Publicado por Autor Invitado en |
Compartir la entrada "El más joven de todos"
Por P. Claude Nkwe Lugiri desde Dekoa (RCA)
Al concluir mis estudios de Teología en 2018 me enviaron a la República Centroafricana (RCA) para un período de dos años de servicio misionero. Fue un tiempo muy rico para mí. Después regresé a mi país, la República Democrática del Congo, y tras mi ordenación sacerdotal, en febrero de 2020, acogí con alegría que me enviaran de nuevo aquí.
Estoy destinado en la parroquia de Santa Ana de Dekoa, en la diócesis de Kaga-Bandoro. Fue el P. Víctor Hugo Castillo Matarrita, entonces superior de los Misioneros Combonianos en la RCA, quien me envió a esta comunidad y me pidió que asumiera el servicio de párroco. Ahora, casualidades de la vida, es mi obispo desde su nombramiento el pasado 5 de septiembre.
Dekoa está situada a 254 km al norte de Bangui, la capital del país. Santa Ana es la única parroquia católica de la ciudad y desde aquí intento prestar mi servicio en fidelidad a la tarea que me ha confiado la Iglesia de enseñar, santificar y gobernar. Una de nuestras prioridades es visitar regularmente las 22 comunidades cristianas del interior, aunque también intento mantener una presencia regular en Dekoa, donde está nuestra comunidad comboniana.
Considero muy importante cuidar mi predicación, no solo las homilías, sino también las catequesis y otros encuentros formativos. Estamos en proceso de revitalizar la Cáritas parroquial para que participen todos los fieles y también estimulamos el trabajo de la Comisión de Justicia y Paz involucrando a profesores y a jóvenes.
Celebro con regularidad los sacramentos e invito a los demás a sentir amor por ellos. Administro con alegría el bautismo a niños, jóvenes y adultos y visito a los enfermos para llevarles la comunión. El matrimonio no atrae a los jóvenes y prácticamente son solo las parejas mayores las que dan el paso para casarse religiosamente.
Soy el párroco más joven desde la creación de la parroquia y también el primer africano, aunque sea extranjero. Tuve dificultades para que me aceptaran y aunque he pasado por momentos de desánimo, comprendo que debemos asumir la crítica como parte de la vida misionera. Muchos cristianos todavía tienen la idea de que la Iglesia es solo el sacerdote, por lo que percibo falta de espíritu de comunión en la Misión común. Por parte de los misioneros, tal vez no hayamos preparado adecuadamente a los fieles para asumir ciertos servicios parroquiales. Esto provoca que no sean muchos los laicos responsables, capaces de reflexionar y de tomar iniciativas.
La población en general, pero sobre todo los jóvenes, han sido abandonados a su triste suerte tras los desgraciados acontecimientos que el país ha vivido estos últimos años. La violencia ha dejado profundas cicatrices que habrá que curar a corto y medio plazo. Las consecuencias son un descenso enorme en el nivel de estudios, falta de cohesión social, escasa participación en los asuntos públicos y poco sentido del bien común y de la ayuda mutua. El Gobierno está haciendo algunos esfuerzos para sacar al país de la crisis, pero queda mucho camino por recorrer. Hemos comprendido que, apoyados en la fe, debemos partir de los retos y las dificultades que encontramos para convertirlos en oportunidades para el crecimiento al servicio de Dios y de su pueblo.
En la imagen superior, el P. Claude Nkwe con un grupo de jóvenes de la parroquia de Santa Ana, en Dekoa, donde presta su servicio misionero. Fotografía: Archivo personal del autor.
Compartir la entrada "El más joven de todos"