2020. El año de la obsesión

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La Fundeu celebra la elección de la palabra del año a la vez que nos disponemos a despedir a este 2020 marcado por la pandemia. Antes de cerrar el almanaque, pedimos a cinco especialistas en el continente un balance de lo que han sido estos 12 meses. Con la sombra de la COVID-19, ¿ha habido espacio para otros temas africanos?


¿Con quién hemos hablado?

IRENE ESCUDERO. Periodista. Corresponsal Agencia EFE en Kenia hasta
noviembre 2020. @Iremescudero

ELSA AIMÉ. Dra. RR. II. y Estudios Africanos. @egaime

ROSEBELL KAGUMIRE. Periodista. Editora de African Feminism. Colaboradora
MUNDO NEGRO. @RosebellK

XAVIER ALDEKOA. Periodista. Corresponsal La Vanguardia en África. @xavieraldekoa

DAVID SOLER. Periodista. Editor de África Mundi. @david4soler

 

 

¿Cómo ha sido 2020 para el continente?

 

IRENE ESCUDERO. En Kenia diría que ha sido un año duro. A pesar de que el Gobierno decidió no confinar totalmente y optó por un toque de queda, muchos kenianos han perdido
el trabajo o la posibilidad de encontrar algo diario. Desde los que dependían
completamente del turismo, a oficinistas o empleados en empresas, la opinión
general que he recopilado de mucha gente es que no se puede depender de otras
personas en el trabajo y que mejor tener dos fuentes de ingresos que una. Va a
tener un impacto también muy fuerte en la creciente clase media que había
empezado a afianzarse desde hace ya más de una década.

Además, en una situación como esta de crisis –más que sanitaria, económica– lo que se ha vuelto a manifestar es la solidaridad de los kenianos. Desde que se anunciaron las primeras medidas de cierres o toques de queda, individuales y pequeñas organizaciones, tanto en suburbios de Nairobi como en comunidades rurales, han hecho colectas de alimentos y reparto en hogares.

ROSEBELL KAGUMIRE. Ha sido un año interesante y, como continente diverso, hemos visto desafíos, pero también soluciones cada día. En cuanto a la pandemia, los países africanos respondieron rápidamente con cierres y otras medidas. Vemos la repercusión económica que está provocando la desaceleración económica mundial. Muchos jóvenes han perdido su empleo y la pandemia también está empeorando la calidad del empleo existente. Pero también este año también hemos observado que las malas prácticas y la brutalidad policial han empujado a los jóvenes a presionar a sus Gobiernos. Nigeria puede ser el mejor ejemplo de ello, con el movimiento #ENDSARS. No podemos obviar que en 2020 ha resultado evidente el activo papel de los africanos en el impulso de reformas y cambios en la forma en la que son gobernados. El primer año de la década ha sido un desafío para todos, cuyas repercusiones se extenderán en el futuro inmediato. La pandemia ha cambiado la naturaleza del trabajo y de la forma de hacer negocios en África. Pero también ha creado espacio para la innovación. Esperamos que la atención mundial sobre la COVID-19 no haga retroceder los beneficios obtenidos en la respuesta a otros problemas de salud, en la lucha contra el cambio climático y en la protección del medioambiente.

ELSA AIMÉ. Diría que 2020 ha sido un año de cambio y continuidad, la historia misma. Si nos centramos en el Cuerno de África, vemos cómo se están produciendo cambios significativos, especialmente con la escalada de tensiones que llegó a la guerra civil en Etiopía, pero también en la dimensión internacional del conflicto; pero también vemos cómo estos están en continuidad con problemáticas y conflictos previos, y la importancia de la dimensión histórica del tiempo presente.

XAVIER ALDEKOA. El año 2020 estará marcado por la pandemia mundial y África no será una excepción. Las cifras que anunciaban un progreso económico sostenido durante los últimos años o la reducción paulatina de la pobreza en la mayoría de países se ha congelado, así que en general no ha sido un buen año para el continente.

DAVID SOLER. No se puede decir que 2020 haya sido un año bueno en ningún rincón del mundo, tampoco en África. A pesar de evitar los augurios más catastrofistas del coronavirus, la pandemia sí ha afectado gravemente la economía de la región subsahariana, que se espera que se contraiga un 3,3% este año tras más de 25 años de crecimiento ininterrumpido y ha retrasado la entrada en vigor el Tratado de Libre comercio africano.

 

Desde un punto de vista estrictamente informativo, ¿ha sido un bueno año para el continente?

 

ELSA AIMÉ. En los últimos años hemos visto cómo hay un creciente interés por el continente africano, y que ello se acompaña de una creciente cobertura informativa en España, pero esa cobertura sigue siendo insuficiente y no siempre se han logrado superar las visiones simplificadoras y/o estereotipadas. 

IRENE ESCUDERO. Creo que ha vuelto a quedar patente el catastrofismo con el que se suele hablar de África. Muchos activistas pedían desde el principio que los medios nos fijásemos en esas iniciativas locales de solidaridad que estaban teniendo lugar en todas las partes del continente más que en augurar muerte y destrucción para África. Y una vez que se comprobó que la letalidad era menor aquí, nos lanzamos a preguntarnos si estaba pasando algo raro o algo estaba yendo mal porque no había muchos casos en África.

Además, la pandemia ha eclipsado otros asuntos importantes que debían pasar este año y ha provocado que, al impactar más en Europa, se oculte aún más lo que sucede en África, que de normal ya cuesta meter en la agenda internacional, sobre todo en español.

ROSEBELL KAGUMIRE. Hay una mezcla de cosas. África desafió las expectativas del pesimismo y está experimentando el impacto de la pandemia de una manera menos sensacionalista de lo que los medios y los expertos occidentales predijeron, lo que es bueno. Sin embargo, también hemos visto conflictos no resueltos, con el retroceso en algún Gobierno democrático, en una tendencia que vemos no solo en África sino en todo el mundo.

XAVIER ALDEKOA. No. La atención mediática ha estado más occidentalizada que nunca. La pandemia ha golpeado especialmente a los países occidentales, también sus consecuencias económicas, y la información de África se ha visto más relegada que otros años. Además, las dificultades para viajar al continente han impedido cubrirlo desde el terreno como en otras ocasiones.

DAVID SOLER. Informativamente diría que sí ha sido un buen año. Aunque sea por la pandemia, mucha gente ha mirado hacia África para ver qué ocurría allá en el continente olvidado. No considero que haya habido un gran salto de información en España con respecto a 2019, pero sí un ligero incremento del interés que se viene sosteniendo durante años.

 

 

El uso de la mascarilla y la distancia social han sido imagen común durante 2020, como en esta comunidad en Kenia. Imagen Denis Ngoi. Imagen superior Thirdman.

 

Los datos relativamente buenos que está mostrando África durante la pandemia de coronavirus, ¿han quebrado la imagen estereotipada de África como escenario propicio para la expansión de enfermedades?

 

IRENE ESCUDERO. Quizás sí que han ayudado en cierta medida a quebrar esa imagen, pero por otro lado levanta suspicacias. La gente no se acaba de creer que los kenianos, los congoleños o los senegaleses no se estén muriendo por las esquinas y los hospitales no estén llenos. Que por las calles no sea el caos. Yo regresé en agosto a España, a Madrid, y me sorprendió muchísimo que no hubiera dispensadores de geles en el transporte público y no limitaran la capacidad. Aquí los matatus –las furgonetas de transporte comunitario- cumplen a rajatabla lo de que solo puedan ir con media capacidad, y al entrar la persona que recoge el dinero, te ofrece gel hidroalcohólico. En todas las entradas de cualquier edificio, tienda o restaurante te toman la temperatura y te hacen lavar las manos o echarte gel. Además, el ocio nocturno, que es lo que parece probado que ha sido foco de contagios, ha estado cerrado o limitado hasta hace unas semanas. Y hablo de Kenia, pero ha sido la línea general en casi todos los países africanos, con algunas excepciones, evidentemente.

ELSA AIMÉ. Mi sensación es que esos datos se interpretan de forma diferente en el entorno especializado en el continente africano que por quienes no están tan familiarizados con las realidades del continente. Mientras que estos últimos tienden a cuestionar los datos, los primeros (más allá de la cautela necesaria en relación con cualquier dato de coronavirus en cualquier país) entienden que es perfectamente posible que la pandemia se haya podido contener en el continente hasta la fecha. Por ello, no diría que se ha quebrado esa imagen estereotipada.

XAVIER ALDEKOA. Ha despertado interrogantes. Ni siquiera los expertos se explican muy bien por qué el continente que se auguraba que iba a sufrir las consecuencias más desastrosas por ahora no ha sufrido un impacto tan grande. El estereotipo era grande, los interrogantes también lo son.

DAVID SOLER. No creo que la imagen de África haya cambiado por su resistencia a la COVID-19. La mayoría de la gente no relacionada con África con la que he hablado lo achaca a que están subdesarrollados y no tienen datos, algo así como «fíate tú de que no mueran allí». Si no es así, entienden que es porque son más jóvenes y están menos conectados en este mundo global, haciendo más difícil que llegue, pero rara vez se quedan con que los Gobiernos tomaron medidas mucho antes que en Europa o en su experiencia con epidemias.

 

 

Radio Okapi, en RDC, ha dedicado parte de sus emisiones a divulgar medidas de protección para prevenir el coronavirus. Imagen MONUSCO.

 

¿Crees que el protagonismo de la COVID-19 en la agenda informativa ha impedido que se hablara más de África?

 

IRENE ESCUDERO. Sí, sin duda. Parece que siempre hay una buena excusa para no hablar más de África. Nos sigue quedando muy lejano. Además, también es cierto que mucha de la agenda política y económica de África se ha paralizado. Nosotras, que en EFE seguimos la actualidad de más de 40 países, hemos tenido días muy tontos donde no había por donde sacar noticias porque todo era COVID y realmente los datos de COVID y el impacto de COVID no eran tan importantes aquí.

ELSA AIMÉ. La COVID-19 está saturando el horizonte informativo y, sin duda, ha impedido que se cubran otros temas que han sido muy relevantes en el continente. Sin embargo, no es el único fenómeno que ha distraído la atención. Por ejemplo, a finales de octubre y comienzos de noviembre de 2020 hemos visto cómo las elecciones estadounidenses han acaparado la atención en detrimento de los acontecimientos políticos en otros países como Costa de Marfil o Etiopía.

ROSEBELL KAGUMIRE. Cuando estás ocupado tratando de sobrevivir a una pandemia que te afecta más que a los africanos, tiene sentido descentrar tu mirada de África. Ahora que el estereotipo de la enfermedad está fuera de la zona que todo el mundo esperaba, es hora de que los medios se desafíen a sí mismos y se atrevan a ver a los africanos en su globalidad.

DAVID SOLER. No creo que por la pandemia se haya hablado menos de África, sino que ha cambiado el enfoque y la prioridad de los temas que se han publicado. La mayoría de información hasta después de verano ha sido de salud o de economía debido al coronavirus, pero desde otoño poco a poco volvieron otro tipo de noticias, como las políticas, a tener espacio.

¿Qué temas han pasado desapercibidos durante este año?

 

IRENE ESCUDERO. Yo llevo un tiempo persiguiendo una cobertura más en profundidad de la mayor ruta migratoria fuera del continente, que no es la del Mediterráneo, sino la que va a la Península Arábiga. Es cierto que en los últimos meses se han podido leer varias noticias sobre las migrantes etíopes varadas en Líbano después de que las echasen de sus trabajos como trabajadoras domésticas, o sobre la brutalidad de los centros de detención de Arabia Saudí, y Xavier Aldekoa sacó un reportaje muy bueno en Revista 5W en los primeros meses de confinamiento, pero es un tema muy importante que creo que merece más atención.

ELSA AIMÉ. Sin duda estos dos últimos temas (elecciones en Costa de Marfil y guerra en Etiopía) son un ejemplo de cuestiones relevantes que han pasado desapercibidas. El conflicto en Etiopía no ha recibido la atención necesaria para una resolución pacífica y dialogada. Este año se celebraba asimismo el 60 aniversario del «año de las independencias», y era un buen momento para reflexionar sobre el legado colonial y su pervivencia, incluyendo en España la responsabilidad en el conflicto en el Sahara Occidental.

ROSEBELL KAGUMIRE. La innovación, los cambios en la forma de hacer negocios que se están llevando a cabo, cómo la economía, las microeconomías, se están adaptando al nuevo escenario. La atención se centra en la macroeconomía, en quién pide prestado a quién, a la cuantía de los préstamos, pero las historias sobre microeconomías en África y su adaptación a la nueva realidad no son tantas.

XAVIER ALDEKOA. África es un continente que se entiende y se explica mucho mejor desde el terreno y los impedimentos para viajar y las cancelaciones de vuelos han impedido moverse por suelo africano para contarlo. He echado en falta más historias cotidianas para explicar qué ha supuesto la pandemia en su visión social y humana: el impacto de la disminución de las remesas más allá de las cifras, etc. Luego la amenaza climática, que afectará especialmente al continente, parecía que iba a ser un tema a cubrir masivamente antes de la pandemia y a causa del coronavirus ha sido residual. Otras cuestiones, como la cultura, los movimientos sociales, el feminismo, la irrupción tecnológica, han tenido quizás aún menos espacio del habitual.

DAVID SOLER. Considero que en España ha pasado desapercibidos el retroceso democrático en el continente y África Occidental en particular, con los intentos de acceder a un tercer mandato en Costa de Marfil y Guinea, las consecuencias de un golpe de Estado como el de Malí o la creciente tensión política en Uganda, Ruanda y Etiopía, entre otros.

 

 

La plaga de langostas que afectó al este de África a principios de 2020 ha sido una de las noticias del continente que experimentaron un mayor. Fotografía Luke Dray/Getty.

 

Por el contrario, ¿consideras que ha habido temas que sí han recibido suficiente atención mediática este año?

 

IRENE ESCUDERO. ¡Las langostas! Ahora ya quedan bastante lejanas, pero los primeros meses de 2020 en el este de África no se hablaba de otra cosa. Para los agricultores fue un miedo muy real, quedarse sin todas las cosechas para este año. Y al ser un tema tan visual, se cubrió muchísimo.

ELSA AIMÉ. Con la salvedad de que el continente tiene insuficiente cobertura mediática en España, probablemente la pandemia haya recibido una atención infrecuente en comparación con otras problemáticas.

ROSEBELL KAGUMIRE. Muchos medios radicados en África han abordado la cuestión del movimiento #Blacklivesmatter y lo que esto significa en el continente, han cuestionado los modelos de desarrollo y ayuda, además de cubrir historias como la lucha para recuperar el patrimonio robado de los museos europeos. Esta historia cultural siguió siendo importante y fue cubierta por medios de comunicación en el continente. También el continuo éxito de los corredores africanos, incluso en medio de la pandemia, en diferentes carreras en todo el mundo.

XAVIER ALDEKOA. La situación política en Malí ha tenido una cobertura extensa, en mi opinión. Con carencias por no poder hacerlo desde el terreno, claro, pero sí creo que se ha hecho un buen seguimiento.

DAVID SOLER. Considero que se han cubierto bien los temas relacionados con la capacidad sanitaria de los países africanos y el seguimiento a la evolución de coronavirus en el continente.

 

¿Cuál ha sido, en tu opinión, la mejor noticia que se ha dado sobre el continente en estos 12 meses?

IRENE ESCUDERO. No sé si será la mejor, pero una que a mí me hizo bastante ilusión publicar fue el fin del ébola en el noreste de República Democrática de Congo. Llevábamos muchos meses cubriéndolo y fue muy difícil declarar el fin. Se asumió que el conflicto iba a empeorar mucho la respuesta, y lo hizo, pero quizás lo que menos se tuvo en cuenta –una vez más– fue a la población y sus necesidades. Comunidades sin empleo y que se ven obligadas a huir frecuentemente, de repente ven que llegan miles de personas para acabar con una enfermedad que les resulta ajena de primeras. Y que se ponen a construir centros de aislamiento antes que las carreteras o los pozos que llevaban años pidiendo al Gobierno.

ROSEBELL KAGUMIRE. Es difícil de decir. Es una mezcla, porque no podemos hacer una enumeración de la mejor noticia, cuando estamos viviendo una pandemia. Tendríamos que hablar de las historias de resistencia protagonizadas por tanta gente.

DAVID SOLER. La mejor noticia considero que ha sido poner fin a la segunda peor epidemia del ébola de la historia en el este de República Democrática de Congo, aunque ahora en el oeste haya otro brote activo.

 

¿Y cuál te hubiera gustado contar?

 

IRENE ESCUDERO. ¿Algo que no haya pasado y me hubiera gustado contar? Que un país europeo o Estados Unidos dejasen de condenar la violencia postelectoral en cualquier país africano –o en África así, en general, como ha hecho recientemente EE.UU– antes de que se haya producido. Y que los países africanos o la Unión Africana enviasen misiones electorales o de paz a las elecciones de EE. UU. o cuando vuelva a haber un intento de referéndum en Cataluña.

DAVID SOLER. Me hubiera gustado realizar una serie desde Sudáfrica sobre la desigualdad del país y el impacto del confinamiento y el coronavirus por ciudades y barrios.

 

Burna Boy durante un concierto. Foto Ameyaw Debrah

¿Qué africana o africano merece aparecer en portadas de periódicos de todo el mundo?

 

IRENE ESCUDERO. Las africanas asesinadas este año por violencia machista. Creo que es un tema que se sigue cubriendo muy mal, sobre todo en la prensa local. La activista y comunicadora ugandesa Rosebell Kagumire lo denuncia muy bien en sus redes sociales. Se sigue hablando de crímenes pasionales, se tienen que meter por algún lado los celos y cuesta mucho hablar de abusos sexuales. No me acuerdo qué periódico keniano fue, pero hace poco leí un reportaje sobre la violencia doméstica durante el coronavirus en Kenia y dije: «Ah, mira, qué bien, están tratando el tema». Me puse a leer y ponían el foco en casos en los que la mujer pegaba al hombre. Podría decir nombres como el de Burna Boy, que lo está petando y da otra imagen de Nigeria, pero creo que al menos habría que dar más espacio a una buena cobertura de la violencia machista en los países africanos.

DAVID SOLER. Burna Boy, por acercar la música afrobeat al resto del mundo y su compromiso con la sociedad civil nigeriana. Un ejemplo de cantante involucrado en la vida de su país.

 

Una aspiración para 2021.

 

IRENE ESCUDERO. Que dejemos de tener nosotros aspiraciones sobre el continente y sean los africanos y las africanas quienes echen adelante sus propias aspiraciones, que son muchas.

ELSA AIMÉ. Una aspiración para 2021 es que el antirracismo siga creciendo, que se tome conciencia de la pervivencia del racismo y de la necesidad de combatirlo.

DAVID SOLER. Que la sociedad civil se levante ante las restricciones democráticas y a favor de los procesos de paz alrededor de África.

 

 

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