Asaari Bibang recomienda «Nativas », de Inongo Vi Makomè

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Actriz, escritora, humorista… Nació en Guinea Ecuatorial, pero ha vivido desde los seis años en España. Autora del libro Y a pesar de todo, aquí estoy, ha hecho cine, teatro, televisión, y colabora con medios como El País o Pikara.

Cuando Asaari Bibang tenía 15 años, entró en un grupo de teatro llamado Itondi Kribi de Barcelona. Su fundador, el escritor camerunés Inongo Vi Makomè había terminado una obra de teatro, Bedidi (Los espíritus), y necesitaba cubrir un papel en el que encajaba Bibang. «Así empecé en el teatro –explica la actriz–. Siempre digo que es mi mentor».

Nativas es la recomendación de Bibang pero, antes de decidirse, había algún otro libro que le hacía dudar. Lo que sí tenía claro era recomendar algo de Vi Makomè. «Tiene otro, Rebeldía, que es una de sus mejores obras, o Mamenying, de corte más personal, pero al final he optado por Nativas porque, a pesar de que en toda su obra está presente esa ironía africana muy típica de los abuelos y de los sabios, Nativas es la primera novela que es comedia pura. Tocándome como me toca, tenía que elegir esta. Además, veo que se podría convertir perfectamente en una comedia romántica», dice Asaari.

Inongo Vi Makomè nació en Kribi y vivió en Guinea Ecuatorial, pero desde hace muchos años reside en Barcelona y escribe en castellano. «Tiene una forma de escribir muy africana. Es una de las particularidades que más me gustan de él. A pesar de escribir en un idioma que no es el suyo de origen, sigue conservando una esencia muy africana, algo que también ocurriría si escribiera en su idioma colonial, el francés. Suele tratar temas relacionados con afrodescendientes, con esta forma de narrar, de recalcar cosas que a priori pasarían desapercibidas o que otro autor no destacaría… Es muy africano», nos cuenta.

«La novela se sitúa en Barcelona y nos habla de dos mujeres españolas, triunfadoras en lo profesional y reconocidas en lo social a las que no les va bien en el amor porque no tienen tiempo. Entonces, deciden buscarse un amante africano para que las satisfaga y poder seguir con sus vidas. Claro, lo que al principio parece fácil y estructurado se complica más de la cuenta, ya que estamos hablando de relaciones humanas. Es el punto de partida. Es muy gracioso, pero también muy crítico», dice la escritora, que destaca lo políticamente incorrecto del planteamiento; lo que, viniendo de un autor que conoce, le divierte especialmente: «El libro habla de una forma muy llana. Me hace gracia porque “los sabios de la tribu” son muy correctos y las mujeres africanas jóvenes procuramos ser lo más pulcras posibles frente a ellos por mero respeto. Entonces me hace gracia cómo el autor se desprende de esta corrección y habla de manera tan cruda. Es una faceta totalmente distinta de él», explica.

«Al final, el libro es una crítica a la hipersexualización y cosificación de los cuerpos negros. También trata el síndrome del salvador, en este caso de la salvadora blanca. (…) Humanizando a las protagonistas, creo que también se desprenden las inseguridades que tenemos todas y todos sobre nosotros mismos. Pero al final es un abuso de poder y me parece muy interesante cuando ellas se dan cuenta de que no todo está bajo su control y de que la otra persona tiene unas necesidades y una voz».

Lo que más le gustó a nuestra recomendadora fue el final, «pero no por cómo acaba la historia, sino por cómo está escrito. Me parece maravilloso. También que, como cómica y actriz, una cosa maravillosa que me pasó fue cerrar el libro y ver la imagen del final de la película en que se convertiría. Me pareció brillante». ¿Hay algún productor en la sala?

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