«Las danzas urbanas se aprenden mirando»

en |



El marfileño Oulouy presenta su solo Black y el espectáculo Afrikan Party



El bailarín, coreógrafo y director artístico, afincado en Barcelona, habla con MUNDO NEGRO sobre su empeño por dedicarse profesionalmente al baile, su pasión por la promoción de las danzas urbanas africanas y sus dos obras principales, que cuentan con la producción y la distribución de Africa Moment.



«En Costa de Marfil todo el mundo baila». Media hora después de salir del tren que le ha llevado de Barcelona a Madrid, Yao Dapre Georges Nicol abre un refresco de naranja en una terraza junto a la estación de Atocha mientras contesta a las preguntas de MUNDO NEGRO. «Pero dedicarse al baile profesionalmente es complicado. Te dicen: “Bueno, ya has bailado, pero ahora trabaja, ¿no?”». Ha venido al Madrid Urban Fest para impartir, con la Asociación Africa Moment, una clase magistralsobre danzas del continente africano y su diáspora. El nombre artístico de Nicol es Oulouy –así le llamaba una antigua novia, una palabra originaria de Laos que significa ‘regordete’–, un bailarín de primer nivel en el panorama internacional de la danza urbana. «Todos tendríamos que recibir clases de baile en la escuela», sentencia. «Bailar te enseña a tener confianza en ti, a escucharte, a poder expresar cosas que a veces con la boca es complicado. Es un medio fundamental para conectar con tu cuerpo y aprender más sobre quién eres».

Nacido en Costa de Marfil en 1990, a los 12 años se trasladó de Abiyán a París, donde trabajaba su padre. El momento coincidió con el estallido de la guerra civil en su país. En su casa se escuchaba música africana y también mucha música francesa. Bailaba ya desde niño y su afición se vio reforzada cuando empezó a recibir clases. Un día, un amigo le llevó a ver bailar a su hermano mayor en una escuela de danzas urbanas americanas. «Me enamoré y decidí que eso era lo que quería aprender». Empezó a estudiar Informática, formación que terminó en Londres, donde descubrió el house-dance. «Sentí una conexión muy fuerte. Tiene muchas influencias de la salsa, el jazz, el baile africano… Algunos pasos me recordaban a danzas tradicionales de mi país». Acabó mudándose a Barcelona para trabajar con un amigo que había creado una empresa de marketing, al mismo tiempo que se topó con una comunidad de bailarines que practicaban en las calles de la Ciudad Condal. Se juntaban cada día al salir del trabajo hasta que, con 26 años, llegó a la conclusión de que él solo quería bailar, y dejó la empresa.



Oulouy en su espectáculo «Black». Fotografía: Africa Moment


Black

Desde hace tres años representa Black, una reflexión a través de la danza en torno a la violencia y la emancipación de la negritud. En 30 minutos y solo sobre el escenario –apoyado con un audiovisual y canciones que muestran parte de la historia del pueblo negro–, Oulouy despliega a través de su cuerpo emociones que van de la incomprensión, la rabia o la tristeza a la aceptación de uno mismo. La pieza –creada en apenas una semana poco después del asesinato de George Floyd e inspirada por el movimiento #-blacklivesmatter– ha sido seleccionada como espectáculo recomendado por la Red de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de titularidad pública de España, el primero que ha sido dirigido por una persona negra o africana. «Pienso que la pieza está haciendo el trabajo que tiene que hacer: abrir la mente y concienciar sobre la opresión. Es triste, pero tengo la sensación de que el ser humano siempre necesita un enemigo. Quizá mañana no será la población negra la oprimida, pero me temo que se dirigirá hacia otros. Erradicar el racismo en un mundo de 7.000 millones de personas es una utopía, pero lo que intenta esta pieza es que al menos a tu alrededor la gente se respete y comparta la vida sin prejuicios».

Oulouy en Madrid después de la entrevista con Mundo Negro. Fotografía: Javier Sánchez Salcedo


Bailes africanos

En sus talleres muestra músicas de baile como el coupé-décalé, un estilo dinámico, rápido, de movimientos bruscos y, al mismo tiempo, mucho control, asociado a Costa de Marfil, aunque nació de la diáspora marfileña y congoleña en París. Sus creadores fueron un grupo de disyoqueis muy populares que se hacían llamar la Jet Set. Entre ellos estaban Douk-Saga, considerado el padrino del coupé-décalé, Boro Sangue, Lino Versace o Molare. «Su aparición coincidió con la guerra civil en Costa de Marfil. La gente estaba triste y bailaba poco, a pesar de que mi país siempre ha sido conocido por su alegría», explica Oulouy. La Jet Set fue invitada al país africano para actuar en televisión. «Su llegada fue una explosión. Llegaron con su música, maletas de Louis Vuitton, tirando dinero… Creo que era lo que la gente necesitaba para sentirse viva». 

Muchos artistas marfileños expandieron el género a otros países, como DJ Arafat. Aunque Oulouy siente un afecto especial por este estilo, no quiere encasillarse. «En las discotecas [europeas] escuchas afrofusión, afropop, mucha música que viene de Nigeria o de Ghana. En EE. UU. también está pegando fuerte porque hay una corriente de afroamericanos que buscan sus raíces, muy interesados en volver a África. La gente acaba buscando clases de baile». 

Para el marfileño, dar clase de danzas africanas es una gran responsabilidad. Además de los movimientos, quiere que sus alumnos aprendan la historia y otros aspectos de las culturas africanas. «En África hay escuelas de baile, pero la mayoría de las danzas urbanas no se aprenden en las escuelas. Aprendes mirando a otra gente bailar. La mirada es muy importante y hay que fijarse en cada detalle. Después, lanzarse y probar, porque la esencia de estos estilos no está en la coreografía, sino en la improvisación». 

El carácter festivo que caracteriza a las danzas africanas explica por qué atrae tanto. «La gente busca esa alegría que siempre ha tenido la música africana. Da igual lo que suceda en nuestros países o cómo sea la situación económica. La música y el baile nos ayudan a desconectar, a disfrutar de la vida, aunque estemos en momentos difíciles. Así fue África siempre». 


Un momento del espectáculo «Afrikan Party». Fotografía: Africa Moment


Otro proyecto

De esta idea nace Afrikan Party, el nuevo espectáculo creado por Oulouy y producido y distribuido por Africa Moment que ya se ha representado en Barcelona y que podrá verse en Mallorca, Potsdam, Nueva York, Quebec o Cartago. Nace del deseo de su autor de mostrar África desde la alegría y las ganas de festejar cada momento de la vida. Afrikan Party es una obra impactante que se sirve de la danza, la música y la moda protagonizada por él mismo y los Supa Rich Kids, tres bailarines procedentes de Nigeria –dos de ellos– y Costa de Marfil. «Es un viaje a través de la vida de un niño en el que pasamos por diferentes momentos de celebración, porque la vida de un africano está llena de momentos de celebración», explica. 

Antes de apurar su refresco, preguntamos a Oulouy por el festival de danzas urbanas africanas OYOFE que tendrá lugar en Barcelona a mediados de diciembre. El evento está logrando reunir a los mejores exponentes de cada estilo. En su última edición, celebrada en julio, participaron bailarines de Corea, Hong-Kong, Canadá, EE. UU., Colombia o Argentina. Para la convocatoria de diciembre están invitados artistas de Camerún, Nigeria, Sudáfrica y Ghana. «Quiero traer bailarines de África porque al final son ellos quienes crean los estilos y quienes nos inspiran. En el espíritu del festival está devolver lo que ellos nos dan y traerles aquí para que tengan unas oportunidades que son más complicadas en sus países, con el objetivo de que puedan ganarse la vida con el baile».  

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto