Arielle Kitio Tsamo

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Doctora en ingeniería de software

En un país, Camerún, en el que apenas un 33 % de la población usa Internet, donde la tasa de alfabetización de jóvenes alcanza el 85 % y en el que solo 18 de cada cien alumnos de Secundaria terminan este ciclo formativo, Arielle Kitio Tsamo se empeña en demostrar que el destino no coincide con el que pretenden escribir los agoreros. 

Nacida en enero de 1992 en la capital camerunesa, comenzó sus estudios en la escuela pública, decantándose pronto por la rama científica, por la que completó el Bachillerato. Licenciada en Ciencias de la Computación por la Universidad de Yaundé, se doctoró en ingeniería de software con un trabajo sobre la creación de sistemas y plataformas de vigilancia para el control de epidemias.

Si los reconocimientos sirven para avalar su trayectoria, en el haber de la camerunesa se encuentran, entre otros, el Premio -Margaret a la Africana Digital del Año, galardón que obtuvo en 2019, o su nombramiento, entre 2017 y 2019, como Embajadora del Foro Next Einstein, cuyo objetivo es impulsar a África en la escena científica mundial. En este sentido, destaca su obsesión por el retorno del conocimiento africano que está repartido por todo el mundo. «Hay que preguntarse: “Si no vuelvo yo, ¿quién lo hará?”. En algún momento, tenemos que asumir nuestras responsabilidades y regresar al país», ha manifestado al portal Afriscitech.

Entre los proyectos que ha desarrollado se encuentra WIT (acrónimo de Women Information Technology, mujeres informáticas en inglés), una ONG que promueve que las jóvenes camerunesas accedan a estudios científicos y tecnológicos. Sin embargo, es posible que su mejor carta de presentación sea -CAYSTI, una incubadora tecnológica para estudiantes, fundada en 2017, que también incide en esta vía. A través de esta iniciativa, por la que han pasado ya cerca de 7.000 chicas y chicos de 6 a 15 años, pretende, entre otros aspectos, reducir la brecha de género en ciencia y tecnología. En declaraciones a Le Point, ha señalado que «todos los niños, independientemente de su género, idioma, religión, ubicación geográfica o nivel social, deben tener las mismas oportunidades para acceder a una educación de calidad en esta era impulsada por la revolución digital». 

Uno de los proyectos en los que se trabaja dentro de CAYSTI es el ABC Code, un programa educativo que, desde 2018, introduce a los jóvenes en los rudimentos de la programación informática. Esta iniciativa, que ha sido considerada por la UNESCO como una de las diez mejores innovaciones tecnológicas en el campo de la educación, le ha servido también para ganarse el apelativo de la Reina del Código. 

Además de promover la igualdad de acceso entre chicas y chicos al conocimiento informático y científico, Arielle Kitio intenta integrar las lenguas locales en ese entorno. A partir de ese anhelo se entiende el trabajo que realiza para enseñar a los alumnos a crear aplicaciones en hausa o wolof, o el concurso de codificación informática en lenguas locales que ha convocado en su plataforma. 

Sin embargo, el objetivo último de Kitio Tsamo «es saber qué le gusta y qué no le gusta a cada niño», y para ello, como ha manifestado en alguna ocasión, «en CAYSTI nos enfocamos en el usuario más que en la tecnología».   



Ilustración: Tina Ramos Ekongo

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