La pastoral femenina

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90.000 mujeres participan en el movimiento Promaica


El 23 de agosto de 1990 se fundó en Benguela un movimiento de mujeres católicas que posteriormente tomó el nombre de Promaica (Promoción de la Mujer Angoleña en la Iglesia Católica). En la actualidad está extendido por todas las diócesis de Angola y Santo Tomé y Príncipe.



«Promaica avanza efe, efe, efe, efe… Firme, fuerte, feliz y fiel». Este es el estribillo que entonaban a coro, en lengua portuguesa, las aproximadamente 200 mujeres del movimiento Promaica reunidas en la parroquia Santas Perpetua y Felicidad de Luanda el 26 de octubre de 2023. Todas acompañaban el canto con los brazos en alto y movimientos de baile. Ese día, la Fundação da Mulher había sido invitada para impartir una formación sobre la prevención de los cánceres de mama, útero y próstata. Al preguntar a Maria Isilda Sambalanda, coordinadora de Promaica en la archidiócesis de Luanda, cuál era el motivo de hablar de la próstata a un grupo compuesto exclusivamente por mujeres, su respuesta fue tajante: «Porque las mujeres tienen esposos e hijos y pueden trasladarles el mensaje».

Bajo el lema «Promoverse y promover a otras personas», el movimiento Promaica integra en Angola a más de 90.000 mujeres. Solo en Luanda, la capital del país, son más de 15.000 y están presente en las 48 parroquias de la archidiócesis. Los encuentros formativos son siempre los jueves por decisión de las propias mujeres, que quieren disponer de los fines de semana para ocuparse de los trabajos domésticos y de los compromisos pastorales que han asumido en sus parroquias. Además, estas sesiones nunca se prolongan más allá de las diez y media de la mañana porque, como señala Sambalanda, «no es posible entretener a las mujeres todo el día pues la gran mayoría de ellas tienen que ir a trabajar. Algunas han traído sus mercancías y al terminar irán a venderlas a los mercados o a las calles, donde tienen sus negocios».

Los temas que abordan son variados y, según la coordinadora diocesana, «próximos a la realidad que vivimos las mujeres y que nos interesan directamente, como la educación de los hijos, la higiene personal, cuestiones morales como el aborto, la violencia juvenil, los abusos sexuales, los peligros del consumo de alcohol o la violencia doméstica, asunto sobre el que insistimos especialmente para concienciar a las mujeres de que no se puede tolerar».



Origen

El movimiento Promaica nació en Benguela por iniciativa del entonces obispo diocesano, Mons. Óscar Lino Lopes Fernandes Braga. A principios de 1990, en un contexto internacional de transformación de Cáritas en una organización menos asistencial y más activa en la promoción humana, Mons. Lopes Fernandes envió a Kenia a dos animadores de la institución para un encuentro formativo. Una de esas personas era Rosália Nawakemba Saiácua, quien a su regreso entusiasmó al obispo sobre la necesidad de empoderar a las mujeres a imagen de los grupos que había conocido en tierras kenianas. El 23 de agosto de 1990, fecha de la fundación del movimiento, el prelado encargó a Rosália y a Antonieta Nhimawa Mita, animadoras ambas de Cáritas, la creación de un grupo de promoción femenina en Benguela.

A sus 76 años, Antonieta sigue activa en el movimiento, aunque reconoce que «Rosália y yo estamos en la retaguardia. Ahora son las jóvenes las que llevan el grupo con más dinamismo». La cofundadora está muy agradecida del apoyo formativo que tuvieron de Maria Teresinha Tavares antes de comenzar a reunirse con las mujeres. «Convocamos a dos señoras de Cáritas por parroquia y formamos un equipo para organizar los grupos y marcarnos objetivos. En Benguela la experiencia creció y en pocos años se pudo organizar un encuentro nacional en nuestra diócesis. Excepto de Cabinda, participaron mujeres de todas las diócesis angoleñas. Promaica se expandió muy rápido».

En la actualidad, el movimiento se ha desligado de Cáritas y tiene identidad propia. El lema del próximo congreso nacional, previsto en ­Luanda del 22 al 27 del próximo mes de agosto, así lo atestigua: «Promaica fiel a su identidad y misión».



Voz propia

Promaica ha permitido a la mujer dar un paso adelante en la Iglesia angoleña. Como reconoce Maria Isilda, «antes la mujer tenía más limitaciones para trabajar dentro de la Iglesia, pero hoy, gracias a Dios y a nuestro obispo Dom Óscar, las mujeres estamos incentivadas para luchar, en el buen sentido de la palabra, para situarnos en el centro de la vida eclesial». Promaica no es solo un movimiento de formación, alfabetización y capacitación profesional, sino que sus miembros llevan adelante muchos otros compromisos sociales y pastorales. «Algunas son ministras de la eucaristía, otras coristas o catequistas, otras coordinan las comunidades cristianas de base. En definitiva –señala Maria Isilda–, estamos presentes en todos los lugares donde está la Iglesia, pero no solo allí».

El protagonismo que fueron ganando las mujeres gracias a Promaica levantó suspicacias en ciertos hombres. Por iniciativa de Mons. ­Zeferino Zeca Martins (ver págs. 48-51), entonces obispo auxiliar de Luanda, se creó en 2014 el Movimiento de los Esposos de Promaica, con el objetivo de ayudarles a comprender la misión de las mujeres en la Iglesia e invitarles a caminar en armonía con ellas. «Fruto de este encuentro con los esposos, celebramos regularmente muchos matrimonios, además de bautizos, confirmaciones y primeras comuniones. Actualmente, el 80 % de las mujeres que integramos Promaica estamos casadas religiosamente», concluye orgullosa Maria Isilda.



En la imagen superior, varias mujeres de Promaica participan en una sesión formativa en la parroquia Santas Perpetua y Felicidad, de Luanda. Fotografía: José Luis Silván Sen

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