A jugar la baza económica

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Joao Lourenço inicia su segundo mandato con la oposición más cerca que nunca en la historia de Angola



«Voy a mejorar lo que va bien, y corregir lo que va mal», declaró confiado durante la campaña electoral el presidente Joao Lourenço a la prensa angoleña. Abel Chivukuvuku, desde la opositora Coalición Convergencia Amplia para la Salvación de Angola-Coalición Electoral (CASA-CE), respondió que Angola «no puede seguir siendo un país potencialmente rico habitado por ciudadanos pobres», instando a «un gobierno serio y patriótico, que no sucumba a la corrupción y al mal gobierno», en clara alusión al expresidente José Eduardo dos Santos –quien permaneció en el poder durante 38 años y falleció el pasado mes de julio en Barcelona por una complicación cardíaca– al haberse apropiado de sectores de la economía del país que otorgó a familiares y conocidos.

El 24 de agosto, casi 10 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas para elegir entre la continuidad del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) –en el poder desde que el país obtuvo la independencia de Portugal (1975)–, liderado por Lourenço, y una oposición encabezada por la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), dirigida por Adalberto Costa Júnior. 

El resultado, anunciado por la Comisión Nacional Electoral, dio la victoria al MPLA con el 51 % de los votos –en los comicios de 2017 obtuvo el 72 %–. UNITA, con el 44 % de los sufragios, obtuvo el mejor resultado de su trayectoria política. La oposición no tardó en denunciar múltiples irregularidades en el recuento e instituciones como la Unión Europea pospusieron el reconocimiento de la victoria del MPLA hasta que no se investiguen las quejas de la oposición. 

Campañas anticorrupción

Lourenço, un político poco carismático que llegó al poder tras la dimisión de Dos Santos, ocupaba la cartera de Defensa y formaba parte de la línea dura del MPLA para dirigir el país. En cambio, decidió desmarcarse de su antecesor en la lucha contra la corrupción. Los hijos de Dos Santos (Isabel, -Tchizé y -Zenu –que cumplió una pena de cárcel de cinco años por fraude–) viven en el exilio por su implicación en casos de malversación de fondos por los que han sido juzgados. El caso más especial, sin embargo, es el de -Isabel dos Santos, considerada por la prensa africana como una de las mujeres más ricas del continente, a la que su padre nombró directora de Sonangol, la compañía petrolera nacional, y que en julio de 2021 fue condenada por un Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya a devolver al Estado angoleño acciones de la empresa portuguesa Galp valoradas en 422 millones de euros. Por su parte, la Fiscalía de Angola sigue recopilando pruebas contra Isabel dos Santos por malversación de fondos públicos y blanqueo de dinero, como confirmó Helder Pitta Gros, fiscal general del país a mediados de marzo de 2022: «El proceso está vivo y estamos considerando más y más pruebas». El conocido como Luanda Leaks comprende más de 700.000 documentos filtrados sobre el entramado empresarial de la familia Dos Santos y allegados. 


Refinería de Sonangol en Luanda. El pasado mes de junio, la compañía presentó una nueva unidad que multiplicará por cuatro la producción de su única refinería. Fotografía: Getty. En la imagen superior, El presidente Joao Lourenço con la primera dama angoleña, Ana Dias Lourenço, antes de la ceremonia de toma de posesión, celebrada en Luanda el 15 de septiembre. Fotografía: Julio Pacheco Ntela / Getty


El rescate económico 

«Mi misión será relanzar la economía. Si lo logro, me gustaría ser reconocido en la historia como el hombre del milagro económico en Angola», declaró Lourenço tras conocer su victoria en las urnas. 

La pandemia de la covid-19 llegó cuando el país vivía una desaceleración severa de su economía debido a la caída del precio del petróleo –es el segundo mayor productor del continente africano detrás de Nigeria–, además de la elevada deuda que arrastra, una inflación galopante y la devaluación de su moneda local. Ahora la estrategia del presidente Lourenço se centra en atraer capital extranjero y en la privatización de Sonangol y de Endiama, la empresa nacional de diamantes, que representa el 3 % de la riqueza nacional.

A pesar de lo ajustada de la victoria, Lourenço se mostró «orgulloso y satisfecho». Sobre las causas de la caída del histórico gobernante de Angola, todo apunta al cansancio y la falta de confianza de una población cada vez más empobrecida a pesar de los ricos recursos naturales del país. El sentimiento del flamante presidente contrasta con la presión y falta de libertad que vive la población, uno de cuyos últimos episodios se vivió durante el funeral de Estado del expresidente Dos Santos, que coincidió con el anuncio de los resultados electorales. Ante la previsión de protestas o muestras de disconformidad por su legado o por la acción del propio Gobierno, la Policía instó a la población a quedarse en casa: «La Policía Nacional llama a todos los ciudadanos, la sociedad civil y los grupos organizados (…) a contenerse por respeto al exjefe de Estado», publicó la prensa local.

«No hay mucha diferencia entre ambos presidentes… en cuanto al respeto de los derechos humanos y en libertades fundamentales», declaró Borges Nhamirre, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad (-Sudáfrica), a Al Yazeera ante la renovación en el cargo de Lourenço.

Algo desconfiados ante la firmeza que Lourenço manifieste durante su segundo mandato para seguir rindiendo cuentas y mantener la lucha contra la corrupción, las agencias destacaron que en su discurso de toma de posesión se centró en la reforma económica y la creación de empleo, asegurando que en los siguientes cinco años podrán obtenerse los frutos de lo que comenzó a sembrarse en 2018, pero «no mencionó su tan promocionada campaña anticorrupción». Por su parte, UNITA se abstuvo de enviar a un representante a la toma de posesión al considerar que el MPLA no ganó las elecciones –a pesar de que la Corte Constitucional ha rechazado todas las alegaciones presentadas– y que había organizado unos comicios a su medida. 

UNITA también se ha opuesto al nombramiento de Carolina Cerqueira como presidenta de la Asamblea Nacional. Sus diputados, que abandonaron la sala en el momento de la votación, denunciaron que el MPLA les había prometido que el cargo de vicepresidente adjunto recaería en un miembro de UNITA. 

Junto a la disputa política, más ajustada que nunca en Angola –el MPLA cuenta con 124 diputados frente a los 90 de UNITA–, la duda se centra en ver si el proceso de privatización que va a impulsar Lourenço en los próximos cinco años se mimetizará o no con la «privatización del Estado» instaurada por Dos Santos y hoy pendiente de juicio por corrupción.

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