La tarea de la reconciliación

en |




EDITORIAL del número de marzo



El papa Francisco completó su quinto viaje al continente africano y cumplió su deseo de escuchar y orar junto a cientos de miles de congoleños y sursudaneses. Fuertemente enraizados en el Evangelio, sus mensajes fueron una invitación a la acción para hacer del mundo un lugar más reconciliado y humano. Desde Kinshasa, el Papa denunció la explotación y el saqueo sistemático del continente con una frase lapidaria: «Dejen de asfixiar a África». Después se fue hasta Yuba para «tirar de las orejas» a la clase política de Sudán del Sur, exhortándola –con palabras francas y directas– a dar un «nuevo impulso» al proceso de paz y reconciliación en su país.

Sudán del Sur sufre una grave crisis humanitaria, con un 82 % de su población por debajo del umbral de la pobreza. Óscar Mateos apunta en el reportaje que firma sobre este país, que su clase política tiene buena parte de la responsabilidad en esta situación, y su colaboración se antoja fundamental para que el país soberano más joven del mundo salga del fango de las divisiones y de la violencia, y afronte con decisión el camino de la reconciliación. Ojalá la visita del Papa marque un cambio de rumbo en este sentido.

Tampoco en República Centroafricana (RCA) el proceso de reconciliación ha conseguido hasta ahora grandes resultados. El país está dividido y amenazado por grupos armados que controlan amplias zonas del territorio. En la entrevista que la expresidenta centroafricana, Catherine Samba-Panza, ha concedido a MUNDO NEGRO, reconoce que su país debe ir más allá de los buenos discursos: «A través de las palabras decíamos que queríamos paz y reconciliación, pero quedaba un enorme trabajo por hacer, sobre todo vivir juntos en las diversas comunidades».

Reconciliar sociedades divididas y expuestas a la violencia durante mucho tiempo es una tarea ardua, compleja y exigente que no puede banalizarse. Reconciliar significa unir lo que se ha separado, aun sabiendo que nunca es posible volver a la situación anterior. Nadie devolverá la vida a los más de 400.000 muertos en la guerra de Sudán del Sur, o a quienes murieron en RCA durante los enfrentamientos entre los selekas y los antibalakas. Se necesitarán varias generaciones para que cicatricen las heridas.

Sudán del Sur y RCA tendrán que esforzarse mucho. Quienes ocupan cualquier parcela de poder deberán deslegitimar la violencia como manera de solucionar las diferencias para, después, reanudar el siempre lento y frágil proceso de reconciliación, que deberá englobar la educación cívica de las personas, la verdad, la justicia, la reparación y el deber de memoria con las víctimas. Solo así podrán instaurar un marco de convivencia que asegure el normal desenvolvimiento de la vida social y política. Será importante, además, que ambos países cuenten con un apoyo exterior honesto y desinteresado.

En otro orden de cosas, en este número publicamos una interesante entrevista con el cardenal comboniano español Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. Desde la convicción de que la religión, cualquier religión, forma parte de la solución a los problemas, el cardenal Ayuso ha hecho del diálogo interreligioso su manera de vivir la Misión.


Si quieres recibir la revista MUNDO NEGRO en tu casa cada mes, puedes suscribirte aquí.

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto