sudán, mientras un corrimiento de tierras arrasa la localidad de Tersin.

Por Mohamed Ahmed Al-Kasalawi desde Kassala (Sudán)





El deslizamiento de tierras en la localidad de Tersin sacó del anonimato por unos días al conflicto sudanés. Esta aldea agrícola donde sus escasos habitantes se dedicaban al cultivo de limoneros y naranjos se encontraba a las faldas de Yebel Marra, la mayor montaña del país y la única zona que no controla ninguno de los ejércitos que se disputan el poder en Sudán: las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF). Las primeras dominan fundamentalmente el oeste del país (regiones de Darfur y parte de Kordofán) mientras que las segundas controlan el centro y el este. 

En general, los 12 millones de sudaneses desplazados a causa del conflicto huyen desde las regiones a las que llegan las RSF hacia zonas controladas por las SAF. Las primeras se han hecho famosas por quemar poblados, saquear todo cuanto encuentran, violar a mujeres y raptar a los jóvenes que rechazan unirse a sus tropas. Sin ningún tipo de vergüenza por tales comportamientos ni miedo a las consecuencias penales, emiten estas tropelías a través de las redes sociales.

Algunas ciudades del oeste de Sudán resisten bajo el control de las SAF a pesar de los ataques de las RSF. Destaca el caso de Al Fashir, rodeada por estas últimas desde octubre de 2023. Muchas de las personas que consiguieron escapar al principio del asedio se refugiaron en Yebel Marra, fuera del alcance de las dos facciones. El macizo montañoso está controlado por el Movimiento de Liberación del Sudán Abdel Wahid Al-Nour, que ha rechazado apoyar a ninguno de los dos contendientes. Tersin, a las faldas de la montaña, que contaba con una población cercana a las 200 personas antes de la guerra, había visto aumentar su población de forma significativa por la llegada de desplazados. Todos ellos, menos un superviviente, han fallecido a causa del corrimiento de tierras. Por otros motivos, buena parte de los 200 000 habitantes asediados de Al Fashir también podrían correr la misma suerte. Naciones Unidas ha apelado en vano a las RSF para dejar salir a la población civil o permitir la llegada de ayuda humanitaria.



Un gobierno paralelo

Mientras los combates siguen, en especial en las regiones occidentales de Kordofán y Al Fashir, Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como ­Hameidti, el líder de las RSF, prestó juramento como jefe de un gobierno paralelo el 30 de agosto ante el presidente del Tribunal Supremo de la ciudad de Nyala. Mientras que Al Fashir es la capital del estado más septentrional de los cinco que conforman la región de Darfur, Nyala es la del más meridional. Con esta decisión, se ha convertido en la capital del llamado Nuevo Sudán que Hameidti y sus aliados dicen traer. Se refieren a su gabinete como el Gobierno de la Paz, pero el término suscita la sonrisa cuando se observa la metodología empleada para tal fin.

La conquista de Al Fashir es muy importante para las RSF, pues les facilitaría la circulación de armas y soldados desde Libia. Se crearía de este modo un eje Nyala-Al Fashir-Libia que permitiría pensar en la expansión de su territorio hacia la ciudad de El Obeid, capital del estado de Kordofán del Norte y puerta de acceso hacia el valle del Nilo Blanco. La consolidación del mencionado eje facilitaría también los ataques hacia el valle del Nilo, al norte del país.  

Varios voluntarios preparan comida para repartir entre la población asediada de Al Fashir. Fotografía: Getty. En la imagen superior, Al-Burhan, jefe de las Fuerzas Armadas Sudanesas, el pasado 26 de abril durante la inauguración de una iniciativa de apoyo a víctimas de la guerra. Fotografía: Ebrahim Hamid/Getty




La nueva estrategia de Al-Burhan

El Gobierno de Sudán y el jefe de las SAF, Abdel Fattah al-Burhan, son conscientes de que se enfrentan a un enemigo apoyado por Emiratos Árabes Unidos (EAU), que suministra armas y mercenarios a las RSF a través de Libia y otros canales (ver MN 710, pp. 20-25). Los EAU se benefician del oro que ambos bandos exportan para comprar las armas que les permiten hacer frente al enemigo y que entra en los mercados internacionales a través de Dubái. Los EAU se han convertido en el nuevo colonizador del continente africano a través de inversiones millonarias y el apoyo a ejércitos aliados que sirven a sus intereses estratégicos. Por otra parte, el Gobierno emiratí se ha convertido en un aliado fundamental para Estados Unidos y, en Oriente Próximo, para Israel. En el caso del primero, los EAU han pagado facturas milmillonarias para proyectos relacionados con la inteligencia artificial y la adquisición de armas. Los EAU se presentan como un aliado de Occidente enemigo de los fundamentalismos islámicos.

A mediados de agosto, el presidente del Consejo de Soberanía de Transición de la República de Sudán, al que Naciones Unidas reconoce como jefe de Estado, Al-Burhan, viajó a Ginebra para encontrarse con el asesor de Asuntos Africanos de Estados Unidos, Massad Boulos. Días después de la reunión, el general reformó la cúpula del Ejército y los servicios de inteligencia sustituyendo a los militares más relacionados con el Movimiento Islámico. La decisión, vinculada por la mayor parte de los analistas con el encuentro mantenido con Boulos, fue presuntamente respondida el 22 de agosto con un intento de golpe de Estado que pudo haber sido impulsado por líderes del citado movimiento. 

Se supone que Al-Burhan intenta frenar el apoyo de los EAU a las RSF a través de la apertura de una nueva relación con Estados Unidos, pero, al mismo tiempo, necesita de todos los grupos que están contra el bando de Hameidti, incluidos los islamistas. 



Una guerra de atrocidades

En el último informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU publicado por la Misión Internacional Independiente de Investigación se recogen los crímenes de guerra y las violaciones de derechos humanos perpetrados por todas las partes en el conflicto. El documento, titulado Una guerra de atrocidades, concluye que tanto las SAF como las RSF han dirigido ataques a gran escala contra civiles e infraestructuras vitales, incluidos centros médicos, lo que constituye graves violaciones del derecho internacional.

Se describe cómo las RSF y sus aliados han destacado por su brutalidad y cometido una amplia gama de crímenes de guerra: masacres masivas, violencia sexual sistemática, uso de terror étnico, ataques a infraestructuras médicas y desplazamiento forzado. Pero tampoco se libran las SAF y fuerzas afines, si bien con menor grado de sistematicidad y escala. 



Un soplo de esperanza

A pesar del conflicto, hay notas para la esperanza. El Ministerio de Educación de Sudán consiguió organizar en diciembre de 2024 la primera sesión de exámenes de Selectividad desde el inicio de la guerra. El pasado 6 de septiembre, el Ministerio de Universidades anunciaba los resultados del proceso de admisión de nuevos estudiantes en las universidades del país entre los que habían realizado el citado examen. La rehabilitación de escuelas y universidades es un signo del esfuerzo del país por mirar hacia adelante con optimismo a pesar de la guerra, que se inició en abril de 2023.

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