Maria Nelago Kenyama

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Ingeniera electrónica especialista en redes hídricas



En Oshaakondwa llueve muy poco. Situado a 55 kilómetros al sur de esa frontera en línea recta que divide Namibia con Angola y a unos 100 kilómetros al norte del Parque Nacional Etosha, en este lugar cuentan la lluvia gota a gota. Los pluviómetros apenas recogen 270 mm anuales, lo que significa largos tiempos de sequía.

Aquí, bajo eternos cielos azules y despejados, nació y creció  Maria Nelago Kenyama. En este contexto se entiende que el agua y la optimización de su uso se hayan convertido en su obsesión. 

La namibia, que aparece en infinidad de portales informativos de Internet por haber recibido en 2023 uno de los 30 Premios L’Oréal-UNESCO «La Mujer y la Ciencia», comenzó su itinerario lejos del oropel de los galardones. Empeñada en estudiar, la muerte temprana de su madre cuando Maria Nelago estaba realizando los exámenes de fin del Bachillerato, no la frenó. Al contrario. Como ha señalado en numerosas entrevistas, aquello aumentó su determinación de honrar a su progenitora. Y entendió que la mejor forma de hacerlo era a través de la formación.

Se matriculó en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Namibia (NUST, por sus siglas en inglés), donde se licenció en Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones. En una entrevista en el portal University World News, Nelago Kenyama recuerda que «aspiraba a ser piloto, pero encontré mi camino en la ingeniería, lo que me permitió conseguir un trabajo como ingeniera electrónica para la gestión del tráfico aéreo». El machismo y los prejuicios del entorno pusieron palos delante de aquellas ruedas. «En aquel momento fui consciente de que había personas que podían socavar mis ambiciones, pero me negué a permitir que sus acciones hicieran que descarrilara de mi camino», añadió en esa c­onversación. 

Porque Kenyama, sobre todo, es una mujer tenaz. Quizás por eso no se olvidó de aquello que vivió cuando era niña: la falta de agua. Volviendo al inicio del relato, no solo se trataba de la escasez de lluvias en Oshaakondwa. A ella se le sumaban continuas averías y fugas en el sistema de abastecimiento. Aquel recuerdo fijado en su memoria se tradujo en el desarrollo de un sistema de riego inteligente en invernaderos como proyecto de fin de carrera. Esto la llevó, después, a completar un máster en Ingeniería Electrónica e Informática, con especialización en Redes Hídricas, por la Universidad de Namibia. En la actualidad está vinculada a la NUST, donde trabaja en un proyecto de monitorización inteligente de las redes de abastecimiento a través de inteligencia artificial que, según los expertos, puede revolucionar la gestión del agua y la detección de averías y anomalías en el suministro. 

Preocupada por la fuga de cerebros en el continente, Nelago Kenyama ha optado por formarse en su país y ayudar a que las futuras generaciones de investigadores hagan lo mismo: «Mi decisión de quedarme y contribuir al desarrollo de la investigación en Namibia es mi manera de reforzar la suposición de que, sin duda, el hogar de cada uno es el lugar donde podemos encontrar la mejor educación».   


Ilustración: Tina Ramos Ekongo

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