El reino desbordante de Soyinka

Wole Soyinka

Crónicas desde el país de la gente más feliz de la tierra

Traducción: Inmaculada C. Pérez Parra.

Alfaguara/Penguim Random House.
Barcelona 2021, 620 págs.

Hay algo que los amantes de los libros y los que tratamos de compartir nuestras impresiones de lectura –antes conocidos como críticos y reseñistas– podemos hacer contra el cambio climático y la inocultable responsabilidad del sector: publicar y devorar tanto no puede ser nada bueno. Por eso voy a recomendar apasionadamente un trabajo publicado hace la eternidad de dos años. Todo dura tan poco que un libro tan extraordinario como estas Crónicas desde el país de la gente más feliz de la Tierra, del nobel nigeriano Wole Soyinka, desaparece de las librerías sin más. Cuando revisé lo que nuestros suplementos culturales cifraron como «los mejores libros de 2021», ninguno citaba esta novela que le da cien patadas a muchos de los libros de ficción y no ficción que se publicaron aquel año y desde entonces. Si El hombre ha muerto, su diario de prisión, te contamina y atrapa para siempre, con este novelón uno entiende que el artefacto que inventó Cervantes sigue siendo impagable y es dinamita.

Esta prodigiosa e inteligente sátira de su país exige del lector que quiera ser desafiado. La prosa de Soyinka no es complaciente y reclama una traducción a la altura de los más refinados artífices de la lengua inglesa, e Inmaculada C. Pérez Parra hace un trabajo digno de los mayores elogios. «Cuanto más recuerdas más profunda es la oscuridad que te envuelve». Son palabras del cirujano Kighare Menka, protagonista de este furioso y crudo fresco de la Nigeria contemporánea, sus ancestros, sus mitos, sus tradiciones, su sociedad del espectáculo, las estupefacientes religiones y sus ministros, su corrupción, su codicia y su miseria moral. Le acompaña en su viaje a la estulticia y la depravación de sus contemporáneos su amigo el ingeniero Duoyle Pitan-Payne. Hay tramas y subtramas que enriquecen este libro que no se entrega sin esfuerzo y que pide no solo un lector cómplice, paciente y ambicioso, sino amor al arte de la novela. La peripecia para lograr que el cadáver de su amigo sea exhumado en Salzburgo y enterrado en Nigeria es más reveladora y apasionante que muchas inanes series y novelas negras. 

Con estas Crónicas, Soyinka no solo se vuelve a consagrar acaso como el más vibrante, versátil y necesario autor africano, sino que muestra un universo llamado literatura cuya muerte no cesan de anunciarnos plumillas y locutores que más que dar cuenta de la complejidad y riqueza de un mundo que ignoran parecen rendidos a un sistema que ha descubierto el becerro de oro definitivo, la mal llamada inteligencia artificial. Este libro desatasca las cañerías del pensamiento y sirve para entender de qué hablamos cuando hablamos de amistad. Pregunta el más que corrupto primer ministro a su gurú multirreligioso por qué una facción islámica sigue dando problemas: «Por el defecto humano llamado avaricia (…) Entrarán en razón. Es todo cuestión de negociar. Esperan sacar más». Parece un retrato a mano alzada de la situación española y la codicia de tantos patriotas que necesitan reforzar su diferencia a cambio de un precio que se fija con dinero contante y sonante.