«La vida nos refugia, refugiemos a la vida»

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ACNUR celebra el 20 de junio, Día de los Refugiados, acercándose a la sociedad civil y al arte



110 millones de personas en todo el mundo (el 1% de la población) vive en estos momentos fuera de su casa por ser refugiadas en otro país o desplazadas internas. Es una cifra que no deja de aumentar y que solo en 2021 incrementó en más de 21 millones. Desde el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) destacan que el 62% se resisten a abandonar su país, intentando encontrar refugio dentro de sus fronteras para regresar a sus hogares en cuanto les sea posible, y que 4,4 millones de personas son apátridas. «35,3 millones son refugiados, personas que han cruzado una frontera internacional para llegar a un lugar seguro. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 es muy clara y muy acertada. Los refugiados son una responsabilidad colectiva e internacional, no subestimamos los retos que plantean los grandes movimientos de la población (…). El camino para proteger a los refugiados no es levantar muros más altos, ni externalizar la obligación de asilo de un estado, ni las retóricas xenófobas, la desinformación y la incitación al odio, ni cuestionar el rescate en el mar, particularmente necesario y con consecuencias terribles», reivindicó Sophie Muller, representante de ACNUR en España.

Antes de que ella hablara, un grupo de bailarines y artistas de la Compañía Infinito abrió el acto de celebración del Día del Refugiado entrando en escena vestidos de negro y colocándose como las figuras del cuadro que Pablo Picasso pintó en 1937 para recordar el bombardeo sobre la población de Guernica. La música de Mauri Corretja obliga a prestar toda la atención a los movimientos desesperados y los gritos con los que el cuadro va tomando vida, y la performance pasa de la angustia de ese momento que trastornó a Picasso y le llevó a pintarlo en su estudio de París, a la necesidad de encuentro, de tocarse y sentirse, para acabar abrazándose e invitando a unirse a una masa humana que logra impactar tanto como el emblemático Guernica. «Ni tan lejos ni hace tanto» es el mensaje con el que ACNUR quiere que se reflexione este año, porque hay guerras y conflictos recientes, como la de Ucrania o el de Sudán que obligan a estar alerta y reaccionar, pero también otros casi olvidados como el de los saharauis o la situaciones de violencia extrema del este de República Democrática de Congo, que, al menos hoy, deben estar más presentes que nunca.

Los presentadores del acto, la actriz Elena Anaya y el periodista Carlos del Amor, junto al pintor sirio Moncef y al escritor y poeta Yousef Ali Al Dubai contando la importancia del arte en sus vidas.. En la imagen superior, performance de la Compañia Infinito inspirada en el Guernica. Fotografías: Carla Fibla García-Sala



«La vida nos refugia, refugiemos a la vida», pidió Guadalupe Marcote-Lago Fernández, fundadora de Compañía Infinito, hermana, hija, nieta y bisnieta de migrantes y ella misma emigrada, quien dio las gracias por haber sido acogida en España y explicó que se juntaron «para dar voz, inspirados en una obra tan contemporánea como el Guernica, a las personas que en este momento están silenciadas, están siendo masacradas, limitadas, oprimidas, y que no pueden hablar, y para dar voz a las que la perdieron para siempre porque ya no están». En un emotivo mensaje alejado de la sensiblería, Marcote-Lago Fernández reivindicó la falta de fronteras para comprender a las personas migrantes y refugiadas, y recordó que «en nuestro ADN están las células y la memoria del exilio, hemos nacido con sed y con hambre de amor». Junto a la organización Maletas de Cartón, que acompaña de forma individualizada a personas que tuvieron que abandonar su casa,  Marcote-Lago Fernández pidió que «nos reconectemos y nos reencontremos para volver a devolver la sacralidad de la vida que hay en cada uno de los seres humanos».

ACNUR invitó a que artistas españoles y extranjeros contasen cómo el arte puede borrar fronteras y hacer que confluyamos en un mismo espacio. Y mostró la interpretación de los artistas refugiados a los que se invitó a contemplar y crear a través de la pintura, la escultura, la música y la poesía el cuadro más universal de Picasso. «A través de la poesía transmito mis sentimientos, mis impresiones y mi ilusión de la vida. El Guernica ha inspirado mis recuerdos, mi tierra natal, el viaje», explicó Yousef Ali Al Dubai, que acaba de traducir al castellano De Yemen a España: un periplo de arena y sal. Diario de un refugiado yemení y durante el acto pidió que le ayuden a publicarlo porque «es la historia de miles de personas que sufren al cruzar fronteras».

Durante el resto de la jornada se celebró el Foro España #ConlosRefugiados en el que participan empresas, pymes, organizaciones e iniciativas que, como apuntaron desde ACNUR, «busca movilizar a la sociedad civil española para apoyar la inclusión e integración de las personas refugiadas y solicitantes de asilo».

Yousef Ali Al Dubai durante la lectura del poema inspirado en el Guernica y leído por primera vez durante el acto. Fotografía: Carla Fibla García-Sala



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