Encauzar el descontento

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EDITORIAL DEL NÚMERO DE NOVIEMBRE



La protagonista de nuestra portada es una mujer erguida sobre las rocas volcánicas que escupió la última erupción del Nyiragongo en 2021. Es triste, pero a pesar de los muertos y la devastación que provocó este volcán activo del este de República Democrática de Congo (RDC), las personas que viven bajo sus faldas no lo consideran tan peligroso como «la violencia y la inseguridad generada por la mano del hombre». Así lo ha constatado el equipo de MUNDO NEGRO que ha visitado la zona.

Al igual que en la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado y en otras regiones del continente africano, todo indica que la «maldición de las riquezas» está detrás de 30 años de violencia en el este de RDC. Proliferan los grupos armados, las matanzas de civiles son tan recurrentes que parecen haber perdido todo interés informativo y el número de personas refugiadas se cuentan por cientos de miles. Mientras tanto, ni los políticos ni la comunidad internacional, ni siquiera la bien armada y costosísima misión de las Naciones Unidas en RDC, la conocida MONUSCO, son capaces de acabar con tanto sufrimiento. Ante la indiferencia –e incluso la complicidad– de quienes deberían poner orden en todo este caos crece el descontento entre la población martirizada, visible en las manifestaciones públicas de protesta y en la aparición de organizaciones como el movimiento LUCHA, que pretende establecer bases sólidas para una revolución cívica no violenta.

Tampoco los chadianos guardan un silencio temeroso ante la deriva dictatorial que está tomando su país de la mano de Mahamat Idriss Déby, hijo del anterior presidente. En varias ocasiones, la ciudadanía ha salido a las calles de Yamena para protestar, y todo apunta a que estas muestras de descontento seguirán produciéndose. Algo semejante ocurre con los ciudadanos centroafricanos que, aunque más tímidamente, también están reaccionando contra la reforma constitucional impulsada por el presidente Faustin–Archange Touadéra para perpetuarse en el poder.

La Iglesia africana está formada por personas que viven y sufren en su carne las situaciones de violencia e injusticia descritas. Su fuerza está en el Evangelio de Jesucristo. Inspirada y acompañada por Él, está llamada a hacerse presente en todos los rincones del continente africano donde sea necesario proclamar la invitación al amor universal que nos dejó Jesucristo. Y no solo proclamar, sino también implicarse en acciones concretas, en colaboración con todas las fuerzas vivas de la sociedad, para encauzar el descontento de la gente hacia procesos no violentos de resolución de los conflictos. Un ejemplo son los Diálogos Africanos sobre el Clima de cara a la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

En otro orden de cosas, MUNDO NEGRO quiere felicitar al escritor y periodista ecuatoguineano Donato Ndongo-Bidyogo, colaborador durante muchos años de esta revista, por el merecido homenaje que recientemente le ha tributado el Instituto Cervantes. En la entrevista que nos ha concedido, Ndongo-Bidyogo se expresa con mucha franqueza y espontaneidad sobre su vida y su dilatada carrera literaria, pero también sobre aspectos de la colonización española de Guinea Ecuatorial que pocas veces aparecen reflejados en la prensa generalista de nuestro país.

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