Entrada en escena

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Al iniciar un nuevo año, estamos invitados a mirar el porvenir con esperanza. Tenemos que aprender de África, donde, por oscuros que sean los nubarrones, el indiscutible optimismo existencial de los africanos y africanas los convierte en personas habitualmente esperanzadas. Podemos decir que África es el continente de la esperanza, siempre y cuando se entienda bien la expresión y no esconda sutilmente que se valoran más sus potencialidades que sus realizaciones. El continente africano ha demostrado que no es solo una abertura a la esperanza, sino también una realidad operativa desde hace décadas en la geopolítica internacional, donde pretende incrementar su protagonismo en 2024. Lo tendrá difícil porque la plutocracia que domina este mundo, gracias a un sistema financiero hecho a su medida, está muy interesada en subordinar a África y relegarla a un segundo plano.

Una de las grandes oportunidades del continente para hacerse oír internacionalmente y tratar de escapar de su dependencia externa será la Cumbre del G20 de noviembre en la que participará, por primera vez, como Unión Africana. Sin embargo, como apunta nuestro colaborador José Naranjo, llegar a esta cita en Río de Janeiro «en las mejores condiciones y con una posición clara requiere de un largo trabajo interno de consenso y un fuerte liderazgo» que no puede ser improvisado.

Para que África aproveche su participación en el G20 tendrá que hacer su entrada en escena como solista, con una sola voz, algo que desde un sano afrorrealismo parece complicado cuando se contempla el actual mosaico continental, sazonado de conflictos y donde la crisis de legitimidad democrática se extiende como el aceite.
Los líderes africanos y sus sociedades, animados por la esperanza, tienen que atreverse a recorrer el camino que los unifique y saque al continente de la postergación en la que algunos quieren que continúe, algo en lo que las religiones y las Iglesias africanas tendrán que ser parte de la solución. Como señala el imam Rashied Omar, son muchos lo pasos dados, pero también queda un largo camino por recorrer en términos de diálogo ecuménico e interreligioso.

Salvo la nueva sección «Club de Lectura», que coordina Gonzalo Gómez, MUNDO NEGRO inicia 2024 sin grandes cambios en el formato de la revista, pero sí con la esperanza de poder llenar nuestras páginas de muchas y variadas buenas noticias sobre la realidad política, económica, social, religiosa y humana de África.

No olvidamos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, que nos ha concedido el Premio CEU Ángel Herrera al Mejor Trabajo Periodístico en materia de Doctrina Social de la Iglesia. El próximo 22 de enero recogeremos este galardón, y pocos días después, el 3 de febrero, entregaremos a Mons. Matthew Hassan Kukah el Premio MUNDO NEGRO a la Fraternidad 2023 por su compromiso a favor de la paz, la cohesión y el crecimiento democrático en Nigeria a través del Kukah Centre, fundado por él. En este enlace encontrará el lector toda la información sobre el XXXVI Encuentro África en el que Mons. Kukah ofrecerá su testimonio de trabajo a favor del desarrollo de Nigeria.


¡Feliz Año Nuevo!



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