Fadima Diawara

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Emprendedora tecnológica



«No esperar al buen momento porque no llega nunca, perseverar y lanzarse con lo que tengas, dar lo mejor de ti, recordar que no estás solo y no abandonar nunca, no rendirse». Estos son los consejos que la guineana Fadima Diawara, fundadora de Kunfabo, la primera marca de telefonía africana, da a los que quieran realizar su sueño.

Kunfabo, que en mandinga significa «estar en contacto» o «tener noticias», nació en el año 2017 en Barcelona. ­Diawara llegó nueve años antes a la ciudad «por amor» y fue capaz de aprovechar el impulso tecnológico e innovador que caracteriza a la capital catalana para crear un equipo tan entusiasta como ella. «Barcelona forma parte de mí, me siento como en Conakry, en casa. Es un lugar de oportunidades cuando haces el esfuerzo de aprender el idioma, relacionarte, interactuar con la gente y trabajar con un objetivo claro», explicó en una entrevista durante el lanzamiento de uno de los tres modelos de la marca, dos smartphones y uno sin datos, todos en la gama de bajo coste. «Los chinos copan el mercado africano con marcas que se venden únicamente en el continente, pero con Kunfabo ponemos en valor nuestra africanidad. Es una marca creada exclusivamente para las personas que viven en África, con aplicaciones que les acompañan en su cotidianidad», explicó a La Vanguardia a principios de 2022 esta abogada y jurista, apasionada desde pequeña por los dispositivos electrónicos, la innovación y las nuevas tecnologías.

En poco más de un lustro, Kunfabo –que se presenta con un eslogan tan potente como su fundadora: «Porque es tu derecho»– ha logrado más de 70.000 clientes y tiene como objetivo que la fabricación sea cien por cien africana, aunque por el momento está obligada a contar con socios en China para la producción. «Si quieres alcanzar tu objetivo, hacer lo que realmente te apasiona, lo principal es formarse y organizarse», recomienda Diawara en sus múltiples apariciones en redes sociales africanas y en medios de comunicación españoles.

Vive a caballo entre su Conakry natal, donde cursó desde Primaria hasta la universidad, y Barcelona. «Siempre supe que regresaría a mi país porque África vive en mí. Cuando decidí crear Kunfabo, lo hice como algo con lo que se identifiquen los usuarios, que estarán viviendo en el continente. Por eso elaboramos aplicaciones adaptadas a la situación sanitaria en los países africanos, también a nuestra gastronomía (Afrocook recopila recetas de todos los países donde se venden sus terminales), el arte, las finanzas o incluso un WhatsApp específico. Todas ellas responden a la forma de comunicarse y relacionarse en África».

Diawara ya ha demostrado que las nuevas tecnologías no son solo el «terreno de los blancos», ni que tampoco deben atribuirse únicamente a los hombres. «Es un sector muy machista en el que la brecha es enorme y tienes que trabajar dos veces más que un hombre. Además, si fracasas, dirán que es porque eres mujer», ha dicho. Destaca que el equipo, «el cerebro colectivo», es la clave, un conjunto de personas que no responden ni por su genero ni por el color de piel, sino que son capaces de alcanzar objetivos.


Ilustración: Tina Ramos Ekongo

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