Ejércitos africanos, violaciones de derechos humanos y cooperación necesaria de Estados Unidos

en |

Durante más de 20 años, Estados Unidos ha invertido millones de dólares para mejorar la seguridad en Nigeria, entrenar y profesionalizar a su Ejército y reforzar su capacidad de lucha contra el terrorismo. Pero un nuevo informe denuncia que, a pesar de toda esa asistencia, las fuerzas armadas nigerianas no solo no han logrado derrotar a los diversos grupos rebeldes que luchan contra el Gobierno, sino que habitualmente cometen graves abusos de derechos humanos. Esta realidad no tiene ningún efecto en el apoyo estadounidense.

U.S. Security partnerships and the protection of civilians. The case of Nigeria and the Nigerian Armed Forces (NAF) está firmado por Brown University’s Center for Human Rights and Humanitarian Studies, Security Assistance Monitor at the Center for International Policy y InterAction. En él se destaca cómo Estados Unidos no solo financia al Ejército nigeriano, sino que también dona miles de dólares a países aliados como Burkina Faso, Camerún o Etiopía. Siempre bajo la etiqueta de proteger a la población civil. Pero hasta el momento, los militares de esos países han demostrado que se encuentran más inclinados a cometer abusos contra los civiles que a protegerlos. Los mecanismos establecidos para investigar esos casos suelen ser lentos y, normalmente, terminan sus actuaciones sin acusaciones concretas que puedan llevar ante la justicia a los perpetradores.

Que muchos ejércitos africanos abusan de la población civil no es realmente una revelación. Se sabe de siempre y son múltiples los informes de organizaciones de derechos humanos que llevan décadas denunciándolo. La novedad que aporta este estudio es que la financiación de Estados Unidos no está sirviendo para su propósito inicial, sino que, muy al contrario, facilita la violación de derechos humanos sin que por ello se tomen medidas. La pregunta es: ¿por qué Estados Unidos permite esto?

Desde el año 2000, Washington ha donado más de dos mil millones de dólares en asistencia de seguridad y venta de armas y equipos militares a Nigeria, y ha realizado más de 41.000 cursos de capacitación para personal militar nigeriano. Todo ello con el fin de reforzar su capacidad en la lucha contra el terrorismo de Boko Haram e ISWAP en el norte y los movimientos independentistas del sureste o el bandidaje que asola grandes zonas del país. Igualmente, se ha promovido la cooperación en seguridad marítima y fronteriza, especialmente en el golfo de Guinea, para reforzar la lucha contra la piratería.

A pesar de estas dos décadas de asesoramiento, formación y financiación, las fuerzas armadas de Nigeria siguen implicadas en graves violaciones de derechos humanos y crímenes contra la humanidad, incluidas ejecuciones extrajudiciales y detenciones en régimen de incomunicación. Entre 2011 y 2021, por ejemplo, al menos 10.000 civiles murieron bajo custodia militar tras ser detenidos acusados de colaborar con Boko Haram, según Amnistía Internacional. De igual modo, hace un año, la misma organización informaba de que al menos 115 personas en el sureste del país habían sido asesinadas por las fuerzas de seguridad en los cuatro meses anteriores.

No solo las organizaciones internacionales han documentado y denunciado estos hechos. También el Departamento de Estado estadounidense en su última evaluación sobre derechos humanos encontró acusaciones creíbles de homicidios ilegítimos y arbitrarios, desapariciones forzadas y tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes, entre otros muchos delitos.

Todo esto demuestra el fracaso de Estados Unidos y de Nigeria, en este caso. Pero es una acusación extensible a muchos otros países que reciben ayuda militar estadounidense. Ninguno de ellos es capaz de poner fin a estas violaciones de derechos humanos. «Los Estados Unidos han demostrado una aparente capacidad limitada para dar forma a la conducta de las fuerzas de seguridad nigerianas, en particular sobre las mejores prácticas para minimizar el daño civil y dar seguimiento a las denuncias de abusos», afirma el informe.

La asistencia técnica y militar a fuerzas armadas africanas no viene solo de Estados Unidos, son muchos otros países occidentales los que participan en ellas y los resultados son los mismos.

Se puede dar toda la asistencia militar, técnica y humana que se quiera, pero mientras no existan mecanismos eficientes que persigan y castiguen las violaciones de derechos, los ejércitos africanos continuarán actuando con la misma impunidad y los civiles seguirán igual de desprotegidos.


Fotografía: US Africa Command (Creative Commons)

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto