Carta a los poderosos

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El presidente de Kenia, William Ruto, se dirige a los líderes del G7 para que se impliquen en África



Un año después de encontrarse en Japón, los líderes del G7 se reunieron bajo la presidencia italiana en la región de Puglia. El grupo, que une a las economías de los países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y Japón) y a la Unión Europea, contaba con una larga lista de invitados que incluía a Argentina, Brasil, India y a países africanos como Kenia o Sudáfrica, encabezados por el presidente de turno de la Unión Africana, el mauritano Mohamed Ould Ghazouani. Con el cambio climático, Ucrania, Gaza, la inteligencia artificial o la seguridad económica y energética en la agenda, Italia propuso que se centraran en el Mediterráneo y en África –mencionada en dos de las seis sesiones–; lo que el presidente de Kenia, William Ruto, aprovechó para publicar antes una carta abierta a los líderes mundiales.

En su misiva, Ruto abordaba los problemas medioambientales, sociales y económicos que afronta África por el cambio climático; pero sobre todo señalaba cómo los africanos sufren tasas de interés «hasta ocho veces mayores que los del préstamo típico del Banco Mundial», perpetuando el ciclo de endeudamiento. Escribía Ruto que existe un «sesgo» histórico que favorece a los ricos y que los países en desarrollo acaban siendo contribuyentes netos de los flujos financieros. Para solucionarlo, reclamaba una reforma urgente de las reglas internacionales, aludiendo al G7 y al G20 para implementarla. Sin cambios, argumentaba, y sin una financiación estable, África no podrá adaptarse al cambio climático ni transitar hacia una economía descarbonizada.

De la carta de Ruto, llama la atención la interpelación a la primera ministra, líder de los Hermanos de Italia, Georgia Meloni, de la que dice que había prometido ser amiga de África y actuar como su enviada ante el grupo. «Confiamos en que ella y otros líderes del G7 bienintencionados destrabarán la financiación que África necesita», escribe sobre la líder de un Gobierno que ha incidido en invertir en los países africanos, a través del llamado Plan Mattei, para disuadir a los emigrantes de que pongan rumbo a Italia. El plan también quiere convertir a Italia en un puerto de conexión para la transferencia de recursos energéticos de África a Europa.

Sumándose a la conversación, el papa Francisco instó a cancelar o reducir la deuda de los países más pobres en el próximo Jubileo de 2025. Según el Pontífice, la humanidad enfrenta una crisis de deuda que genera miseria y privaciones incompatibles con la dignidad humana.

Los mandatarios firmaron una declaración, que también lleva la rúbrica de los representantes de la RDC, Costa de Marfil, Etiopía, Kenia, Mozambique, Nigeria y Sudáfrica, en la que se comprometen a acelerar la inversión en África para utilizar su «desaprovechado» potencial en la generación de energía limpia.   




En la imagen superior, los líderes del G7 posan para la foto de familia. La reunión tuvo lugar en la ciudad italiana de Fasano. Fotografía: Antonio Masiello / Getty


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