Barón ya búk-lu: La tertulia del trovador

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Por Miguel Ángel Sánchez Gárate

 

Si hay algo que caracteriza al ecuatoguineano Juan María Ngomo Eyui es su actividad como agitador cultural. El músico, actor, escritor y fundador de la Asociación para la Promoción de la Cultura Africana habla de su libro de poemas Bidjé Ndúan (Tertulia), pero no solo de ello.

 

¿Quiénes son Juan María Ngomo Eyui y Barón ya búk-lu? ¿Te gusta esconderte en el anonimato de tu nombre real, o te gusta gozar de la popularidad que te ofrece el personaje Barón ya búk-lu?

Juan María Ngomo Eyui es un joven nacido en el poblado de Anvam, de los esakunam, en el distrito de ­Micomeseng, provincia de Kie Ntem en la república de Guinea Ecuatorial, África central. Barón Ya búk-lu es un personaje creado por él. Antes era conocido en los 70 como Jackson Bendy, luego Mr Ngomo en los años 80. La diferencia entre ambos es, que uno está controlado y el otro no. A veces la gente se sorprende al descubrir que se trata de la misma persona.

¿Cuándo empezaste a escribir poesía?

A los 14 años, cuando compuse mi primera canción. Hacía poesía y componía música, pero no me atrevía a enseñárselas a nadie hasta que me hice amigo de algunos poetas y me animaron a salir de mi caparazón.

¿Por qué este giro a la poesía en tu última obra?

Porque me siento capaz de moverme por varios campos artísticos. Creo que hay mucha relación entre todos esos géneros.

Tu libro se titula Bidjé Ndúan (Tertulia). Hablar en África es algo consustancial a su cultura. En Occidente también es muy frecuente la tertulia en los cafés. ¿Por qué has elegido ese título?

El nombre inicial era Ágora, porque era lo más parecido a lo que el fang llama bidje ndúan, pero la editorial lo consideró «muy griego» y optamos por Tertulia como solución más fácil.

¿Qué diferencias fundamentales encuentras entre la poesía africana y la creada en Occidente?

En la cultura o en las artes no hay reglas preestablecidas. Cada uno hace lo que quiere; otra cosa es que el público lo acepte. Los europeos separan a menudo arte y contenido, mientras que el concepto africano es inclusivo. Sin negar la importancia de la estética en África, debo tener claro que tradicionalmente, como africano, no debo separar de modo radical arte de educación. En lugar de escribir o cantar por la propia belleza, los autores africanos utilizan la belleza para ayudar a comunicar conceptos importantes e información a la sociedad.

¿Podríamos considerarte como una especie de griot?

Me considero simplemente un trovador urbano.

¿Cuál fue el primer libro que leíste? ¿Y el primer libro de poesía que cayó en tus manos?

Leí mi primer libro con unos ocho años. Era obligatorio, para ayudarnos a aprender a leer el fang. Se titulaba Dulu bóngo b’afirikárá, del escritor camerunés Ondo Enguru.

La poesía africana es una gran desconocida salvo excepciones como Léopold Sédar Senghor o Wole Soyinka ¿Qué otros autores nos recomendarías?

Les recomiendo a mis maestros ­Justo Bolekia, Donato Ndongo-Bidyogo, Albert Chinualumogu Achebe o el camerunés Mongo Beti.

¿En qué te inspiras para escribir?

Me inspiro en las conversaciones diarias con la gente, en mis experiencias o escuchando música. La Biblia me enseñó a escribir, a leer y a sentir la vida. Para mí, es un gran libro. Macías, víctima o verdugo, de Agustín Nze Nfúmu o El código Da Vinci, de Dan Brown, son algunas de las obras que últimamente me han impactado.

Portada de Bidje Ndúan (Tertulia), el último libro de Baron ya búk-lu, editado por Sial/Casa de África.

¿Tienes contacto con otros escritores, intelectuales o artistas africanos aquí en España?

Presido una asociación cultural, la Asociación para la Promoción Cultural Africana (APCA), desde el año 1997, por lo cual, es normal que me relacione con muchos de ellos. Donato Ndongo-Bidyogo me ha escrito algunos prólogos, al igual que Justo Bolekia. Con Miampika hemos hablado varias veces por teléfono, y nos hemos encontrado en más de un evento.

Desde hace unos años tomas parte en la organización  del festival «Africanos en Leganés» ¿Cómo surgió esta iniciativa? ¿Conoces en España algún festival de características similares al de Leganés?

Sí, hay algunos semejantes, pero «Africanos en Leganés» es peculiar, al ser el único festival en España hecho por africanos. Es la gran diferencia con los demás, aunque se nota la poca difusión que hacen los medios españoles. El festival surge después de varias reuniones con el Ayuntamiento de Leganés, en las cuales les propuse la idea de no dejar perecer lo que ya hicimos en 1997 o 1998 en la sala Caracol de Madrid. Aquel concierto se llamaba «Africanos en Madrid, y en el mismo participaron grupos legendarios de la época como Afrika Lisanga, Djambutu Thissane, Bekai, Bana Congo, Mogha o Seydú. El 1 de mayo de este año se celebró la cuarta edición donde participaron artistas como Sico Bana, Miss Yuma, Nuria Nchama, Congo Musica y un servidor, Barón ya búk-lu. En las anteriores ediciones participó gente como Naka B, Jotamayúscula, Frank T, Diarama Senegal, Dee J Shinga, Lucky Star, Francois Essindi, La ­Kúpula Groove…

¿Han cambiado mucho las cosas a nivel artístico y cultural desde que editaste tu primer disco B.B. Project? ¿Ha crecido mucho Barón Ya búk-lu como persona y como artista en todo este tiempo?

Todo sigue igual de diferente. Sigo siendo el mismo de siempre, eso sí, con añitos de más (risas).

¿Qué echas de menos de Micomeseng y qué echas en falta en Madrid? ¿Son dos mundos complementarios o antagónicos?

Evidentemente son antagónicos. En todo caso, estoy seguro de que el haberme ido de allí me ha favorecido y enriquecido mucho. Pero siempre se echan en falta muchas cosas, como la frescura artística.

Como ciudadano del mundo, ¿qué problemas son los que te llegan al corazón? ¿Qué es lo que más le preocupa a Barón Ya Buk-Lú en estos momentos?

Me preocupa la corrupción, la desigualdad, la hipocresía, las dictaduras, la falta de oportunidades, la impunidad, la burocracia, la xenofobia, el racismo, la delincuencia…

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