Tres vías de agua en Darfur

en |



Milicias vinculadas a las RSF asesinan a cerca de 800 darfuríes en una operación con «tintes de genocidio»



Darfur se ha convertido en el epicentro del conflicto que asola Sudán desde el 15 de abril. En las últimas semanas, esta región ha vivido un episodio de limpieza étnica contra la comunidad marsalit, ha seguido siendo escenario de combates entre el Ejército sudanés (SAF, por sus siglas en inglés) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), y, por último, ha visto cómo dos de los históricos grupos rebeldes de la región, el Movimiento de Liberación de Sudán (SLM, por sus siglas en inglés) y el Movimiento por la Justicia y la Igualdad (JEM, por sus siglas en inglés) han anunciado que abandonan la neutralidad en el conflicto y se unen al SAF. 

Entre el 4 y el 6 de noviembre, las RSF de Mohamed Hamdan Dagalo, alias -Hameidti, tomaron la ciudad de Geneia, capital de Darfur Occidental. En este contexto, milicias árabes vinculadas probablemente a las RSF asesinaron a cerca de 800 personas en el entorno de la ciudad y provocaron la huida de miles de ciudadanos hacia lugares más seguros dentro o fuera del país. Chema Caballero señalaba el pasado 16 de noviembre en la web de MUNDO NEGRO que no se trata de «nada nuevo desde que en 2003 comenzase este conflicto que tiene tintes de genocidio contra la población negra de la región». 

Estos ataques indiscriminados contra los marsalit han exhumado un conflicto latente en la zona cuya causa histórica se encuentra en la rivalidad entre las tribus árabes ganaderas y nómadas, y las comunidades negras agricultoras. El adiestramiento militar que ofreció Gaddafi a las primeras, allá por los años 80, en el contexto del Reagrupamiento Árabe –con el que pretendía la islamización del continente–, agravó el conflicto y justificó la aparición posterior de ejércitos vinculados a las tribus negras que lucharon contra el Gobierno de Jartum. Este, a su vez, respondió con la creación de las milicias yanyauid, que ejecutaron una represión sin precedentes contra la población negra darfurí. El Tribunal Penal Internacional dictó una orden de busca y captura contra el exdictador sudanés, Omar Hassan al Bashir, por crímenes de guerra y contra la humanidad. El asesinato y la persecución de las comunidades marsalit de  Geneia no son más que la continuación de la campaña sistemática de persecución y aniquilación de las poblaciones negras darfuríes.

Otros factores

Desde el inicio del conflicto entre el SAF y las RSF, la mayor parte del territorio de Darfur está controlado por estas últimas. Ahora habrá que esperar para comprobar qué impacto tiene la incorporación al conflicto de los dos movimientos rebeldes darfuríes junto a las tropas de Al Burhan. En declaraciones a MN, un experto en la zona que se mantiene en el anonimato señala que «esta noticia es muy relevante porque las RSF han recibido dos golpes muy fuertes. Uno es la voladura del puente de Shambat, en Jartum, que era el único por el que las RSF podían proveer de armamento y provisiones a sus tropas al este del Nilo; y el otro es el acuerdo del SLM y el JEM porque abre un problema en Darfur a los hombres de Hameidti y, aunque no son movimientos muy numerosos, sí son un revés importante para las RSF».

Además del control del propio territorio –en las últimas semanas, las RSF se han hecho con el cuartel de la 15ª División de Infantería de Geneia y con otros acuartelamientos en Nyala y Zalingei–, Darfur tiene una importante fuente de recursos en la mina de oro de Jabal ‘Amir. Con la extracción del mineral, del que Sudán es el tercer productor continental, junto al control de los tráficos ilícitos de personas, armas, drogas y coches robados en las fronteras con Libia y Chad, las RSF pueden obtener magros recursos para financiar su actividad. 

A falta de compromisos concretos por parte de las facciones enfrentadas, las conversaciones de paz en Yeda (Arabia Saudí) han servido, al menos, para celebrar el Foro Humanitario de Sudán, que tuvo lugar a mediados del pasado mes de noviembre. Desde Naciones Unidas aprovecharon la oportunidad para exigir a las partes en conflicto que garanticen el acceso a la ayuda humanitaria a los afectados por los enfrentamientos, unos 25 millones de sudaneses, de los que solo una cuarta parte han recibido esos recursos. El 12 de noviembre, unos días antes del llamamiento de la ONU, el papa Francisco incidió en esa petición, además de solicitar a los líderes sudaneses que «trabajen en favor de soluciones pacíficas». Médicos Sin Fronteras ha denunciado que las autoridades sudanesas han impedido el envío de material quirúrgico al hospital Turco, en una zona controlada por las Fuerzas de Acción Rápida y uno de los pocos en Jartum con un quirófano operativo. Desde el inicio de los enfrentamientos, las instalaciones sanitarias sudanesas han sido objeto de al menos 60 ataques. Además de la falta de recursos, -preocupa la situación sanitaria general del país, especialmente a causa del brote de cólera localizado en siete estados, con cerca de 3.000 casos sospechosos y 89 fallecidos hasta el pasado 16 de noviembre.

A primeros de noviembre, la coordinadora humanitaria de la ONU en Sudán, -Clementine Nkweta-Salami denunció que la violencia en el país está cerca de la «maldad absoluta». Los acontecimientos posteriores no apuntan a una mejoría de la situación.



En la imagen superior, un grupo de refugiados sudaneses en el este de Chad. Fotografía: Johnny Vianney Bissakonou/MSF

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto