Sin rostro
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EDITORIAL DEL NÚMERO DE FEBRERO
La mujer de la portada es una de las más de 800.000 personas directa o indirectamente afectadas por la violencia que azota Cabo Delgado (Mozambique). Cuesta implicarse emocionalmente en las guerras lejanas, pero el rostro de esta mozambiqueña recuerda que tras las cifras y las explicaciones de los conflictos se esconden seres humanos concretos que sufren.
De la guerra sin rostro en Cabo Delgado se obvian las causas reales y los grupos y personas que –desde dentro y desde fuera– la están alimentando. Pero si damos crédito a la voz del obispo riojano de la diócesis de Nacala, Mons. Alberto Vera, esta guerra tiene mucho que ver con las riquezas del subsuelo y la insaciable codicia humana. El mismo patrón se repite en otras zonas de África, como en el este de R. D. de Congo, donde la inseguridad y la violencia también se conjugan con la explotación minera, aunque no solo. Desde allí nos llega la voz de una mujer, Yvette Mushigo, Premio MN a la Fraternidad 2022, que visitará España este mes de febrero para acercarnos la realidad de esta martirizada región del mundo donde, como casi siempre, las mujeres se llevan la peor parte.
Al igual que los conflictos violentos, las crisis económicas también causan sufrimiento y empobrecen a las personas. Se avecinan dificultades para las economías africanas, y no será fácil sortearlas si falta liderazgo y capacidad de gestión por parte de los dirigentes continentales, si persiste la lacra de la corrupción y si se entrega la llave de la solución a un sistema económico mundial incapaz de luchar eficazmente contra la inequidad creciente entre las diferentes regiones del mundo.
Con todo, frente a las crisis económicas de algunos países africanos, otra vez se vuelve hablar del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de sus planes de ajuste estructural, los mismos que hace unas décadas fueron nefastos para el continente. Subsiste la duda de saber si los «mecanismos sacralizados del sistema económico imperante» podrán obtener esta vez mejores resultados. Es lícito sospechar de la buena intención de los ricos sin rostro que manejan la economía mundial y que parecen preferir un África pobre y dependiente a un continente plenamente desarrollado y soberano en sus decisiones. En este contexto tiene razón Alfonso Armada, cuando dice que «ninguna riqueza es inocente».
Ante el regreso del FMI a África, hacemos nuestras las palabras proféticas del papa Francisco en su encíclica Evangelii Gaudium: «Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, solo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema».
En este número rendimos homenaje a Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre. Durante los ocho años de su pontificado visitó tres países africanos y denunció muchas de las injusticias que sufre el continente. Pero es, sobre todo, su descomunal altura teológica plasmada en abundantes obras, artículos, homilías y documentos pontificios, la que seguirá alimentando la fe de los cristianos, también de los africanos. Descanse en paz.
