IRREVERSIBLES. Auxi Reula: «El futuro de África es negro»

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Nació en Huesca hace 50 años. Estudió ingeniería informática y se fue de vacaciones a Guinea Ecuatorial para un mes, pero se quedó diez años trabajando. Dos años en Angola la marcaron profundamente. Esta mujer enamorada de África lleva ahora diez años en la Fundación AMREF Flying Doctors, actualmente como directora de la organización en España.

 

 

 

Por Javier Sánchez Salcedo

 

 

Cuéntame sobre tu llegada a tierras africanas

Fue un choque ver cómo puede haber unos mundos tan distintos. En Guinea trabajé con la Agencia de Cooperación Canadiense y colaboraba en el primer parque nacional que se hizo en el país, el Parque de Mont Alén. De allí mi amor a los animales y al bosque. Pasaba muchísimo tiempo persiguiendo gorilas y haciendo censos de animales. Fueron siete años en contacto con la naturaleza, otra forma de cooperar. Muchas veces surge la pregunta de cómo es que se destinan recursos al medio ambiente cuando en Guinea faltaba el agua en las casas y no había saneamiento. Yo creo que hay recursos para todo y que el medio ambiente o lo protegemos ahora o, si tenemos que esperar a que estén todas las necesidades cubiertas, será tarde. El Papa lo ha remarcado en la última encíclica: no podemos esperar.

Después de Guinea estuviste dos años en Angola, en los últimos años de la guerra.

Me fui a trabajar con la Cruz Roja. Fue una experiencia personal muy intensa. Trabajaba en un proyecto con mutilados por minas antipersona. Me marcó ver cómo salían a flote, cómo seguían viviendo con esa actitud de esto es lo que hay y hoy estamos vivos, así que hay que vivir con alegría porque no sabemos lo que va a pasar. A nivel geográfico el país es espectacular y la gente te llega al corazón. Cuando en técnicas de relajación te dicen que pienses en un paisaje paradisíaco, para mí a día de hoy sigue siendo la bajada por Sapinto, una barriada de Luanda, mientras iba a mi casa, con el mar al fondo, la puesta de sol, pasando por un barrio africano donde son todo colores, ruido de niños jugando, mujeres con baldes yendo a buscar agua, gente cruzando. Para mí sigue siendo la visión idílica.

Auxi Reula, el día de la entrevista / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

Auxi Reula el día de la entrevista / Fotografía: Javier Sánchez Salcedo

AMREF Flying Doctors, que tiene como objetivo  mejorar la salud de las comunidades, es una organización africana ¿Crees que eso la diferencia de otras organizaciones de desarrollo?

Su sede está en Nairobi y el 97 por ciento de los trabajadores son africanos. Quien manda es la gente que tenemos allí, los que marcan las estrategias, hablan con los gobiernos y deciden qué proyecto vamos a implementar. Ahora tenemos un director general keniano, la anterior era una médica etíope que trabajó en la OMS. Africanos con unas carreras profesionales increíbles que están tirando de sus países y de su continente. La gente que trabaja en el terreno es gente de la comunidad, hablan su lenguaje y la forma de trabajar es muchísimo más fluida. Tenemos un eslogan que es: “El futuro de África es negro”. El futuro es de ellos porque saben mejor que nadie cuáles son sus problemas y son ellos los que tienen que encontrar las soluciones. Y dan soluciones a problemas que nosotros nunca imaginaríamos.

¿Alguna historia trabajando con la organización que recuerdes especialmente?

Después de ser madre la primera vez que viajé a África fue a Uganda, a un proyecto en una barriada de Kampala donde estábamos con un tema de agua y saneamiento. Conocí a una abuela que estaba cuidando de sus siete nietos huérfanos, por culpa del sida. Les estaba haciendo la cena al fuego en una cacerola con agua y hierbas. Gracias al al proyecto habíamos llevado agua potable cerca de su casa y ella podía cogerla de un grifo. Yo me había ido de España con el corazón en un puño porque dejaba allí a mi hija, que no tenía ni un año, aunque la dejaba tranquilamente con su padre. Ver a esa mujer sacando adelante a sus nietos, encantada porque tenía un grifo de agua potable para hacerles una sopa, fue muy impactante.

Habéis lanzado Stand Up for African Mothers, una campaña internacional enfocada en la salud materno infantil.

En África cada tres minutos se muere una mujer por problemas relacionados con el embarazo y el parto. Son 200.000 mujeres al año. Con problemas habituales como la diarrea o el paludismo, los embarazos son mucho más complicados. Se pueden pasar los nueves meses sin que las vea nadie formado. Llega el momento del parto y en la gran mayoría de casos tienen lugar en las comunidades, con la ayuda de un familiar o de la partera tradicional, que hacen su labor pero no son el personal que se necesita para embarazos complicados, embarazos de niñas o mujeres que han sido mutiladas genitalmente. Nosotros queremos formar a 15.000 matronas porque creemos que así podremos reducir la mortalidad materno infantil. Una matrona en África atiende a una media de 500 mujeres al año. Muchas veces se van con la bicicleta de un sitio a otro y son matrona, psicóloga y abuela, en el preparto, parto y postparto.

Te declaras enamorada de África.

Me gusta el color que tiene África. Me gusta el color de los vestidos de las mujeres, el color verde mezclado con la tierra, el color que tienen el mar y el cielo. Los ruidos, los olores, incluso cuando son olores fuertes. Me gusta el olor de la comida africana. Me gusta la gente. Veo el contorno de África y me gusta. Además lucho, porque pienso que es un continente que tiene solución. Cada vez que voy, vuelvo esperanzada.

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