África verde

Energía solar

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África puede ser la primera región del mundo que impulse su crecimiento económico con energías renovables, dejando por el camino los combustibles fósiles como el carbón y disminuyendo su dependencia del petróleo. Al menos, esto es lo que se desprende de la lectura del World Energy Outlook 2015, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

El pasado 10 de noviembre, durante la rueda de prensa de presentación del informe, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, dijo que “cuando miramos a la historia de la energía -en Europa, los Estados Unidos, China- vemos que el desarrollo económico está ligado a un gran consumo de carbón. Pero en África, podríamos ver, por primera vez, una región que impulsa su crecimiento económico con energías renovables”.

El hecho de que el precio de los paneles solares haya caído grandemente en los últimos años está ayudando a que este sueño sea una realidad. Un informe de 2014 de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), titulado Rethinking Energy, sostiene que el precio de los paneles ha descendido un 80% en los últimos cinco años. Según la AIE, esta caída continuará, al menos hasta el año 2020. Este fenómeno es extensible a las otras energías renovables.

El informe de IRENA explica que los factores que han influido en esta tendencia son múltiples. Las tecnologías utilizadas en las energías renovables son hoy día mucho más eficientes, ya que cada vez son más capaces de generara energía incluso en condiciones menos óptimas, con poco viento, bajas velocidades o baja irradiación solar. Esto, unido a que las tecnologías de almacenamiento de energía están mejorando rápidamente y a las políticas energéticas impulsadas por la Unión Europea, Estados Unidos y China, principalmente, han posibilitado un desplome de los precios.

Esto beneficia de forma muy especial a África donde la demanda de energía crece continuamente. Al mismo tiempo, la bajada de los precios del petróleo afecta grandemente a los países exportadores como Angola, Argelia, Libia y Nigeria que se dan cuenta de que no pueden seguir ligando su desarrollo a la exportación de crudo y deben optar por nuevas tecnologías.

Todos estos factores están detrás de la opción por las energías renovables en la mayoría de los países africanos.

En el informe titulado Africa 2030, IRENA ofrece una especie de hoja de ruta para favorecer la transición del continente hacia las energías renovables. Según este documento, en el año 2030, el 22% de la energía que África necesita podría provenir de medios locales, limpios y renovables. Esto representa cuatro veces más que el 5% de hoy en día. Si realmente se alcanzase este objetivo, se podría terminar con los cortes de electricidad tan frecuentes en muchas ciudades africanas, acercar la corriente hasta las zonas rurales, favorecer el crecimiento de la industria y a los emprendedores o generar prosperidad en todo el continente.

Los cimientos de esta hoja de ruta se están plantando en este preciso momento. Vemos un par de ejemplos.

Marruecos se prepara para inaugurar dentro de muy poco ‘Noor’, la central solar más grande del mundo, que permitirá a este país del norte de África acceder a la independencia energética. Situada a las puertas del desierto ha supuesto una inversión de 6.5 millones de euro. El Gobierno marroquí piensa que de aquí a 15 años el 40% de las necesidades energéticas del país procederán de fuentes renovables, para lo cual prevé la instalación de al menos 700.000 paneles solares en todo el territorio nacional.

Las autoridades locales del Distrito de Samburu, en el noroeste de Kenia, también tienen muy claro que su futuro está en apostar por las energías renovables. Hace pocas semanas, visitando proyectos financiados por la Fundación AMREF, Flying doctors en la comunidad de Lpetpet, cerca de la ciudad de Kisima, nos encontramos con uno de los diputados en la asamblea del distrito (algo parecido a nuestros parlamentos autonómicos), el Honorable Jerius Leshoomo, que comentaba que el camino a seguir para realmente desarrollar la zona es la energía renovable. “Kenia, y toda África, debe volverse verde”, dijo.

Samburu es un área semidesértica y escasamente habitada por una población nómada que tradicionalmente se movía en busca de agua y pastos para sus ganados. La instalación de pozos y bombas solares que impulsan el agua hasta grifos y abrevaderos para los animales está cambiando la forma de vida de la población ayudando a su sedentarización, lo que favorece, entre otras muchas cosas, la escolarización de los niños y niñas. Al mismo tiempo, el uso de paneles solares para cargar teléfonos móviles en esta zona ayuda a romper el aislamiento de la población, a que puedan acceder a formación a distancia o puedan hacer pagos o recibir dinero a través del móvil.

Tuvimos la suerte de visitar uno de estos proyectos: un pozo con una bomba solar que transporta el agua hasta un gran depósito y desde allí esta llega, por la fuerza de la gravedad, hasta los grifos donde la población la recoge para cocinar y beber, y para el abrevadero para el ganado.

Hon. Leshoomo comentaba que “posiblemente la energía solar es de entrada mucho más cara que otras”. En la región, las bombas de los pozos suelen estar movidas por generadores que funcionan con petróleo o diesel. La compra del combustible supone una carga para la comunidad local. Barisho Lekiashara, supervisor de las instalaciones, comentaba que “los generadores eléctricos suponen un problema para la comunidad. Muchas veces hay que decidir si el poco dinero que se colecta de la población que usa los grifos y el abrevadero se utiliza para comprar combustible o para reparar las instalaciones. Alguna vez que no pudimos comprar el gasóleo nos quedamos durante muchos días sin agua y la gente tuvo que volver a caminar kilómetros para dar de beber a sus ganados y conseguir la necesaria para cocinar. Desde que se instalaron los paneles solares no tenemos ese tipo de problemas y el agua fluye todo el día”. Por eso, a “la larga la energía renovable sale mucho más económica”, apostilló el político.

Evidentemente, las energías renovables suponen una gran ventaja para África. Así lo ha visto también el rapero de origen senegalés Akon que a través de su fundación y la iniciativa Akon iluminando África (ALA) se ha empeñado en abastecer de electricidad a todos los hogares africanos para el año 2020.

Con tal objetivo ha creado una academia de energía solar en Bamako, la capital de Malí, para formar personal que pueda producir este tipo de energía. El artista ha declarado que: “tenemos el sol, tenemos las tecnologías innovadoras para la electrificación doméstica y colectiva; lo que nos falta construir ahora es la experiencia africana. Esta es la misión que se nos ha encomendado. Hagamos más inversión en energía limpia, invirtamos en capital humano. Así podremos acelerar la transformación de nuestro continente facilitando la formación de ingenieros, técnicos y empresarios africanos cualificados”.

Y es que las energías renovables pueden abaratar el coste de la electricidad haciéndola más asequible para la mayoría de la población africana, especialmente en las zonas rurales que son las que más sufren la carencia de esta, lo cual impulsaría grandemente el desarrollo del continente.

 

Fotografía: IIP Photo Archive

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