Por Julián del Olmo
África ha dejado de ser el ‘continente olvidado’ para convertirse en el ‘continente codiciado’. Su riqueza natural es objeto de deseo para muchos países –entre ellos China, Estados Unidos, Rusia, Francia o Reino Unido– y para empresas multinacionales que han encontrado en las élites políticas de muchos países africanos aliados para llevar a cabo su estrategia de conquista y enriquecimiento. Se ha dicho que ‘África está en venta’ y no le faltan compradores.