Ya no es un gigante dormido

en |




La Copa Africana de Naciones, el principal torneo de fútbol del continente, comenzó el 13 de enero en Abiyán (Costa de Marfil). En la ceremonia de inauguración, me llamó la atención la vestimenta de algunos equipos. Nigeria, Ghana, Senegal, Gambia y Guinea llevaban atuendos tradicionales. No se veían las marcas deportivas habituales. Los jugadores, entrenadores y el resto de las delegaciones se sentían cómodos y orgullosos de su atuendo. Lo que vimos fue una declaración sutil pero clara de que África está reclamando su identidad. 

La singularidad de África debe ser desarrollada y celebrada en primer lugar por los africanos. La selección zambiana llevará una camiseta de KoPa, una marca fabricada en Zambia por zambianos. El nombre hace referencia a la abundancia de cobre por el que el país es famoso. El potencial de África para ascender y competir en todas las facetas de la vida ya no está en duda.

Kenia está avanzando en el desarrollo de tecnologías para resolver problemas locales. M-Pesa, ‘dinero móvil’ en suajili, es un servicio de comercio electrónico que se ha exportado a países como Rumanía e India. Esta tecnología permite a los usuarios comprar, pagar facturas o guardar, enviar y recibir dinero utilizando su móvil. El sistema es especialmente bueno para los habitantes de zonas remotas que no tienen acceso a estructuras bancarias convencionales. 

La transformación también se está produciendo dentro de la Iglesia. Su reacción a la publicación de Fiducia Supplicans, firmada por el Papa el 18 de diciembre, es otro testimonio de que África no está dormida. La bendición a personas homosexuales en un entorno no litúrgico, como se señala en la declaración, no sentó bien a la Iglesia en África.

Los obispos africanos, bajo el paraguas del SCEAM, que representa a todos los obispos del continente, han rechazado formal y firmemente las indicaciones de Fiducia Supplicans. En una declaración del 11 de enero, los obispos, a través del cardenal de Kinshasa, Fridolin Ambongo, presidente del SCEAM, indicaron: «Los obispos africanos, no consideramos apropiado que África bendiga las uniones homosexuales o las parejas del mismo sexo porque, en nuestro contexto, esto causaría confusión y estaría en contradicción directa con el ethos cultural de las comunidades africanas».

Hasta hace poco, la máxima era «Roma locuta causa finita» (Roma ha hablado, el caso está cerrado). Por tanto, la declaración y la postura adoptadas por los obispos africanos han sido revolucionarias. Creo que es algo saludable que haya sucedido. No solo ha hecho visible el rostro de África, sino que también ha ayudado a toda la Iglesia a crecer en su propia comprensión de la unidad en la diversidad.

Para mantener esta visibilidad no solo en la Iglesia sino también en la comunidad internacional, África tiene que ir más allá de la transformación externa. Para ello abogo por el desarrollo de un sistema educativo que infunda en el niño africano confianza en sí mismo. Podemos hacer una contribución única y propia en todas las esferas de la vida. Hay que descartar el síndrome de «copiar y pegar».

Sudáfrica ha llevado a Israel ante la CIJ y lo ha acusado de genocidio contra los palestinos. El país austral ha experimentado lo que significa vivir bajo el apartheid. ¿Quién mejor que Sudáfrica para expresar lo que están viviendo los palestinos? Sea cual sea el resultado, esta es una contribución distintiva de África.

Por último, el continente necesita unirse si quiere que se respete su lugar en la comunidad internacional. Los fundadores de la independencia política africana, como Kwame Nkrumah, tenían razón en esto: la unión hace la fuerza. Y los obispos de la SCEAM han demostrado respetuosamente este concepto.



En la imagen superior, el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa y presidente del SCEAM. Fotografía: Enrique Bayo / MN

Colabora con Mundo Negro

Estamos comprometidos con la información sobre África

Si te gusta lo que hacemos, suscríbete a nuestra revista o colabora con nuestro proyecto