«En Níger no se percibía tensión por cuestiones políticas»

Después del golpe de Estado del pasado 26 de julio, la comunidad internacional espera al próximo domingo, cuando concluye el ultimátum dado por la CEDEAO al general Omar Tchiani, que encabeza el Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria, para volver al orden constitucional. El P. Rafael Marco, misionero español en el país, advierte del creciente sentimiento antifrancés en el país y de la contaminación de lo que ocurre en Malí y Burkina Faso, donde gobiernan sendas juntas militares.

Fotografía Getty

«No estoy en el corazón de los acontecimientos porque todo sucede en Niamey. Aquí la situación está tranquila. Creo que la sociedad también lo está, por lo que oigo y veo. Creo que ha sido un golpe de Estado que ha pillado a todo el mundo de sorpresa, parece algún asunto entre el presidente y la guardia presidencial. No se percibía tensión social por cuestiones políticas, manifestaciones, agitaciones… Parecía que el país iba funcionando con bastante normalidad desde hacía bastantes años y que dentro de la pobreza, es un país muy pobre, se iba viendo un cierto desarrollo y la gente parecía tranquila».

El misionero español P. Rafael Marco, es uno de los seis miembros de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) presentes en Níger. Él se encuentra en Dosso, a unos 150 kilómetros de Niamey, la capital del país, y cuenta a MUNDO NEGRO, a través de un audio de Whatsapp, la situación de un país convulso desde el golpe de Estado del pasado 26 de julio que, después de algunas dudas, acabó con el Gobierno de Mohamed Bazoum e instauró el Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), al frente del cual está el general de brigada Omar Tchiani.

El P. Marco apunta a dos cuestiones relevantes a la hora de analizar la situación en Níger: «Hay un desarrollo muy grande de la animosidad contra lo francés, la colonización, la explotación, y eso se está utilizando de alguna manera, aunque no sé por quién. Y, por otro lado, se encuentra la influencia que está teniendo lo que está pasando en Malí y en Burkina Faso». En los vecinos occidentales de Níger, dirigidos por sendas juntas militares –encabezadas por Assimi Goita y Paul Henri Damiba, respectivamente– la repulsa a la antigua metrópoli y la cercanía o simpatía con todo lo que significa Moscú en el continente permea todo lo que allí ocurre.

Sobre este asunto, el misionero añade que Malí y Burkina Faso «están teniendo una agitación política fuerte, son países militarizados por golpes de Estado y, claro, son países del Sahel. Níger era el único país que estaba bajo influencia occidental. Rusia, de alguna manera, se está metiendo en estos territorios», y añade que después del golpe «hubo una manifestación contra la embajada francesa y lo primero que se hizo fue quitar el emblema francés y poner la bandera rusa». A pesar de esa evidente contaminación después del alzamiento de Tchiani, el P. Marco apunta: «Que yo sepa, no hay una relación de ningún tipo con Rusia, no he oído hablar de Rusia aquí».

Repatriación

Sobre la posibilidad de volver a España, el P. Marco reconoce que «Francia ha lanzado una campaña para repatriar a su gente, y enseguida la embajada española siguió el ejemplo. Parece ser que somos unos 70, pero me da la impresión de que se ha exagerado la noticia. Desde la embajada nos enviaron una nota a los residentes para decirnos que dado que no hay vuelos comerciales, ya que está cerrado el espacio aéreo, nos facilitaban el transporte a los que quisiéramos volver a España a través de Francia. De ninguna manera se ha hecho ni propaganda ni se ha alentado a que se tome esa decisión. Yo, desde luego, dada la situación social, no pienso en volver a España, aunque nunca se sabe qué puede pasar. Pero, por ahora, no vuelvo». El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, anunciaba este jueves por la mañana en su cuenta de X –hasta hace unos días Twiter– que los primeros españoles habían salido del país en un vuelo fletado por París.

Múltiples claves

El alzamiento militar en Niamey ha complicado aún más la situación del Sahel occidental, un escenario en el que se mezclan demasiados actores e intereses, lo que dificulta tener una visión aproximada del rumbo que tomarán los acontecimientos en los próximos días:

• Tres países de la zona –los citados Burkina Faso y Malí, más Guinea– están dirigidos por gobiernos castrenses.
• El organismo regional, la CEDEAO, cuya presidencia rotatoria ostenta Nigeria, ha amenazado a Niamey con una intervención militar si no deponen su actitud antes del próximo domingo. Algunos países como Costa de Marfil ya han anunciado que están dispuestos al envío de tropas.
• Bamako y Uagadugú –que pertenecen a la CEDEAO– han advertido que considerarán como una agresión una intervención militar en territorio nigerino. Guinea, que también pertenece al bloque regional, aunque de forma más comedida, también ha denunciado la amenaza de la CEDEAO.
• Además de la posibilidad de una intervención militar, la CEDEAO ha suspendido a Níger del bloque regional y le ha impuesto sanciones económicas y comerciales.
• Abdulsalami Alhaji Abubakar, que sucedió a Sani Abacha en la presidencia de Nigeria tras la muerte de este último, y el sultán de Sokoto, Muhammadu Abubakar, son dos de los miembros de la delegación de la CEDEAO que se han desplazado a Niamey para negociar una salida a la situación que vive el país.
• Con bases militares francesas y estadounidenses, Níger era considerado uno de los socios fiables de Occidente en la lucha contra el terrorismo yihadista en el Sahel y en el control de los flujos migratorios hacia Europa.
• Níger es uno de los principales productores de uranio del mundo. Son especialmente relevantes sus exportaciones a Francia, antigua potencia colonial, país en el que el 67% del suministro eléctrico procede de la energía nuclear.
• Este jueves, Niamey rompió los acuerdos de colaboración militar con Francia, que mantiene en el país un contingente de más de 1.000 soldados.
• La Unión Europea (503 millones de dólares en cuatro años), Francia  (120 millones anuales) y Estados Unidos (223 millones) han suspendido o han manifestado sus dudas respecto a mantener la ayuda al país, según informaba África Mundi.
• El papel de Rusia es una incógnita. Mientras que desde el Ejecutivo se ha pedido la restitución del poder a Bazoum, el líder de Wagner, Yevgueny Prigozhin, podría haber vinculado el alzamiento a un movimiento del pueblo nigerino contra la influencia de su antigua metrópoli, unas declaraciones que no han podido ser verificadas.
• Con una población superior a los 26 millones de personas, Níger es uno de los países más empobrecidos del mundo: ocupa el puesto 189 (de 191 países analizados) en el Índice de Desarrollo Humano.
• Según OCHA, en su actualización de la situación en el país del pasado 2 de agosto, 4,3 millones de nigerios, la mayoría mujeres y niños, necesitan ayuda humanitaria.

Mientras, el presidente del Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP) comienza a reorganizar la Administración del país. El pasado martes, 1 de agosto, firmó un decreto con el nombramiento de los nuevos gobernadores de las ocho regiones del país, al frente de las cuales estarán militares y policías de alta graduación, según publicaba el medio local ActuNiger.