Que los bienes culturales robados en África regresen al continente

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Entre los anuncios que el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo en su visita a Uagadugú el pasado mes de noviembre, dijo: «El patrimonio africano no puede estar solo en colecciones privadas y museos europeos. Debe exhibirse en París, pero también en Dakar, Lagos, Cotonú…». A continuación, dejó claro que esta sería una de las prioridades de su mandato y que le gustaría que en los próximos cinco años se den las condiciones para un retorno de la herencia africana a África, como recogía Le Monde. A principio de marzo daba un nuevo paso en esta dirección al anunciar la creación de una comisión de reflexión y consulta para la restitución del patrimonio africano.

Ya en 2013, el Conseil Represéntatif des Associations Noires de France (CRAN) lanzó una campaña para exigir que los tesoros africanos robados durante la colonización sean devueltos a su país de origen. Este tema ganó muchos titulares en Francia cuando en julio de 2016, el Consejo de Ministros de Benín aprobó una solicitud formal para el retorno de casi 5.000 obras de arte tomadas por el general Dodds en 1892 tras la conquista del reino de Dahomey y transportadas a la metrópolis. Un año más tarde, el Gobierno francés rechazaba la petición.

También Reino Unido se vio envuelto en una polémica similar cuando en marzo de 2016 la Universidad de Cambridge accedió a retirar la estatua de bronce de un gallo perteneciente al reino de Benín (en la actual Nigeria, no confundir con el país del mismo nombre mencionado anteriormente). Fue en 1897 cuando sir Harry Rawson conquistó y saqueó su capital. Este hecho sucedió durante las protestas de estudiantes británicos contra los lazos que sus universidades mantienen con el pasado colonial.

Lo cierto es que cada vez son más las voces que piden el regreso de los bienes culturales saqueados en el continente a su lugar de origen, aunque a veces haya dudas sobre la procedencia exacta.

Sin embargo, preguntas como «¿a quién pertenece el arte?» o «¿es universal o es propiedad del país que lo creó?» no son exclusivas de este nuevo debate. Se repiten desde hace mucho tiempo. En 1970 se esbozó un primer intento de dar solución a este problema y la UNESCO promulgó una Ley sobre el saqueo de bienes culturales y su restitución a sus países de origen. En 1995 fue complementada por la Convención de la UNIDROIT sobre la propiedad cultural robada o ilegalmente exportada. Estas normas internacionales, que obligan a devolver al país de origen todos los objetos robados o incautados ilícitamente, solo se aplican a aquellos bienes apropiados después de 1970, por lo que todos los saqueos cometidos durante el periodo colonial quedan fuera. Además, es común que las leyes de los distintos países europeos declaren como inalienables las obras de arte que se conservan en museos y colecciones privadas, es decir, que no pueden salir del país.

Después de años de discusión, sorprende la decisión del presidente francés, sobre todo porque contradice la política mantenida no solo por Francia, sino también por todas las antiguas metrópolis coloniales del continente, hasta el momento. Baste recordar que el anterior presidente, Nicolas Sarkozy, en 2007 declaró en Dakar, tras afirmar que el africano es responsable directo de los males de su historia, en un claro intento de exculpar a su país de sus abusos coloniales, que este “no tiene suficiente historia”.

Según la UNESCO, no solo los militares saquearon el patrimonio artístico y cultural de los pueblos africanos, sino que también misioneros y colonos se apoderaron de miles de objetos artísticos, culturales y religiosos. De ahí que muchos de ellos se encuentren en colecciones y museos privados. Esto llevó a la escritora y exministra de Cultura de Malí, Aminata Traoré, a afirmar que más del 90 por ciento de los bienes culturales de África se encuentran fuera del continente.

La nueva iniciativa de Macron es bienvenida pero debería formarse una comisión mixta donde también estuviesen presentes representantes de los países africanos y de la sociedad civil que desde hace años lidera esta lucha. También se echa de menos la UNESCO se implique más en este asunto. Aunque hay que recordar que la actual directora general del organismo, Audry Azoulay, se opuso en 2017 a cualquier restitución cuando era ministra de Cultura de Francia.

Por otro lado, es importante señalar que el aspecto más positivo de esta iniciativa es que, dado que Francia no es el único país europeo que atesora objetos robados en África, puede marcar un precedente para otros estados. Son muchas las metrópolis europeas que han participado de este saqueo, principalmente: Francia, Reino Unido, Portugal, Bélgica, Alemania y también, evidentemente, España. La propuesta del presidente francés puede ser un primer paso que ocasione que los bienes culturales saqueados a África vuelvan, en un futuro no muy lejano, al continente.

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