Publicado por Javier Fariñas Martín en |
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Lawson Osezuwa Eselebor (LOE): Unos diez millones de niños no van al colegio en Nigeria, un número muy alto si tenemos en consideración la población del país –más de 216 millones–. Todos sabemos lo que la educación significa, es clave para todo el mundo.
LOE: Creemos que la educación es un tema que no se puede dejar solo en manos del Gobierno. La principal responsabilidad gubernamental es crear un ambiente favorable para que pueda mejorar, pero también es importante que el sector privado se meta de lleno en este campo. Las instituciones privadas tienen responsabilidades a nivel social, pueden intervenir con infraestructuras o colaborando en la formación del profesorado. El empuje del sector privado es el que contribuye al desarrollo del país. Si solo dependemos del Gobierno y esperamos que venga a nuestro rescate…, eso no va a suceder. Debemos exigir al Gobierno que cree infraestructuras que, a la postre, se traduzcan en desarrollo.
Michael Ibrahim Magaji (MIM): Sí, es posible, creemos que la solución está en nuestras manos. Aunque trabajamos con colaboradores en todo el mundo, estamos convencidos de la solución africana. Algunos que se fueron están regresando y preguntándose cómo contribuir al crecimiento del país. Gente como el obispo fundador del Kukah Centre (KC), monseñor Matthew Hassan Kukah, cree en África, en Nigeria y en la solución nigeriana. Nosotros no vamos a ninguna parte, este es nuestro país.
LOE: Los fondos destinados a la educación son relativamente bajos, pero somos conscientes de que hay otros factores que contribuyen a la situación actual. Parece que tendremos una nueva Administración (la entrevista tuvo lugar pocos días después de la elección de Bola Tinubu) y esto solo puede ir a mejor. Creemos que el foco se pondrá de nuevo en la educación, haciendo que sea una prioridad.
MIM: En el presupuesto de este año la primera prioridad es la seguridad, la segunda la sanidad y, por primera vez en muchos años, la tercera la educación. No ha sido así durante años. Esperamos que la mayor tajada de los recursos presupuestarios se destinen a Primaria. Este es el pilar fundamental de la educación, si este es sólido, los demás también lo serán.
LOE: Solo el 8 % del presupuesto de este año se ha destinado a educación (1.285 millones ¤), desde Primaria hasta la universidad. Si desmenuzas esa cantidad entre todos los niveles te das cuenta de que es insignificante. El presupuesto para educación es bajo, pero el Gobierno está haciendo esfuerzos para incrementarlo.
MIM: La primera prioridad de cualquier gobierno es la seguridad de sus ciudadanos. La seguridad y el bienestar de sus ciudadanos prima sobre todo lo demás. Ese bienestar incluye seguridad, sanidad o educación. A nivel mundial, la educación y la sanidad están en la cima de las preocupaciones sociales. Nigeria es especial por la situación de inseguridad permanente que vivimos.
LOE: Con relación a la seguridad, lo importante es ir a la raíz del problema y no quedarnos solo en los síntomas. Si el Gobierno enfatiza en la educación, mejorará la situación general de la ciudadanía. Si entendemos esto comprenderemos por qué la gente se encuentra agitada, tensa y susceptible. ¿Por qué la gente toma las armas? ¿Porque se encuentran marginados o por estar desempleados? Si la pobreza disminuye, tendremos menos problemas con la inseguridad. Ninguna sociedad es perfecta, cada país tiene sus problemas.
MIM: En KC tenemos proyectos a lo largo y ancho del país. Pero con ProFuturo trabajamos especialmente en el norte.
LOE: Jesucristo vino sobre todo para los pecadores. Hay que ir donde hay problemas. En el norte hay un índice muy elevado de mortalidad maternoinfantil. De los 36 estados del país, los diez del norte son los más necesitados y necesitan un especial apoyo en el campo educativo.
MIM: El trabajo de los misioneros comenzó en el sur hace ya un siglo, y por eso allí hay más desarrollo. Fueron bien aceptados y se abrieron camino para promocionar la cultura occidental. En el norte imperaban la cultura y la educación islámicas, que se convirtieron en una barrera para que la educación occidental llegara a la zona. El reto es lograr que la calidad educativa ascienda hacia el norte. Es un problema que existía antes incluso de que el país obtuviera la independencia.
MIM: Comenzamos en 2017. Se trata de un proyecto que desarrollamos junto al Northern Gobernor´s Forum y la Conferencia Episcopal de Nigeria, del que se han beneficiado más de 821.000 alumnos y 20.000 profesores en 12 estados. En el caso de los docentes, han sido formados en competencias digitales. Hablamos de escuelas marginadas y desfavorecidas para niños pobres. El programa no está destinado a las escuelas privadas sino a las más pobres. A través de este programa, el KC hace posible que estos niños de 6 a 12 años accedan a una educación digital.
MIM: El obispo ha participado activamente en la vida pública del país durante los últimos 40 años. Ha sido muy crítico con el Gobierno, que se ha visto obligado a mantenerse alerta y prestar atención a las necesidades de la gente. Ha luchado contra la corrupción y la dictadura militar. El obispo ha trabajado por la justicia social. Su pasión es ver cómo Nigeria llega a ser un gran país. Monseñor Kukah no deja de creer en una Nigeria mejor.
LOE: Algunos de los pilares del KC son la formación de buenos gobernantes, el liderazgo, la gestión y resolución de conflictos y la preservación de la memoria. El Centro, con el liderazgo del obispo, fue un instrumento fundamental en el cambio de Gobierno en 2015, con el Comité Nacional por la Paz, cuando Goodluck Jonathan pasó el testigo al nuevo presidente, Muhamadu Buhari. En 2015 se creía que Nigeria estaba a punto de la descomposición, pero a través del Comité y de la intervención de monseñor Kukah se pilotó la nave sin traumas. Desde entonces todas las elecciones han sido pacíficas. Los políticos dejan los conflictos en manos de los jueces y no incitan a la violencia.
LOE: En zonas de guerra, terrorismo o violencia no es difícil encontrar a chicos de 15 y 16 años en Primaria.
MIM: Hay dos claves en la educación: el acceso y la calidad, y hay que garantizar ambas. Si hay conflictos, los niños no pueden ir a clase. En el norte del país hemos construido escuelas que están vacías a causa de la violencia. Los niños se quedan en casa y pueden convertirse a la larga en parias de la sociedad. Si los niños no van a clase, la sociedad no progresa. Esto está afectando a muchas familias en el norte. El conflicto está reñido con el desarrollo y la gente pierde la esperanza.
LOE: Sí. En el pico de la ola de inseguridad mucha gente salió de Maiduguri. Cuando comenzó su actividad, Boko Haram tenía tentáculos en todo el país, pero ahora está localizado en zonas específicas. El Gobierno está intentando que los desplazados internos puedan regresar a sus lugares de origen. Boko Haram no es solo un fenómeno nacional sino que afecta a países vecinos. El esfuerzo para erradicarlo ha de ser necesariamente internacional.
MIM: En el norte de Nigeria este tema es un gran reto, más que en ninguna otra parte del país. En nuestro proyecto pretendemos que las niñas asistan a clase y apoyamos que haya más maestras en el centro que se conviertan en un ejemplo a seguir. Nos queda un largo camino por recorrer: muchas niñas quieren ir a clase, pero los padres se lo impiden.
LOE: Culturales, aunque algunos padres inducen a sus hijas a casarse a los 13 o 14 años porque así se alivia la carga económica que suponen para su familia. El Gobierno suministra alimentos a las escuelas para que los niños coman cuando van a clase. De este modo, muchos padres envían a sus hijas a la escuela a lo mejor no tanto para que aprendan sino por la comida.
MIM: Las niñas tienen más potencialidad y muchos más recursos que los niños. Con ellas estás educando a una comunidad.
LOE: Las mujeres son más emocionales y poseen mejores cualidades para lidiar con situaciones difíciles, son las que sostienen el hogar y están preparadas para una mejor gestión. En Nigeria creemos que la mujer, no el hombre, construye el hogar a través de su esfuerzo.
MIM: No hay nada intrínsecamente malo entre el cristianismo y el islam, el problema ha sido cómo poner esas dos creencias en práctica. Los líderes religiosos tienen el deber de enseñar fielmente la religión a sus seguidores. No hay ninguna religión que, como tal, llame a la violencia. A menudo los líderes religiosos no han contribuido a la tolerancia a través de sus predicaciones. Podemos vivir pacíficamente si conocemos bien y practicamos fielmente nuestras creencias. El obispo Kukah vive en Sokoto y el sultán de esa provincia es el líder religioso de todos los musulmanes nigerianos… y ambos son grandes amigos. Si sus seguidores son capaces de imitar ese ejemplo, podemos vivir pacíficamente. Otras veces, los problemas económicos juegan su papel. Se dice en inglés que «a hungry man is an angry man» (una persona hambrienta es una persona enfadada). Esta es mi postura. No vivimos nuestras creencias de una manera coherente. Las religiones no se basan en rivalidades. Antes de pertenecer a una u otra religión somos seres humanos. En el norte de Nigeria hay muchas familias cuyos miembros pertenecen a religiones distintas y conviven bajo el mismo techo. ¿Por qué entonces no podemos convivir en armonía?
LOE: A veces la gente confunde religión y cultura. Algunos de nuestros conflictos, sean del tipo que sean, son inmediatamente abordados con connotaciones religiosas. Muchas veces, los conflictos pueden ser resueltos con facilidad, pero los hemos complicado añadiendo esa pincelada religiosa.
MIM: A vosotros, que vivís en Occidente, os digo: tratad de conocer y entender África y no os dejéis llevar solo por lo que aparece en la CNN o en la FOX. África es mucho más que lo que se ve en la tele.
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