Por Begoña Iñarra
Mercancias y objetos de todo tipo se exponen en las orillas de calles y carreteras de África con el cielo como techo. Los productos bien ordenados en montones de distintos tamaños, forman esculturas naturales llenas de colorido. En los mercados, los sonidos, colores, olores y la algarabía se intensifican a cada momento. Tras estos productos –que van desde alimentos, a diseños, muebles, utensilios, electrodomésticos, coches, y talleres de todo tipo– hay millones de comerciantes y artesanos que forman la economía informal, sumergida, o popular.