Entre la espada y la pared

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La guerra de Rusia y Ucrania tensa a Sudáfrica, que quiere mantenerse neutral



El Gobierno de Sudáfrica, que se declara neutral en la guerra entre Rusia y Ucrania, sufre las presiones de unas dinámicas internacionales que exigen posicionarse, y la celebración en agosto en -Johannesburgo de una cumbre del grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica) es una de esas situaciones que exigen tomar partido. La razón es que el Tribunal Penal Internacional (TPI) acusó a Vladímir Putin de haber cometido crímenes contra la humanidad durante la guerra en Ucrania. Así que, como firmante del tratado fundacional del Tribunal, Sudáfrica tendría que arrestar al presidente ruso si acude a la cita. Hasta el momento, el Kremlin no ha confirmado ni desmentido la presencia del líder, pero un portavoz dijo que su país estaría representado al «nivel adecuado», para luego añadir que esperaban que sus socios no se comportasen de acuerdo a «decisiones ilegales», en referencia a la orden del TPI.

Según un viceministro sudafricano, Obed Bapela, el Gobierno proyecta cambios legislativos para lograr una mayor autonomía sobre a quién arrestar, o no, en su territorio, mientras que fuentes militares dijeron que no detendrían a Putin aludiendo al marco internacional que exige respeto a las inmunidades diplomáticas. En declaraciones a BBC, Bapela especuló afirmando que hoy Mandela estaría decepcionado con el organismo, dado que personas como Tony Blair o George W. Bush no habían sido incriminados por los «asesinatos de la gente de Irak». Sin embargo, otros medios publican que Sudáfrica habría llegado a la conclusión de que si Putin aterriza en el país austral, no tendrían más remedio que arrestarlo. La presión también viene desde dentro, y el principal partido opositor, Alianza Democrática, solicitó a los tribunales locales el arresto del mandatario.

En 2015, cuando el entonces presidente de Sudán, Omar al-Bashir, visitó Sudáfrica con una orden de búsqueda y captura emitida por el TPI, el Gobierno de Jacob Zuma hizo caso omiso a la petición del tribunal de La Haya.

Mientras, en Estados Unidos, senadores republicanos y demócratas exigieron apartar a Sudáfrica de la organización de un foro anual programado en Johannesburgo y que supone una gran oportunidad de conseguir exportaciones y relaciones comerciales para la economía sudafricana. La Secretaría de Estado compartió las preocupaciones de los senadores, aunque esas declaraciones podrían estar relacionadas con el ambiente preelectoral en Estados Unidos, que empuja a mostrarse estricto con los aliados comerciales que mantienen lazos con Rusia.

A mediados de mes, el presidente Cyril Ramaphosa estuvo en Ucrania con un grupo de dirigentes africanos para mediar en el conflicto. Tras visitar Kiev, donde no consiguió el compromiso de Zelenski, la comitiva se reunió con Putin para decirle lo obvio, que la guerra debe terminar y que las soluciones deben llegar por la vía diplomática.


En la imagen, Vladímir Putin recibió a Cyril Ramaphosa el 17 de junio en San Petesburgo. El sudafricano formaba parte de una comitiva de líderes africanos que pretendían mediar para conseguir la paz. Fotografía: Hasan Mrad/Getty

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